Liberalización del tipo de cambio
| Viernes 18 abril, 2008
Liberalización del tipo de cambio
Recientemente hemos tenido la oportunidad de escuchar a algunos profesionales del sistema financiero argumentando que quizás el Banco Central de Costa Rica (BCCR) debería liberalizar de una vez por todas el tipo de cambio. Podemos interpretar que para quienes desarrollamos nuestra vida profesional alrededor de las finanzas existe una gran cantidad de beneficios de poder contar con una moneda cuyo valor sea determinado por las fuerzas del mercado.
Sin embargo, en ocasiones parece que perdemos la perspectiva y simplemente no incorporamos las distorsiones que pueden estar afectando las fuerzas del mercado en el momento de tomar este tipo de decisiones. Estas distorsiones pueden generar en periodos muy cortos pérdidas irremediables en industrias que han tomado décadas en desarrollarse (exportaciones, turismo, etcétera) y a la vez generar ganancias exorbitantes en actividades coyunturales practicadas por agentes que tienen poco o ningún interés por el desarrollo económico de largo plazo de nuestro país (especuladores internacionales y locales).
En términos generales, CFS considera que la especulación es una actividad deseable dentro de la dinámica de los mercados. No obstante, mucho cuidado debemos tener con el favor que le haría el BCCR al sector real de la economía costarricense si, en aras de controlar la inflación, liberaliza el tipo de cambio y permite la materialización de ganancias especulativas a capitales que muy probablemente saldrán del país pocas horas después a buscar otras alternativas. El legado de tal liberalización podría traducirse en volatilidades exageradas en la cotización del colón, desincentivo a actividades empresariales generadoras de divisas en el largo plazo, pérdida de competitividad internacional y sobre todo, un deterioro en la capacidad de enfrentar eventualmente nuestra realidad económica, la cual hemos tratado de esconder gracias a una prolongada época de tasas de interés históricamente bajas.
Ya llegará el momento de volver a lo que todos sabemos que somos; una economía de déficits fiscales, endeudamiento externo a tasas altas, paquetes tributarios, carencia de infraestructura, etc. Dios nos libre de enfrentar de nuevo esa realidad sin actividades económicas generadoras de divisas de manera sostenible.
Allan Rodríguez Aguilar
Gerente general
Grupo CFS
Cédula 4-151-229
Recientemente hemos tenido la oportunidad de escuchar a algunos profesionales del sistema financiero argumentando que quizás el Banco Central de Costa Rica (BCCR) debería liberalizar de una vez por todas el tipo de cambio. Podemos interpretar que para quienes desarrollamos nuestra vida profesional alrededor de las finanzas existe una gran cantidad de beneficios de poder contar con una moneda cuyo valor sea determinado por las fuerzas del mercado.
Sin embargo, en ocasiones parece que perdemos la perspectiva y simplemente no incorporamos las distorsiones que pueden estar afectando las fuerzas del mercado en el momento de tomar este tipo de decisiones. Estas distorsiones pueden generar en periodos muy cortos pérdidas irremediables en industrias que han tomado décadas en desarrollarse (exportaciones, turismo, etcétera) y a la vez generar ganancias exorbitantes en actividades coyunturales practicadas por agentes que tienen poco o ningún interés por el desarrollo económico de largo plazo de nuestro país (especuladores internacionales y locales).
En términos generales, CFS considera que la especulación es una actividad deseable dentro de la dinámica de los mercados. No obstante, mucho cuidado debemos tener con el favor que le haría el BCCR al sector real de la economía costarricense si, en aras de controlar la inflación, liberaliza el tipo de cambio y permite la materialización de ganancias especulativas a capitales que muy probablemente saldrán del país pocas horas después a buscar otras alternativas. El legado de tal liberalización podría traducirse en volatilidades exageradas en la cotización del colón, desincentivo a actividades empresariales generadoras de divisas en el largo plazo, pérdida de competitividad internacional y sobre todo, un deterioro en la capacidad de enfrentar eventualmente nuestra realidad económica, la cual hemos tratado de esconder gracias a una prolongada época de tasas de interés históricamente bajas.
Ya llegará el momento de volver a lo que todos sabemos que somos; una economía de déficits fiscales, endeudamiento externo a tasas altas, paquetes tributarios, carencia de infraestructura, etc. Dios nos libre de enfrentar de nuevo esa realidad sin actividades económicas generadoras de divisas de manera sostenible.
Allan Rodríguez Aguilar
Gerente general
Grupo CFS
Cédula 4-151-229