Lo mejor de ambos mundos
Raquel Rodríguez rrodriguez@larepublica.net | Viernes 28 junio, 2013
Turistas pagan más que en el resto del Istmo, pero siguen llegando
Lo mejor de ambos mundos
Buen ambiente para invertir, así como para estudiar turismo
El turismo costarricense goza de lo mejor de ambos mundos —cobramos precios altos, mientras atraemos a más visitantes.
Valemos los altos precios, a causa de un buen servicio, que incluye proyectos atractivos y personal especializado bilingüe.
Los visitantes saben que vienen a un país de calidad y presupuestan ese costo, en Costa Rica hay destinos para todos los bolsillos desde backpackers, sur stas, ecoturistas hasta público de alto nivel. El destino tiene alternativas para todos los presupuestos, dijo Luis Manuel Velarde, director de Mercadeo Hotel Real Intercontinental.Gerson Vargas/La Republica
Esta tendencia además podría continuar, conforme la economía mundial se reactive, lo cual implica oportunidades para los inversionistas del sector, así como para los futuros empleados.Al mismo tiempo, tenemos que seguir mejorando la productividad, de modo que la gallina siga poniendo los huevos de oro.
En lo que al costo se refiere, Costa Rica como destino turístico es el más alto del Istmo.
Hasta unos $400 de más por semana es lo que paga un turista promedio, en comparación con lo que se le cobraría por los mismos servicios en Panamá o Guatemala, que conforman nuestra principal competencia en la región.
Para efectos de este análisis, LA REPÚBLICA la semana pasada hizo una comparación en cada país del precio de la habitación en un hotel tres estrellas, el alquiler de un carro pequeño, y la comida fresca a un costo cómodo.
La conclusión es que Costa Rica es el destino con los precios más altos, condición que no es vista como problema para los empresarios vinculados a la industria turística.
“No queremos cambiar ese punto, mientras el turista siga viniendo, y que sea consciente de que lo que paga vale la pena”, dijo Isabel Vargas de Canatur.
Sin embargo, Costa Rica lidera la atracción de turistas en la región como número absoluto, y es el segundo en crecimiento porcentual.
Factores como dominio del inglés, y posicionamiento de marca-país, justifican el “premio” cobrado al visitante.
La capacitación del personal que atiende al turista es otro valor que justifica la mayor tarifa.
Detrás de esa especialización están dos universidades estatales y más de cuatro privadas, que imparten carreras en turismo con ocho distintos énfasis.
Además, el INA imparte cursos técnicos y diplomados en hotelería y gastronomía, que certifican el conocimiento de las personas en diferentes áreas del negocio.
Esta formación es la que permite atender de mejor manera al visitante, garantizar una experiencia positiva y cumplir con estándares mundiales en calidad.
No solo esto, la capacidad de Costa Rica de seguir cobrando precios altos parece positiva, dada la reactivación económica de Estados Unidos, fuente principal de los visitantes de negocios, así como de turistas.
Por un lado, el crecimiento en el valor de la producción anual norteamericana es todavía modesto, tras el impacto de la recesión que inició hace cinco años.
Sin embargo, el PIB estadounidense está incrementando de forma consistente.
Además, la tasa de desempleo de EE.UU. está decreciendo de forma significativa, lo cual implica la posibilidad de que una cantidad mayor de norteamericanos cuente con los recursos necesarios para viajar fuera de su país.
Se trata del 7,5% de desempleo a finales del primer trimestre de este año, una reducción impresionante en tan solo tres años, cuando la cifra era de no menos del 10% de la población laboralmente activa.
Otro aspecto importante tiene que ver con la probabilidad de que el valor del colón baje en los próximos años, de modo que Costa Rica se vea más competitivo.
Queda también el factor de la llamada generación del “baby boom”, conformada por unos 80 millones de norteamericanos, nacidos entre 1946 y principios de la década de 1980, y que están por pensionarse, en muchos casos con ahorros grandes, que les permiten viajar, y hasta comprarse un segunda casa en Costa Rica.
En estas condiciones, habría campo durante los próximos años para la expansión del sector turístico costarricense.
Mientras tanto, sería importante tomar en cuenta los riesgos involucrados, por tratarse del capital de un inversor, o el tiempo de un joven, que contempla estudiar el turismo como carrera.
Entre tanto, la competencia podría fortalecerse.
Panamá ha logrado posicionarse como el “hub” aéreo de la región, y podría persuadir a varios de los viajeros de aprovechar el país no solo como punto de tránsito, sino también de descanso placentero.
Por su parte, varios inversores están desarrollando atractivos proyectos turísticos en Nicaragua, que ofrece una combinación de precios sumamente competitivos, así como un alto nivel de seguridad.
Uno de los proyectos recientes de aquel país es Mukul Resorts, propiedad de Grupo Pellas, que pretende ofrecer un servicio, del mismo nivel que los mejores hoteles costarricenses.
Por eso, se mantiene la obligación de los inversionistas de este país, de ofrecer un valor agregado al viajero.
En este contexto, el nicho es importante, sea el turismo de aventura, de lujo o de pensionados.
El respeto por el ambiente sería otro factor atractivo.
“Costa Rica se ha posicionado como destino de alto nivel con el gran diferenciador que representa el sector ecoturismo como marca-país y de esa manera se ha sabido vender fuera de nuestras fronteras”, dijo Luis Manuel Velarde, director de Mercadeo del hotel Real Intercontinental Costa Rica.
El factor humano y el destino en sí valen la pena para el turista, y aunque países de la región estén incrementando la llegada de turistas, estos siempre están prefiriendo venir a nuestro país.
Raquel Rodríguez
rrodriguez@larepublica.net