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Jueves, 25 de abril de 2024



EDITORIAL


Las prioridades que no se ordenan

Hay justificado temor en la población relacionado con la situación de otros puentes que podrían estar en la misma situación del que se cayó

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 28 octubre, 2009


Editorial


El Gobierno ha girado $15 millones para la reparación de los puentes más deteriorados en el país. ¿No era posible conseguirlos y hacerlo antes de las muertes? Se anuncia la colocación de una nueva estructura, cuyos elementos estaban en instalaciones del MOPT desde hace siete años. ¿Por qué no se habían usado? ¿No pudo hacerse antes de la tragedia? La ministra Karla González, quien renunció a su cargo ayer habló en relación con esta tragedia pero entre sus diversos razonamientos no parece que los costarricenses hayan tenido una explicación clara, comprensible, a las preguntas antes expuestas y otras que permanecen sin respuesta. No se puede dejar el tema. Aparentemente podría cerrarse, porque por un lado se produjo la renuncia, que era la deuda política ante el caso y por otra parte las responsabilidades serán estudiadas por la fiscalía a quien compete. A las familias dolientes solo se les podrá brindar auxilio material. Pero la población sigue sin respuestas a muchas interrogantes y con miedo. Continuar con el tema de los puentes, como lo hace LA REPUBLICA en una nota de ayer, es porque hay justificado temor en la población relacionado con la situación de otras de estas infraestructuras que podrían encontrarse en la misma situación de la que se cayó. Lo que no ha quedado claro, en definitiva, es el manejo de la situación. Vemos, por ejemplo, en la cartera de Salud, que si hay un riesgo evidente ante una pandemia se cancelan permisos para la realización de ciertas actividades. Es una acción preventiva. No se deja el asunto en manos de una presunta población responsable. Primero porque a veces no se sabe que se está enfermo y ya se incuba la infección y segundo porque está más que probada la irresponsabilidad de la gente. En el caso de los puentes, en cambio, no se cerró a tiempo uno. Se presumió total responsabilidad en los usuarios y se estableció un peso permitido para el paso sin destacar ahí policía de tránsito las 24 horas. Esto es partir de una premisa falsa. ¿Qué se puede esperar en el caso de los demás puentes? ¿Es imposible que algunos de los policías de tránsito que vigilan la circulación con prohibición de placas a fin de aplicar las multas se ubiquen en los puentes más peligrosos para vigilar su uso? ¿Cómo se definen y ordenan las prioridades en este país?









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