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Lage y Pérez Roque renuncian

| Viernes 06 marzo, 2009




Lage y Pérez Roque renuncian

Dimisión consuma desaparición de ambas figuras de la política en Cuba

La Habana
EFE

Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, hasta esta semana pesos muy pesados del Gobierno cubano, salieron definitivamente de la escena política con la publicación ayer en el diario oficial Granma de varias cartas de renuncia a todos sus cargos, dos días después de que Fidel Castro los llamara “indignos”.
La muerte política de Lage, de 57 años, y de Pérez Roque, que cumple este mes 44, se empezó a fraguar el lunes con la destitución del primero del cargo de secretario del Consejo de Ministros y del segundo como ministro de Relaciones Exteriores.
La sentencia definitiva fue firmada por el mentor de ambos, el ex presidente Fidel Castro, quien al día siguiente, sin citarlos directamente, afirmó que “la miel del poder, por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”.
Las destituciones de Lage y Pérez Roque, las dos figuras políticas más prominentes de la isla fuera de la generación histórica de la revolución de 1959, deja un panorama que nadie se atreve a valorar, máxime si se tiene en cuenta la secuencia de acontecimientos que se produjo esta semana.
Con la salida de Lage del Consejo de Estado, la media de edad de la cúpula cubana (el presidente y ahora cinco vicepresidentes) pasa de 71,4 a 75 años.
Las destituciones sorprendieron a propios y extraños, aunque en el caso de Lage aún seguía como vicepresidente del Consejo de Estado -órgano de dirección máxima del Estado- y miembro del Buró Político del gobernante Partido Comunista, del que aún es primer secretario Fidel Castro.
Por su parte, Pérez Roque conservaba, aunque también por pocas horas, sus responsabilidades de diputado y miembro del Comité Central del Partido.
Las dos renuncias están fechadas el 3 de marzo -el mismo martes en que Fidel Castro señaló en un artículo su “papel indigno”- y tienen una estructura y términos prácticamente idénticos.
En misivas dirigidas al presidente de Cuba y segundo secretario del Partido, general Raúl Castro, ambos renuncian a todos sus cargos, reconocen “errores” que en ningún momento aclaran, dicen que asumen sus “responsabilidades” y prometen mantenerse fieles a la revolución.
“Reconozco los errores cometidos y asumo la responsabilidad. Considero que fue justo y profundo el análisis realizado en la pasada reunión del Buró Político”, dijo Lage, en alusión a un encuentro de la máxima cúpula del Partido del que no se han dado detalles.
“Reconozco plenamente que cometí errores (...) Asumo mi total responsabilidad por ellos”, afirmó igualmente Pérez Roque, refiriéndose a la misma reunión del Buró Político, en la que, anotó, él participó “como invitado”.
El ex vicepresidente Lage aseguró que el mandatario cubano puede estar seguro de que su “nuevo puesto de trabajo”, que tampoco especifica, será “una oportunidad para seguir sirviendo a la revolución”, y que siempre, como hasta ahora, será “fiel al Partido, a Fidel (Castro) y a Usted”.
Por su parte, la renuncia del ex canciller dice: “Seguiré defendiendo, con lealtad y modestia, a la revolución con cuyos principios e ideales estoy y estaré siempre plenamente comprometido”.
La remodelación realizada por Raúl Castro supuso, además, la destitución definitiva de otros siete titulares de carteras, incluido el de Economía y vicepresidente del Consejo de Ministros, José Luis Rodríguez.
También salió el vicepresidente Otto Rivero, otro de los hijos políticos de Fidel Castro.
Rivero se encargaba de los programas de la “Batalla de Ideas”, lanzada por el ex presidente para tratar de recuperar los “valores revolucionarios” a finales de los años 90, y que han pasado a estar bajo en el “control” de otro de los vicepresidentes del Consejo de Ministros, Ramiro Valdés.
En total, los cambios afectaron a once ministerios y cuatro de ellos se fusionaron en dos entidades.






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