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Luz cara: ahorre

Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Miércoles 28 agosto, 2013




A corto plazo, es la única forma de arremeter contra el alto costo

Luz cara: ahorre

Hasta 2022, quedarán implementadas las medidas del ICE para controlar el precio

En la próxima década la única forma de reducir el impacto de las altas tarifas eléctricas en su presupuesto es ahorrando.
Será hasta 2022 cuando el ICE logrará una fuerte reducción en sus costos de financiamiento que permita bajar el costo de la energía.
Además durante ese plazo entrarán a operar dos grandes proyectos eléctricos eficientes que ayudarán a reducir la generación cara producida a base de combustibles.
Debido a que esos procesos se desarrollarán en la próxima década, no queda más que ser eficiente en el consumo si quiere reducir los costos eléctricos.
Por lo que no se puede disfrutar de luz más barata en este momento es por los altos costos de financiamiento de proyectos que sufre el ICE.
Actualmente por cada ¢100 que se paga en el recibo eléctrico ¢23 se destinan a pagar los créditos que negoció el ICE en la última década para construir plantas eléctricas.
El alto impacto se da porque la mayoría de proyectos se financiaron mediante fideicomisos con cortos plazos de retorno —12 años en promedio— los cuales son cargados al recibo.
Será hasta 2022 cuando el ICE pueda reducir sus costos de financiamiento, que es cuando vence el último fideicomiso.
Aunque hay salidas para rebajar el costo de las tarifas antes, en el ICE ven que son difíciles de aplicar.
Una es conseguir dinero a bajo interés y a más largo plazo para liquidar los fideicomisos de manera anticipada.
“Eso no es sencillo por el alto número de pequeños inversores que participan y por las condiciones que se negociaron”, dijo Jesús Orozco, gerente financiero del ICE.
Reducir el consumo de los combustibles en la generación de energía mediante la construcción de plantas eficientes es otra de las medidas que deben esperar hasta la próxima década.
Por cada ¢100 que se pagan en electricidad ¢9 son para que el ICE recupere la inversión que realiza en las compras de diesel y búnker para la operación de sus centrales térmicas.
Si bien en el mediado plazo entrará a operar la planta hidroeléctrica Reventazón, capaz de abastecer unas 525 mil viviendas, esta apenas recuperará un poco el rezago energético del país.
Aún se va a necesitar seguir quemando combustibles para abastecer fundamentalmente en la estación seca.
Será hasta por ahí de 2022, cuando se pueda pensar en ir reduciendo la producción eléctrica a base de diesel y búnker.
Eso lo permitirá El Diquís, una megaplanta de 620 megavatios, suficientes para abastecer a por lo menos un millón de hogares.
La salvación que aportará esa planta es que al contar con un gran embalse, podrá almacenar agua de la estación lluviosa para generar en la seca.
Pero mientras vienen las soluciones, no quedará más que buscar la manera de ser eficiente en el consumo eléctrico para reducir la factura.
Lo adecuado en ese sentido, es que las instituciones eléctricas contribuyan con los abonados ofreciendo electrodomésticos eficientes financiados en cuotas.
Con el ahorro que recibirían los abonados al usar aparatos que ahorran energía podrán compensar un poco el impacto por la compra de los nuevos artefactos.
Coopelesca, que es la empresa que abastece de electricidad a la zona norte, está por lanzar una campaña en ese sentido, con la promoción de refrigeradoras que permiten reducir hasta un 40% el consumo.
Pero los abonados de las empresas que no se han preocupado por lanzar campañas de sustitución de artefactos poco eficientes también pueden poner de su parte.
En el comercio hay aparatos con tecnología avanzada que le permite reducir hasta la mitad del gasto en electricidad.
Cuestiones tan básicas para el hogar como un bombillo, le pueden ahorrar hasta un 90% su consumo.
Eso le ofrecen los fluorescentes led, que con cinco watts de consumo le permiten iluminar lo mismo que un bombillo tradicional de 100 watts.
Las pantallas led también ofrecen un ahorro del 50% en comparación con la LCD y los televisores tradicionales.
Los almacenes costarricenses también ofrecen refrigeradoras y lavadores que economizan hasta un 40%.
Para las oficinas, también existen aires acondicionados eficientes y sistemas que permiten desconectar la corriente en algunos departamentos cuando no se están utilizando; por ejemplo, al momento del almuerzo.

Danny Canales
dcanales@larepublica.net







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