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Jueves, 25 de abril de 2024



EDITORIAL


La noticia que no podemos dar

Llevamos años esperando dar la buena noticia de que nuestras oficinas públicas se han transformado y vuelto profesionales y eficientes

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 13 noviembre, 2010


Editorial 13 de noviembre 2010


Después de más de cinco años de ocurrido el incendio en el Hospital Calderón Guardia, contar de nuevo con esas instalaciones para la atención de los pacientes sigue siendo una esperanza a largo plazo, a pesar de las necesidades que tiene el país en general en materia de atención médica.

Lo que sí ha concluido es el proceso judicial, confirmándose la sentencia contra quien originó el siniestro que acabó con la vida de 19 personas entre pacientes y personal, al destruir dos pisos de la torre de servicios médicos de ese centro hospitalario. El que fue declarado responsable del delito continuará descontando una condena de 20 años de prisión.

Pero a la par de este proceso de carácter judicial, debió realizarse otro para construir y volver a poner en funcionamiento la parte del hospital que se quemó por el trágico suceso. Es decir, edificar y equipar lo necesario para que ahí se puedan brindar de nuevo servicios médicos que tanto necesitan los costarricenses.

Esto, sin embargo, parece que ha corrido la misma suerte que otras obras que se realizan en el país. En cinco años no hemos podido contar con la nueva edificación sino que, aparentemente, todo este tiempo apenas alcanzó para planear y diseñar el proyecto pasando continuamente por el conocido “vía crucis” de las oficinas públicas donde la ausencia de una secretaria puede significar que una junta directiva no se reúna y esto a su vez que no se aprueben los documentos sometidos a su firma. Para poner solo un ejemplo de la insólita maraña de injustificados retrasos que demoran todo en este país.

Estas trabas, estas entorpecedoras dilaciones causadas por la ineficiencia que campea sin que los responsables le pongan coto y sin que ninguna jerarquía se haga cargo de cambiarla, es una de las principales razones por las que el país avanza tan lentamente en muchos aspectos.

Llevamos años esperando dar la buena noticia de que nuestras oficinas públicas se han transformado y vuelto profesionales y eficientes, acortando tiempos de tramitación y dando a Costa Rica el ritmo que en ese sentido requiere.

Pero la buena nueva no llega. Las administraciones se suceden sin decidirse a tomar acciones concretas en este punto esencial para el desarrollo, que se evidencien en resultados. Sin embargo, hacerlo es lo que urge, es algo que daría un impulso enorme permitiendo ahorro de tiempo y recursos de todo tipo.







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