Maiden se adueñó del Ricardo Saprissa
Carolina Barrantes redaccion@larepublica.net | Miércoles 27 febrero, 2008
Maiden se adueñó del Ricardo Saprissa
La banda inglesa tocó durante cerca de hora y media ante más de 20 mil seguidores, que corearon y aplaudieron las canciones durante todo el espectáculo
Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
¡Inolvidable y único! Así se resume el concierto que ofreció Iron Maiden anoche, en el Estadio Ricardo Saprissa, en el que demostró por qué es considerada como una de las mejores bandas de rock pesado de todos los tiempos.
El espectáculo brilló desde un inicio por la calidad y amplitud del montaje escénico, que incluyó dos torres de sonidos, dos pantallas gigantes, un amplio despliegue de luces que iluminaron todo el recinto tibaseño, y la exposición en gran tamaño de la popular mascota del grupo “Eddie”.
El repertorio musical se inició a eso de las 7.30 p.m. con la participación del DJ Dr. Leo, y de Lauren Harris, la hija del bajista Steve Harris, quienes fueron bien recibidos por los cerca de 20 mil aficionados a Maiden que asistieron al evento.
Sería a las 9.10 p.m., cuando el estadio completo estallaría en algarabía, en el momento en el que Bruce Dickinson, vocalista del grupo, inició el concierto con la pieza “Aces High”, del reconocido álbum Powerslave.
El coro de los asistentes “Maiden, Maiden…”, fue acompañado por el saludo del cantante, quien señaló “cuando nos propusieron incluir a Costa Rica en nuestra gira, no lo dudamos, pues nunca los habíamos visitado, y aquí estamos esta noche”.
El espectáculo continuó con las piezas “2 minutes to midnight” y “Revelations”, en las que Dickinson, vestido con pantalón militar, chaleco y gorro negro, corrió por todo el escenario para alegrar a los asistentes.
Para la cuarta canción llamada “The Trooper”, del disco Piece of Mind, lanzado en 1983, la imagen de “Eddie” cambió hacia una más nacionalista, mientras que Dickinson, vestido esta vez con una jacket roja, salió al escenario ondeando una bandera de Inglaterra.
El repertorio musical seguiría por poco más de hora y media, con éxitos como “Wasted Years”, “Heaven Can Wait”, “Run to the Hills”, “The Number of the Beast”, “Rime of the Ancient Mariner” y “Powerslave”.
Asimismo, “Can I Play whith Madness”, “Fear of the Dark”, “Iron Maiden”, “Moonchild”, “The Clairvoyant” y “Hallowed Be Thy Name”.
La banda inglesa tocó durante cerca de hora y media ante más de 20 mil seguidores, que corearon y aplaudieron las canciones durante todo el espectáculo
Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
¡Inolvidable y único! Así se resume el concierto que ofreció Iron Maiden anoche, en el Estadio Ricardo Saprissa, en el que demostró por qué es considerada como una de las mejores bandas de rock pesado de todos los tiempos.
El espectáculo brilló desde un inicio por la calidad y amplitud del montaje escénico, que incluyó dos torres de sonidos, dos pantallas gigantes, un amplio despliegue de luces que iluminaron todo el recinto tibaseño, y la exposición en gran tamaño de la popular mascota del grupo “Eddie”.
El repertorio musical se inició a eso de las 7.30 p.m. con la participación del DJ Dr. Leo, y de Lauren Harris, la hija del bajista Steve Harris, quienes fueron bien recibidos por los cerca de 20 mil aficionados a Maiden que asistieron al evento.
Sería a las 9.10 p.m., cuando el estadio completo estallaría en algarabía, en el momento en el que Bruce Dickinson, vocalista del grupo, inició el concierto con la pieza “Aces High”, del reconocido álbum Powerslave.
El coro de los asistentes “Maiden, Maiden…”, fue acompañado por el saludo del cantante, quien señaló “cuando nos propusieron incluir a Costa Rica en nuestra gira, no lo dudamos, pues nunca los habíamos visitado, y aquí estamos esta noche”.
El espectáculo continuó con las piezas “2 minutes to midnight” y “Revelations”, en las que Dickinson, vestido con pantalón militar, chaleco y gorro negro, corrió por todo el escenario para alegrar a los asistentes.
Para la cuarta canción llamada “The Trooper”, del disco Piece of Mind, lanzado en 1983, la imagen de “Eddie” cambió hacia una más nacionalista, mientras que Dickinson, vestido esta vez con una jacket roja, salió al escenario ondeando una bandera de Inglaterra.
El repertorio musical seguiría por poco más de hora y media, con éxitos como “Wasted Years”, “Heaven Can Wait”, “Run to the Hills”, “The Number of the Beast”, “Rime of the Ancient Mariner” y “Powerslave”.
Asimismo, “Can I Play whith Madness”, “Fear of the Dark”, “Iron Maiden”, “Moonchild”, “The Clairvoyant” y “Hallowed Be Thy Name”.