Lecciones de Comunicación de los Juegos Olímpicos de París 2024

Pablo Duncan-Linch

Socio

Director CLC Comunicación

Los Juegos Olímpicos no son solo un evento deportivo; representan un fenómeno social de escala global el cual captura la atención de millones de personas, creando historias y narrativas que trascienden la competencia. Las Olimpiadas realizadas este año en París dejaron valiosas lecciones en comunicación y relaciones públicas que pueden inspirar a las empresas a mejorar sus estrategias de marketing y gestión de partes interesadas.

Una de las enseñanzas de mayor impacto de París 2024 es el poder de conectar emocionalmente con el público. La ceremonia de apertura, en medio de un despliegue de extravagancias, destacó la importancia de ser recordado. En el mundo de la comunicación, las marcas deben aspirar a generar respuestas emocionales a través de historias poderosas, símbolos culturales o momentos que resuenen en la memoria colectiva. Sin embargo, esta visibilidad debe gestionarse con cuidado.

La controversia no siempre es la mejor estrategia. Un ejemplo claro fue la polémica generada durante la ceremonia de apertura por una interpretación artística percibida por algunos como una parodia irrespetuosa de la obra "La Última Cena" de Leonardo da Vinci. Este incidente subraya los riesgos de asociarse con eventos de gran repercusión sin una reflexión profunda sobre las sensibilidades culturales y sociales. No todas las formas de visibilidad son positivas y es crucial que las marcas evalúen las posibles reacciones antes de involucrarse en iniciativas de alto perfil.

Otro aprendizaje valioso de estos Juegos Olímpicos es el poder e influencia de las subculturas y nichos en la creación de contenido relevante. No siempre es necesario centrarse en los grandes momentos o personalidades para tener éxito. A veces, conectar con audiencias más pequeñas pero altamente comprometidas puede ser una estrategia poderosa para generar un impacto muy significativo en el mercado.

Además, París 2024 nos mostró cómo la innovación tecnológica puede transformar la experiencia del espectador. El sistema de repetición multicámara, impulsado por inteligencia artificial, estableció nuevos estándares en la industria, mejorando la experiencia del usuario. Este tipo de avances subraya la necesidad de que las empresas se mantengan a la vanguardia tecnológica, adoptando nuevas herramientas para optimizar sus operaciones y ofrecer experiencias únicas a sus clientes.

Los desafíos también estuvieron presentes, como la controversia sobre la calidad del agua del río Sena. Los organizadores enfrentaron críticas, pero respondieron con transparencia y rapidez, mitigando el impacto negativo. Este ejemplo es un recordatorio de la relevancia de la honestidad en la comunicación empresarial. Ante una crisis, la capacidad de responder de manera clara y oportuna es esencial para preservar la confianza de los públicos de interés.

La participación del público en las Olimpiadas, a través del contenido generado por usuarios (UGC por sus siglas en inglés), demostró el potencial de este tipo de material para fortalecer la conexión entre la marca y la audiencia. Incentivar a los seguidores a crear y compartir contenido relacionado con la marca que amplifica el alcance de las campañas y los mensajes, y refuerza la lealtad del cliente.

Las historias humanas detrás de las medallas nos recuerdan la importancia de incorporar valores y narrativas personales en la comunicación corporativa. Las empresas que logran contar historias auténticas y conmovedoras generan empatía y fortalecen su identidad de marca, conectando de manera más profunda con sus audiencias. Más allá de promocionar productos o servicios, las marcas deben destacar los valores que las impulsan, creando una narrativa que resuene con sus públicos de interés.

En CLC Comunicación, hemos identificado algunas recomendaciones clave para que las empresas y marcas aprovechen al máximo su participación en eventos sociales:

1. Análisis de partes interesadas. Antes de lanzar una campaña o apoyar un evento, es vital identificar y comprender a los stakeholders clave. Conocer sus valores y expectativas permite anticipar y mitigar posibles controversias. Una pregunta necesaria es: ¿cómo este evento puede mejorar mi relacionamiento con mis partes interesadas?

2. Creatividad prudente: La creatividad es esencial, pero debe ser ejercida con cautela. Las campañas deben alinearse con los valores de los públicos relevantes, ser respetuosas con las sensibilidades culturales y estar alineadas con el propósito corporativo. En esto no hay recetas, hay marcas que les favorece la transgresión y a otras no lo suficiente. Por esto hay que entender profundamente el contexto y, sobre todo, la misma esencia de la marca y los valores corporativos.

3. Simulaciones de escenarios: Realizar simulaciones previas al lanzamiento de una campaña permite prever posibles reacciones y estar mejor preparados para gestionar cualquier evento o situación.

4. Comunicación proactiva: Adoptar una estrategia de comunicación proactiva en situaciones potencialmente delicadas ayuda a explicar el contexto e intención antes de que surjan malentendidos o interpretaciones basadas en información errónea.

5. Las historias y el arte del storytelling. Conectar emocionalmente de manera auténtica y significativa a través de relatos reales y conmovedores es fundamental para transmitir valores, propósito y misión de forma que resuene profundamente en las personas. Este enfoque humaniza a las empresas y crea una conexión que trasciende los productos o servicios, fortaleciendo la lealtad y el compromiso del cliente. El storytelling genera empatía, inspira a la acción y sustenta una narrativa duradera que refuerza la identidad de marca.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 nos enseñaron que la comunicación efectiva requiere emoción, innovación y planificación estratégica, así como profundo entendimiento cultural. Las empresas deben ser conscientes de los contextos en los que operan y anticipar cómo sus acciones serán percibidas.

La creatividad bien encausada y una evaluación metódica del entorno pueden marcar la diferencia entre una campaña exitosa y una crisis de relaciones públicas. En un mundo cada vez más interconectado, dinámico y complejo, estas estrategias son esenciales para construir una reputación sólida y desarrollar relaciones de valor y confianza con las partes interesadas.