La primavera arrocera
| Sábado 30 agosto, 2014
La primavera arrocera
Algunos quieren que la producción arrocera se estanque, como han estancado a Costa Rica, quienes las han gobernado en los últimos años.
Hoy estamos frente el advenimiento de una nueva administración, dispuesta a gobernar diferente a como lo hicieron algunos exministros de Comercio Exterior, como don Alberto Trejos, que hoy levanta su voz, para indicarle al actual gobierno qué debe hacer con respecto al precio del arroz y aún más grave, afirmar que “ (…) el arroz en Costa Rica es caro, pero lo paradójico es que el estado interviene para encarecerlo, no para abaratarlo”. (Arroceros piden prohibir importaciones, LA REPUBLICA, pág 10, viernes 22 de agosto 2014).
El jefe de las negociaciones del tratado de libre de comercio con Estados Unidos, fiel creyente de que ese tratado nos iba a sacar de la pobreza con más fuentes de trabajo y mejor calidad de vida, se nos parece mucho a un Premio Nobel, que aseguró que los que iban al trabajo en bicicleta “con el TLC vendrán en motocicleta BMW”. Hoy siguen a pie y muchos atrapados en la pobreza.
Reaparece como uno de esos analistas opuestos a que el gobierno prohíba las importaciones de arroz pilado, mediante el establecimiento de una salvaguardia.
Además piden la eliminación de la fijación de precios del arroz y que se permita la libre importación del grano para abaratarle el precio al consumidor.
Contrario al pensamiento del exministro negociador, un estudio realizado por la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), con base en los Índices de Precios al Consumidor del Arroz del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec), de los años 2011, 2012 y 2013, revela que el comportamiento de los precios de los alimentos, que integran el casado típico, hace ver que el precio del arroz es el más favorable para el consumidor, por ser el único producto que en los últimos cuatro años, cerró con disminuciones de precios.
Por ello, como anillo al dedo, nos vienen las palabras del presidente de la República, don Luis Guillermo Solís, al anunciar el 8 de mayo en su discurso, que las organizaciones deben contribuir a superar las contradicciones que han impedido que Costa Rica cambie.
Y decía don Luis Guillermo: “La principal de esas contradicciones es, sin duda, la producida por una economía sustentada en un modelo que genera crecimiento pero que al mismo tiempo y paradójicamente concentra la riqueza en pocas manos, creando condiciones de desigualdad y pobreza ajenas a la visión de bienestar que por décadas orientó a las políticas públicas de nuestro país.”
Hoy estamos en la primavera arrocera, con la llegada de un gobierno defensor de la seguridad alimentaria y de la producción nacional, que ha hecho florecer mayores expectativas a más de 60 mil familias, que no perderán su trabajo por culpa del arroz importado pilado por unos oportunistas que hoy, con sus escuderos o sin ellos, se oponen a la aplicación de esa medida de defensa comercial.
La salvaguardia arrocera será el único instrumento que frenará la desmedida avalancha de las importaciones de arroz pilado, que pasaron del año 2012 al 2013 de 15,380 toneladas métricas a 32, 179.
En lo que va del año 2014, esa cifra ya alcanzó las 19.583 toneladas métricas, cantidad que se ha dejado de comprar al productor nacional y que son importadas por aprovechados, que no le compran un grano al agricultor arrocero nacional.
También vienen a repetirles como loros al consumidor nacional, con tal de confundirlo, de que el arroz de Costa Rica es uno de los más caros - versión desmentida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) - en un ardid utilizado por un medio nacional para azorar a la opinión pública y meterle cuña a un gobierno que no comulga con el capitalismo salvaje.
De ahí el temor de algunos defensores del poder económico, opuestos a la salvaguardia, que buscan presionar al gobierno del presidente Solís, que ha emprendido la lucha por incrementar la producción nacional y combatir las desigualdades sociales (…).
Esto conlleva a rescatar al sector agropecuario, al cual renueva su empeño de apoyarlo “y promoverlo como no se hizo en las últimas tres décadas, por medio de políticas públicas que faciliten el financiamiento, la producción y la comercialización de bienes fruto de los afanes de las mujeres y hombres de nuestros campos.”
Carlos R. Chaves Jiménez
Presidente de Conarroz