Elogios
La vida
Leopoldo Barrionuevo leopoldo@amnet.co.cr | Sábado 29 diciembre, 2007
Largo aprendizaje para una asignatura que nunca acabamos por aprobar. En una oportunidad, un amigo que hacía mucho no veía, me contó su drama cotidiano que consistía en que lo primero que hacía en la mañana era abrir el periódico y leer el Obituario y su drama aparecía cuando encontraba la noticia de la muerte de gente conocida que por lo general, era menor que él. Le repliqué que eso no debía preocuparle ya que en mi caso hacía lo mismo y si no hallaba la noticia de mi muerte me decía: ¡qué hermoso día voy a tener hoy!
Para muchos esta salida no es otra cosa que una broma, pero para mí se trata de una experiencia.
Decía Hermann Hesse que lo que esto significa, un ser vivo, se sabe menos que nunca y por eso se destruyen a montones los seres humanos, cada uno de los cuales es una creación valiosa y única de la naturaleza.
La vida es un libro que escribimos diariamente, a cada paso, con cada hecho y bajo nuestra entera responsabilidad. Somos lo que pensamos y en consecuencia, somos lo que hacemos. Estamos en libertad de pensar y de actuar y por ende, de cambiar, pero también podemos construir una muralla de quejas, resentimientos, excusas, protesta y negatividad.
Desde ya, como el cielo y el infierno no están sino en nosotros, más temprano que tarde nos pasan la factura de tanta tontería y el cuerpo paga el precio con intereses de usura convertido en depresiones, migrañas y frustración.
La vida es siempre como la percibimos en base primordialmente a sentimientos y emociones, de ahí que cada vez con mayor claridad comprendamos que el estrés se combate con conductas de alivio tales como practicar la amistad, la conversación, llevarse bien con los demás, dedicar tiempo a sus aficiones y tomar tiempo para uno y para su familia. Pero no basta, porque si se vive en una ciudad poblada de vehículos y se le debe atravesar a menudo, se debe soportar el creciente malhumor del resto de los mortales y las presiones de jefes, clientes, pareja, hijos, cuentas y en muchos casos lo que origina la bigamia visible u oculta.
Pero también el trabajo se convierte en un motivo de realización que en los tiempos que vivimos puede perderse en cualquier estúpida “reingeniería” y condenar a las gentes a una situación de impotencia e inestabilidad. No es tan importante la búsqueda de fama o dinero, sino la convicción de ser valioso para uno mismo y creativo y productivo en sus actividades.
Mi madre sabía cómo eludir el estrés: cuando se sentía acosada por alguna preocupación, se ponía a trabajar hasta quedar rendida ya que definía la preocupación como el estado posterior a la ocupación y así, decía “el que se ocupa, no se preocupa”. Y poco antes de cumplir los 90 años cortaba el césped del jardín, pintaba las paredes del patio o bien bordaba incesantemente para sus nietas.
Tarde llegamos al entendimiento del tiempo: solo existe el presente, ya que el ayer es nostalgia y el mañana una esperanza que no se puede apresurar. La vida es como una clepsidra, un reloj de arena, los granos de arriba no pueden pasar por sobre los de abajo ya que lo hacen de uno a la vez.
Siempre nos trastorna el después, pero la única realidad es hoy, no tenemos otra.
NOTAS ANTERIORES
Comunicar, comunicar, comunicar
Viernes 13 diciembre, 2024
Defenderse es más peligroso que dar un paso al frente y contar lo que sea necesario y que sabemos que los públicos quieren saber.
Siria después de la dictadura de Bashar Al-Assad
Jueves 12 diciembre, 2024
Ha caído en Siria la dictadura de Bashar Al-Assad que había empezado en el año 2000 después de que su padre la iniciara desde el año 1971
Trabajo de cuidado no remunerado: la barrera laboral para las mujeres costarricenses
Jueves 12 diciembre, 2024
Aproximadamente el 50% de las pequeñas y medianas empresas en Costa Rica están lideradas por mujeres.
¿Seguiremos con posibilidades electorales confusas?
Miércoles 11 diciembre, 2024
Todavía no se ha hecho un buen balance político de los ocho años del gobierno del Partido Acción Ciudadana.