Las libertades de Oller
| Miércoles 08 septiembre, 2010
Las libertades de Oller
El columnista Pedro Oller, a quien desconozco, quiso comentar en su columna de este martes un artículo periodístico que publiqué en La Nación el domingo pasado. De entrada, gracias por la atención.
No voy a referirme a mi reportaje. Es de mal gusto hacerlo, el texto se defiende o se hunde solito y además hay gente respetable que ha expresado opiniones muy diferentes a las del abogado Oller.
Digo “quiso comentar” porque en realidad él no comentó el reportaje. Lo usó para emitir algunos ataques contra este periodista, jugar a las adivinanzas y dar por cierta su imaginación. No menciono el contenido para no incurrir en reproducción de ofensas.
Pero entiendo a Oller. No está obligado a saber de periodismo. Por tanto, son comprensibles sus juicios y especulaciones sobre los periodistas (no sobre los artículos) que lee a diario de manera fiel.
Tampoco está obligado a escribir clarito, a usar verbos ni a contener sus sospechas. Tampoco está obligado a saber que el episodio del restaurante Cerutti ocurrió con el Banco Hipotecario de la Vivienda, no con el Ministerio de Planificación. Lo digo como una muestra de la imaginación.
Alvaro Murillo
Periodista de La Nación
El columnista Pedro Oller, a quien desconozco, quiso comentar en su columna de este martes un artículo periodístico que publiqué en La Nación el domingo pasado. De entrada, gracias por la atención.
No voy a referirme a mi reportaje. Es de mal gusto hacerlo, el texto se defiende o se hunde solito y además hay gente respetable que ha expresado opiniones muy diferentes a las del abogado Oller.
Digo “quiso comentar” porque en realidad él no comentó el reportaje. Lo usó para emitir algunos ataques contra este periodista, jugar a las adivinanzas y dar por cierta su imaginación. No menciono el contenido para no incurrir en reproducción de ofensas.
Pero entiendo a Oller. No está obligado a saber de periodismo. Por tanto, son comprensibles sus juicios y especulaciones sobre los periodistas (no sobre los artículos) que lee a diario de manera fiel.
Tampoco está obligado a escribir clarito, a usar verbos ni a contener sus sospechas. Tampoco está obligado a saber que el episodio del restaurante Cerutti ocurrió con el Banco Hipotecario de la Vivienda, no con el Ministerio de Planificación. Lo digo como una muestra de la imaginación.
Alvaro Murillo
Periodista de La Nación