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Domingo, 15 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Las tragedias evitables

Hoy no solo deben estimarse las medidas y el tiempo necesarios para salir de la crisis económica. Es indispensable agregar un imponderable no tan fácil de calcular: los efectos de las alterac

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 07 octubre, 2009


Editorial


La trágica situación que viven los pobres en Guatemala, al punto de registrar muertos por falta de alimentos y quién sabe cuántos sin consignar, debe llevarnos a poner las barbas en remojo. Pero se debe actuar en esto sin demoras porque eso hará la diferencia. El Gobierno guatemalteco ha tenido que declarar al país en “estado de calamidad pública” para intentar hacerle frente a la crisis alimentaria y nutricional que afecta a más de 2 millones de guatemaltecos, al haber perdido sus cosechas de granos básicos como consecuencia de la sequía provocada por el cambio climático. Niños que mueren después de una lenta agonía porque sus padres no pueden darles alimentos ni agua suficientes para sobrevivir, es algo a lo que jamás debería haberse llegado en ninguna parte del mundo, si solo se hubieran tomado medidas para distribuir un poco mejor la riqueza. Una obligación ineludible de los gobiernos. Ahora el cambio climático que hemos generado agrava la situación. Los fenómenos climáticos actuales que amenazan las cosechas no solo harán sentir sus efectos en Guatemala. Los campesinos de otros lugares de Centroamérica también miran asombrados derrumbarse sus conocimientos y su seguridad sobre qué sembrar y en cuál momento. La verdadera sabiduría radica en la prevención. En el estudio de las nuevas situaciones climáticas para adaptar la producción agropecuaria a ellas. Si algo se hubiera hecho al respecto quizás Guatemala no estaría ahora enterrando sus muertos por falta de alimentos y agua. Hoy no deben solo estimarse las medidas y el tiempo necesarios para que Latinoamérica logre salir de la crisis económica. Es indispensable agregar a ello un imponderable no tan fácil de calcular: los efectos de las alteraciones del clima (sequías, inundaciones, variación de la temperatura…). Costa Rica debe prepararse y esta no es una tarea para mañana. Los especialistas deben indicar los cambios que se están produciendo en las diferentes zonas del país y esto indicará las medidas a tomar en relación con la agricultura. El valioso conocimiento de los campesinos deberá unirse a los estudios del clima para encontrar formas de seguir cosechando con éxito.









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