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¡Linchamientos!

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 11 julio, 2014


La tolerancia al delito y a la corrupción debe ser cero, pero siento en el fondo que pareciera que deseamos despedazar el país


Sinceramente

¡Linchamientos!

Costa Rica debe guardar cero tolerancia hacia los delitos y hacia la corrupción. Es inadmisible que la corrupción sea aparentemente tan abundante en el país. Costa Rica entera está harta de noticias que involucran corrupción en la clase política, en las clases dirigentes del país.
Dicho esto con claridad y con énfasis, debemos los costarricenses tener paciencia y usar las herramientas del estado de derecho para recolectar las pruebas con autorización de un juez, demandar a los fiscales seguir el Código Procesal Penal y evitar el espíritu de linchamiento que he percibido desde hace ya su rato en esta sociedad nuestra.
La prensa bien hace denunciando. La prensa mal hace juzgando y condenando.
Asesinar mediáticamente personalidades políticas, asesinar caracteres haciéndoles el mayor daño posible, hacer burla y escarnio e incluso recurrir a herramientas ilegales para obtener objetivos presuntamente plausibles, pareciera que nos deja la enseñanza de que el fin justifica los medios.
Esto no puede ni debe e ser así. Estos mecanismos sociales de exposición de presuntos delitos no permiten rehabilitar a las personas inocentes afectadas, que quedan marcadas de por vida por el juicio mediático.
Poco a poco, a fuerza de dramáticas acusaciones, los medios han ido trasladando el proceso de impartir justicia y de apreciar las pruebas, de los tribunales de Costa Rica a las páginas de los periódicos y los programas de TV.
Estos juicios causan grave daño ya que si el veredicto del tribunal no concuerda con el de la TV o los medios, los tribunales y la fiscalía son considerados corruptos, y hay impunidad en el país. Solamente si hay coincidencia entre veredictos, resulta el estado de derecho sin heridas serias.
Serias son las acusaciones en contra de la Fiscalía General por presunta parcialidad, por lentitud, por retener casos para que prescriban. Claro, estas acusaciones se presentan sin pruebas, y acusaciones sin pruebas son claras difamaciones.
El país ha venido enfrentando un serio proceso, bien articulado y bien ejecutado, en contra de la legitimidad del liderazgo nacional. Se ha llenado el país de rumores de corrupción y de los ladrones y sinvergüenzas que son los políticos, pero no hay pruebas ni señalamientos concretos en contra de ninguno en particular.
Esta generalización está causando profundas heridas y desestabilizando al liderazgo que hace posible el funcionamiento de todos los partidos y estos de la democracia. Estamos cansados de todas estas truculencias que pueden destruir el sistema democrático representativo.
El país debe recuperar la sensatez, la serenidad, y esperar con confianza el actuar de la institucionalidad del estado de derecho. El monopolio de la acción penal la ejerce el Ministerio Público. Son los tribunales sujetos al Código Procesal Penal quienes en derecho juzgan a los presuntos delincuentes.
La tolerancia al delito y a la corrupción debe ser cero, pero siento en el fondo que pareciera que deseamos despedazar el país.

Emilio Bruce

Profesor
ebruce@larepublica.net
 

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