Llora arte llora
| Martes 08 mayo, 2012
Llora arte llora
En los últimos tiempos he estado luchando en pro del arte en nuestro país.
Desde que La Nación publicó que se le había cercenado el brazo de la mujer en la escultura del Monumento al Agricultor, fui a verla y constaté el estado que el tiempo y el vandalismo habían producido.
Indignado, publiqué un artículo que titulé “Cultura y Vandalismo” y luego otro que llamé “Obra de Zúñiga en el Olvido”.
Lo que la gente vio con espanto fue el día que el Monumento amaneció pintado con spray de color naranja. Yo convoqué a una manifestación enfrente del Monumento, mi amiga Laura Roldán me confeccionó un afiche en blanco y verde para invitar a dicho evento y la Directora del Museo de Arte Costarricense imaginó, por los colores del afiche, que se trataba de una manifestación liberacionista.
Ese mismo día el alcalde de Alajuela y el ministro Obregón firmaron un acuerdo para trasladar la obra de Zúñiga al Museo de Arte Costarricense. Hasta la fecha no se ha iniciado la restauración, no se sabe quién la hará y mucho menos quién pagará los gastos.
El 19 de abril La Nación publicó un artículo que decía: “expertos determinaron que la restauración de la escultura es viable”. El grupo de expertos eran un escultor conocido, Crisanto Badilla, funcionarios administrativos y un restaurador de pintura. Dijeron que el monumento a pesar de la mutilaciones está en “BUEN ESTADO”. La mujer tiene mutilados un brazo que no se puede restaurar porque no hay moldes y un dedo de la otra mano del cual tampoco existe molde, el brazo que le queda a la figura de la mujer está a medio cortar y tiene hondas rajaduras.
Juan Carlos Cavaría, mi compañero en esta lucha, hizo unas fotos magníficas del monumento ultrajado. Esas fotos quedan como testigo de uno de los días más negros en la historia del arte costarricense y en la repartición de volantes y convocatoria a la prensa tuve la colaboración invaluable de dos profesoras, Doña Virginia Borloz y Doña Axia Saborío.
La batalla en pro de la colocación de la colección permanente o guion del Museo de Arte Costarricense comenzó cuando me di cuenta que todo el espacio del Museo estaba dedicado a la obra de un solo pintor desde hacia ocho meses.
No sé si la Directora buscaba una reivindicación pictórica de la provincia de Guanacaste o como me dijo luego en la reunión con el Ministro de Cultura, ella tenía otro concepto de lo que debería ser un museo y que la ley de Creación del Museo de Arte Costarricense estaba obsoleta. MIENTRAS UNA LEY NO SEA DEROGADA ES DE ACATAMIENTO OBLIGATORIO, dice nuestro ordenamiento.
No he recibido el apoyo de ningún artista, nadie se pronuncia por la prensa para proteger sus intereses.
Quiero citar una frase escrita en el retablo de una catedral medieval que dice: “LLORA ARTE LLORA Y QUEJATE EN VOZ BIEN ALTA QUE HOY NADIE TE AMA”.
La patria debe tener a sus más grandes artistas en un sitial de honor y no en la inmunda bodega en la cual están alrededor de 6.800 obras.
El Ministerio de Salud debería clausurar la citada bodega porque se pone en peligro la salud de las personas que ahí trabajan y se está violentando un interés público que el Estado debe tutelar, como es la seguridad de la más valiosa colección de arte costarricense.
Paul Woodbridge
paul.woodbridge1@gmail.com
En los últimos tiempos he estado luchando en pro del arte en nuestro país.
Desde que La Nación publicó que se le había cercenado el brazo de la mujer en la escultura del Monumento al Agricultor, fui a verla y constaté el estado que el tiempo y el vandalismo habían producido.
Indignado, publiqué un artículo que titulé “Cultura y Vandalismo” y luego otro que llamé “Obra de Zúñiga en el Olvido”.
Lo que la gente vio con espanto fue el día que el Monumento amaneció pintado con spray de color naranja. Yo convoqué a una manifestación enfrente del Monumento, mi amiga Laura Roldán me confeccionó un afiche en blanco y verde para invitar a dicho evento y la Directora del Museo de Arte Costarricense imaginó, por los colores del afiche, que se trataba de una manifestación liberacionista.
Ese mismo día el alcalde de Alajuela y el ministro Obregón firmaron un acuerdo para trasladar la obra de Zúñiga al Museo de Arte Costarricense. Hasta la fecha no se ha iniciado la restauración, no se sabe quién la hará y mucho menos quién pagará los gastos.
El 19 de abril La Nación publicó un artículo que decía: “expertos determinaron que la restauración de la escultura es viable”. El grupo de expertos eran un escultor conocido, Crisanto Badilla, funcionarios administrativos y un restaurador de pintura. Dijeron que el monumento a pesar de la mutilaciones está en “BUEN ESTADO”. La mujer tiene mutilados un brazo que no se puede restaurar porque no hay moldes y un dedo de la otra mano del cual tampoco existe molde, el brazo que le queda a la figura de la mujer está a medio cortar y tiene hondas rajaduras.
Juan Carlos Cavaría, mi compañero en esta lucha, hizo unas fotos magníficas del monumento ultrajado. Esas fotos quedan como testigo de uno de los días más negros en la historia del arte costarricense y en la repartición de volantes y convocatoria a la prensa tuve la colaboración invaluable de dos profesoras, Doña Virginia Borloz y Doña Axia Saborío.
La batalla en pro de la colocación de la colección permanente o guion del Museo de Arte Costarricense comenzó cuando me di cuenta que todo el espacio del Museo estaba dedicado a la obra de un solo pintor desde hacia ocho meses.
No sé si la Directora buscaba una reivindicación pictórica de la provincia de Guanacaste o como me dijo luego en la reunión con el Ministro de Cultura, ella tenía otro concepto de lo que debería ser un museo y que la ley de Creación del Museo de Arte Costarricense estaba obsoleta. MIENTRAS UNA LEY NO SEA DEROGADA ES DE ACATAMIENTO OBLIGATORIO, dice nuestro ordenamiento.
No he recibido el apoyo de ningún artista, nadie se pronuncia por la prensa para proteger sus intereses.
Quiero citar una frase escrita en el retablo de una catedral medieval que dice: “LLORA ARTE LLORA Y QUEJATE EN VOZ BIEN ALTA QUE HOY NADIE TE AMA”.
La patria debe tener a sus más grandes artistas en un sitial de honor y no en la inmunda bodega en la cual están alrededor de 6.800 obras.
El Ministerio de Salud debería clausurar la citada bodega porque se pone en peligro la salud de las personas que ahí trabajan y se está violentando un interés público que el Estado debe tutelar, como es la seguridad de la más valiosa colección de arte costarricense.
Paul Woodbridge
paul.woodbridge1@gmail.com