La persistencia de la peste bubónica
| Martes 03 noviembre, 2015
La persistencia de la peste bubónica
La peste bubónica (PB) es una zoonosis —cualquier enfermedad que puede transmitirse de los animales a los seres humanos— causada por la bacteria Yersinia pestis; normalmente, se encuentra en roedores, como las ratas, y las pulgas que los parasitan.
Es transmitida a los humanos mediante la picadura de pulgas (Xenopsylla cheopis) infectadas, contacto directo, inhalación y, ocasionalmente, por ingestión de materiales infecciosos; puede ser una enfermedad muy grave para el ser humano. Si no se trata, tiene una tasa de letalidad que oscila entre el 30% y el 60%.
Hay tres tipos de peste, dependiendo de la vía de infección: bubónica, septicémica y neumónica. Las personas infectadas pueden presentar síntomas similares a los de una gripe, tras un periodo de incubación de dos a seis días; los síntomas más comunes son: fiebre, escalofríos, cefalea, náuseas, dolores generalizados, diarrea o constipación, frecuentemente toxemia, shock, hipertensión arterial, pulso rápido, inquietud, marcha tambaleante, trastorno del lenguaje, confusión mental y postración.
De esta infección de connotaciones apocalípticas, conocida como “peste negra” en la Edad Media, entre la era cristiana y 1930, se presentaron tres grandes pandemias: la del año 542, se estima pudo haber causado 100 millones de muertes; la de 1346, que duró tres siglos, causando cerca de 25 millones de víctimas, y la de 1894, que duró hasta el decenio de 1930.
Como consecuencia de esta última pandemia, se establecieron focos naturales de infección en América del Sur, África Occidental y Sudáfrica, en Madagascar e Indochina. La concurrencia en los animales se ha concentrado en 230 especies y subespecies de roedores silvestres, infectados naturalmente con la bacteria mencionada. En los focos naturales, la peste selvática se perpetua por la circulación continua del agente etiológico, transmitido por pulgas de un roedor a otro.
Esta enfermedad, a pesar de los adelantos científicos, mejores niveles de sanidad, sensibilidad de la bacteria a ciertos antibióticos y conocimiento del mecanismo de transmisión, aún no ha sido erradicada; es endémica en Madagascar, República Democrática del Congo y Perú; según la Organización Mundial de la Salud persiste, también, en Ecuador, Bolivia y Brasil. Inclusive en los Estados Unidos de América —el país de mayor gasto en salud en el mundo— no la han podido erradicar; siguen apareciendo casos y muertes en Nuevo México, Arizona, California y Colorado. En lo que va del año 2015, han diagnosticado 15 casos, lo cual duplica el promedio anual de los últimos años.
Aunque la mayoría de las personas estiman que la peste bubónica es una enfermedad desaparecida, la realidad es otra, su erradicación será muy difícil debido a la presencia de roedores y pulgas, situación que podría agravarse por el descuido de las autoridades de salud y el uso equivocado de pulgas infectadas en las guerras biológicas.
Darner A. Mora
Salubrista público