La serenidad y la razón deben guiar la acción política
Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 29 julio, 2016
No puede ni debe plantearse la lucha contra los privilegios y gollerías como una campaña contra el empleo público. Los sindicatos no deben defender estos sino más bien desenmascararlos
Sinceramente
La serenidad y la razón deben guiar la acción política
Todo país requiere un sector público. Los empleados de ese sector en consecuencia son indispensables en la administración de los asuntos comunes de Costa Rica. Los empleados públicos resultan no solo indispensables sino que una buena organización estatal es una ventaja comparativa de país frente al resto de quienes son sus competidores. Una burocracia estatal de primer mundo es lo que necesita Costa Rica. No son privilegios lo que el país debe ofrecer. Hay que sumar fuerzas con los líderes del sector y hay que crear un sistema que sea una ventaja de país, nunca un inconveniente.
No puede ni debe plantearse la lucha contra los privilegios y gollerías como una campaña contra el empleo público. Los sindicatos no deben defender estos sino más bien desenmascararlos A los empleados públicos hay que entrenarlos, hay que motivarlos sin gollerías ni privilegios, pero sus remuneraciones deben ser competitivas.
Varios diputados han estado desentrañando los vicios odiosos que existen en el sector público y que ofenden a los mismos empleados del sector, así como a todo el país.
Los sindicatos han iniciado una campaña en apoyo del empleo gubernamental. Por añadidura de las gollerías y privilegios que ostentan muchos por no censurarlos. Es necesario decir que mientras hay salarios millonarios por mes la gran mayoría de los trabajadores están escasamente pagados.
No es dable usar el razonamiento de que no hay que desmantelar y combatir los privilegios sino combatir la evasión fiscal que es en este país un 3% del Producto Interno Bruto (PIB). No es dable porque ambas deben ser atendidas. La evasión es un delito y los privilegios deben acabarse. La evasión fiscal en Costa Rica es producto en su mayor parte de la informalidad de la economía, de las empresas y personas que no llevan contabilidad, no dan recibos profesionales por sus servicios, no recolectan el impuesto de ventas ni pagan renta. Pero allí nadie dice nada y nadie hace nada. Hay que eliminar los privilegios y las gollerías sin falta. Hay que mejorar la recaudación y formalizar la economía como un todo. Se debe poner orden.
El Frente Amplio ya inicia una campaña a favor de la “renta global” para cobrarles los impuestos a las empresas y personas costarricenses que generan sus ganancias fuera de Costa Rica. Su campaña para las elecciones de 2018 estará probablemente enfocada en ese sentido. Buscará posiblemente ser radicalmente antisistema y antiempresa y ganar votos a base de atacar a propietarios y productores, a empresarios y profesionales independientes. Buscará previsiblemente señalar que esta campaña está dirigida hacia “los grandes capitalistas con ahorros y riqueza fuera de Costa Rica” y no contra los pequeños empresarios que dice defender.
Hay que bajar la violencia verbal pero hay que profundizar las medidas paulatinas, lógicas, razonables y socialmente convenientes para reducir privilegios y recaudar mejor los impuestos. Hay que enderezar lo torcido y pronto.
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