La normalización como herramienta de competitividad
| Miércoles 10 marzo, 2010
La normalización como herramienta de competitividad
La suscripción del TLC con Singapur y China es motivo de gran satisfacción y a la vez de preocupación.
Formar parte de este tipo de acuerdos permite un mejor dinamismo en la economía global, llevando más que a obtener un beneficio económico, uno basado en calidad de vida para la fuerza laboral. Pero debemos tener un mejor control para que estos tratados cumplan el objetivo fundamental de ser eficientes, integradores y más importante, que nos ayuden a impulsar el desarrollo del país.
Es preocupante la llegada de productos de baja calidad. Es falso pensar que vamos a frenar la llegada de esos productos “protegiendo” nuestro mercado por medio de impuestos a las importaciones. La realidad salta a la vista, hoy día sin tener firmado un TLC con China ya nos tienen inundados con sus productos. El TCL ni va a facilitar ni va a limitar lo que ya hoy vivimos.
¿Qué hacer ante este fenómeno comercial? Educar, educar, educar… ¿a quién? Al consumidor. En Costa Rica, desde hace muchos años se ha venido trabajando en normalización, estas normas se han elaborado con la participación de diferentes actores del mercado: consumidor, industriales, estado, academia, etc. El trabajo consiste en establecer un claro lineamiento del cumplimiento de los productos según nuestras exigencias y necesidades, las mismas se basan en la protección a la vida humana y protección al medio ambiente.
Desde el punto de vista de normalización, hemos elaborado una amplia cartera de productos en diferentes áreas de la construcción. Creemos que podríamos enfrentar la llegada de productos de otros mercados; sin embargo, la falta de espacios para la divulgación de estas normas en la sociedad, y los diferentes interesados del mercado nacional, impiden que el consumidor sea educado adecuadamente.
Si el consumidor exige productos que cuenten con normativas de referencia, certificaciones de calidad, muchos de esos productos no serían adquiridos; pues revelarían, por sí solos, la duda sobre su calidad.
En los últimos días hemos sido testigos que la gran cantidad de incendios en viviendas, en su mayoría los dictámenes de ingeniería de bomberos indican “cortocircuito”. ¿Fueron “cortocircuitos” simplemente o será que las instalaciones eléctricas se hacen con productos como los antes mencionados? ¡Cuidado!... cable, tomas, apagadores, tape eléctrico, breaker y muchos otros, pueden atentar contra la seguridad de nuestras casas, no se trata de buscar lo barato en productos que representan seguridad.
¡Necesitamos despertar de esa conformidad para comprar! Y ser más exigentes en las inversiones que realizamos.
La normalización sirve para obtener características, cualidades, presentación, origen, pero ante todo para definir la calidad del producto que estoy adquiriendo y la seguridad que brinda.
Jorge Chaverry
Presidente Asociación de Distribuidores de Materiales Eléctricos
La suscripción del TLC con Singapur y China es motivo de gran satisfacción y a la vez de preocupación.
Formar parte de este tipo de acuerdos permite un mejor dinamismo en la economía global, llevando más que a obtener un beneficio económico, uno basado en calidad de vida para la fuerza laboral. Pero debemos tener un mejor control para que estos tratados cumplan el objetivo fundamental de ser eficientes, integradores y más importante, que nos ayuden a impulsar el desarrollo del país.
Es preocupante la llegada de productos de baja calidad. Es falso pensar que vamos a frenar la llegada de esos productos “protegiendo” nuestro mercado por medio de impuestos a las importaciones. La realidad salta a la vista, hoy día sin tener firmado un TLC con China ya nos tienen inundados con sus productos. El TCL ni va a facilitar ni va a limitar lo que ya hoy vivimos.
¿Qué hacer ante este fenómeno comercial? Educar, educar, educar… ¿a quién? Al consumidor. En Costa Rica, desde hace muchos años se ha venido trabajando en normalización, estas normas se han elaborado con la participación de diferentes actores del mercado: consumidor, industriales, estado, academia, etc. El trabajo consiste en establecer un claro lineamiento del cumplimiento de los productos según nuestras exigencias y necesidades, las mismas se basan en la protección a la vida humana y protección al medio ambiente.
Desde el punto de vista de normalización, hemos elaborado una amplia cartera de productos en diferentes áreas de la construcción. Creemos que podríamos enfrentar la llegada de productos de otros mercados; sin embargo, la falta de espacios para la divulgación de estas normas en la sociedad, y los diferentes interesados del mercado nacional, impiden que el consumidor sea educado adecuadamente.
Si el consumidor exige productos que cuenten con normativas de referencia, certificaciones de calidad, muchos de esos productos no serían adquiridos; pues revelarían, por sí solos, la duda sobre su calidad.
En los últimos días hemos sido testigos que la gran cantidad de incendios en viviendas, en su mayoría los dictámenes de ingeniería de bomberos indican “cortocircuito”. ¿Fueron “cortocircuitos” simplemente o será que las instalaciones eléctricas se hacen con productos como los antes mencionados? ¡Cuidado!... cable, tomas, apagadores, tape eléctrico, breaker y muchos otros, pueden atentar contra la seguridad de nuestras casas, no se trata de buscar lo barato en productos que representan seguridad.
¡Necesitamos despertar de esa conformidad para comprar! Y ser más exigentes en las inversiones que realizamos.
La normalización sirve para obtener características, cualidades, presentación, origen, pero ante todo para definir la calidad del producto que estoy adquiriendo y la seguridad que brinda.
Jorge Chaverry
Presidente Asociación de Distribuidores de Materiales Eléctricos