"Le estaba dando el pecho a un bebé que no conocía y yo pensaba en el mío, del que estaba lejos": el momento único que vivió la policía que amamantó a un niño en Acapulco tras el paso del huracán Otis
Darío Brooks - BBC News Mundo | Martes 07 noviembre, 2023
Entre las terribles escenas de devastación que dejó el huracán Otis tras su paso por la ciudad mexicana de Acapulco, hubo una imagen que conmovió al mundo: la de una mujer policía con un bebé en brazos al que amamantaba en la calle a plena luz del día.
La agente era Arisbeth Dionisio Ambrosio, de 33 años, quien el pasado 28 de octubre había sido desplegada en Acapulco junto con otros rescatistas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Ciudad de México para socorrer a los damnificados por el huracán, que dejó decenas de muertos y desaparecidos.
Mientras ayudaba a una población desesperada por encontrar alimentos, agua y otros productos de primera necesidad, la agente se percató de que había un bebé que posiblemente necesitaba ayuda.
“Escuché el llanto del bebé. Me llamó la atención y volteé a verlo”, le cuenta Dionisio a BBC Mundo.
“De inmediato no dudé en acercarme a las personas con las que estaba el bebé, preguntando si estaba bien, porque yo lo escuchaba un poco inquieto”, recuerda la agente.
“Me dijo la señora ‘Sí, posiblemente tenga hambre’. Y sin dudar le dije que, si me permitía, yo estaba dándole pecho a mi bebé y podía darle un poco de leche materna”.
El momento fue capturado en fotos y videos que fueron publicados en medios de todo el mundo, así como en numerosas publicaciones en redes sociales.
Empatía de madre
Dionisio tiene dos hijas, una de 5 años y una bebé de menos de dos años a la que sigue amamantando.
Según relata la agente, como madre, tuvo el oído de escuchar al bebé que lloraba y lo tomó en brazos con mucha naturalidad. El pequeño, que estaba siendo cuidado por su tía, de inmediato tuvo el instinto de buscar su pecho.
“Fue un momento muy lindo. Fueron varias emociones. Le estaba dando el pecho a un bebé que no conocía y yo pensaba en el mío, del que estaba lejos”, relata la policía.
“Sé que mi bebé está en buenas manos, con su papá, con su tía, eso me daba tranquilidad. Pero con el bebé de Acapulco… son cosas que no se pueden explicar, fue un momento muy bonito”.
Después de un rato, le entregó al niño a su tía. “Le di las gracias a la señora por haberme permitido darle un poco de pecho y nos retiramos del lugar”, cuenta Dionisio.
Este acto de solidaridad le valió el reconocimiento de muchos mexicanos y de muchas otras personas en todo el mundo.
"Yo le aplaudo. Y más porque tiene que dejar a su bebé para trabajar y ahora está ayudando a un bebé necesitado"; "Felicidades por compartir la maternidad y la responsabilidad laboral"; "Más personas como ella en el mundo, por favor", fueron algunos de los mensajes en redes sociales que generó esta escena.
"No perder la sensibilidad"
Después de concluir su despliegue en Acapulco la semana pasada y de que su imagen amamantando al bebé se hiciera viral, Dionisio fue reconocida por sus superiores de la Secretaría de Seguridad Ciudadan, recibiendo un ascenso "por su vocación de servicio a la ciudadanía y por poner en alto el nombre de la SSC".
"Su labor es un ejemplo de humanismo para todas y todos", dijo el secretario de la SSC, Pablo Vázquez Camacho, en su cuenta de X.
Tras 10 año como agente en la SSC, para Dionisio el ayudar a aquel bebé y a los damnificados en Acapulco fue una de las misiones que más satisfacción le ha dado.
“En el tiempo que llevo de servicio, esto es lo más relevante para mí”, dice con convicción.
Los más de 100 paramédicos y policías de la SSC que llegaron a Acapulco fueron de los primeros cuerpos desplegados en la ciudad después del paso de Otis.
“Todo era muy fuerte, todo lastimaba, porque destruyó mucho”, recuerda Dionisio. El grupo recuperó cuerpos sin vida y apoyó en las tareas de remoción de escombros en diferentes barrios de la ciudad.
La agente señala que es en situaciones como esta en las que las personas deben mostrar empatía hacia todo tipo de necesidades, en especial con los menores de edad.
“Hay que decirle a la gente que no perdamos esa parte humanitaria. Yo creo que todos, en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, podemos necesitar algo. Y no hay que esperar a que se nos regrese, o preguntarnos ¿yo por qué ayudo?”, reflexiona.
“Con ser solamente humanitarios y no perder la sensibilidad es más que suficiente”.
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