¡La noche fue manuda!
Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Jueves 26 noviembre, 2009
¡La noche fue manuda!
En un muy buen juego, Alajuelense se paseó por el Ricardo Saprissa y se dejó el clásico
Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net
Con velocidad, precisión, buen ritmo y goles, la Liga Deportiva Alajuelense venció sin apelaciones 2-0 a Saprissa, con lo que se metió de lleno en la lucha por la clasificación.
Lo mejor fue el espectáculo que dieron los dos equipos, demostrando que cuando se quiere en Costa Rica es posible ofrecer buenos partidos, de acciones parejas y emociones en ambas porterías.
La inyección que ofrecen dos planillas jóvenes permitió el disfrute a los asistentes, que aunque en principio se esperaban muy pocos, al final coparon al menos el 70% del reducto morado.
La presencia de tanta figura joven, complementada con experimentados, le dio al clásico un nivel que hace tiempos no se notaba, sobre todo por el ritmo vertiginoso, principalmente en el primer periodo.
Los dos equipos presentaron un dibujo táctico muy similar, con tres hombres en el fondo, carrileros que sumaban poco en ofensiva, pero con la diferencia de que mientras Saprissa solo tenía un marcador, los manudos jugaron con dos.
De entrada los primeros 15 minutos fueron de mucho estudio, el clásico les pesaba a algunos de los protagonistas, que no soltaban las amarras ni se animaban a dar lo mejor de sí.
Pero despertaron y comenzó el espectáculo, el ritmo subió, los novatos aparecieron y el juego creció en intensidad, que aunque no llenaba las áreas sí le daba un nivel anormal para el medio.
Fueron los morados, que en medio de la paridad de las acciones se acercaban más a la portería rival e inquietaban a Alfonso Quesada, quien al minuto 21 le quitó el gol a Andrés Núñez, tras un excelente pase de David Guzmán.
Luego fue Jairo Arrieta quien recibió un centro perfecto de Núñez, pero su remate de cabeza salió totalmente desviado, pese a estar con toda la portería al frente.
Un minuto después de esa acción, al 28, se dio la apertura, en jugada que gestaba Marco Ureña, el mejor de los 22 actores, que se encontró frente al área Ariel Rodríguez para soltar un obús que no pudo frenar Keylor Navas y se decretó el 1-0.
El partido creció, era bueno, intenso, bonito, con dos equipos mostrando vocación ofensiva, al punto que el segundo gol cantado era de los rojinegros, tras cabezazo de Rodríguez que cuando se colaba en las redes, de manera espectacular desvió, ahora sí, Keylor.
Pero Alfonso Quesada también tenía que emplearse a fondo cuando la metralla manuda le exigía, como en el remate de Guzmán, que de gran manera envió al tiro de esquina.
Con Saprissa presionando en busca de la igualada se llegó al final del primer tiempo, el mejor en muchos años.
En la complementaria el partido siguió siendo bueno, pero no tanto, ya el ritmo no era de ir y venir, sino que los visitantes le pusieron un nivel que era el que más les convenía.
Sumado a eso se comenzó a perder tiempo, la afición lanzaba serpentinas y se lesionó Keylor Navas, lo que sin duda afectó el buen partido que se mostraba y disminuyó el tiempo efectivo de juego.
Argenis Fernández “madrugó” a Víctor Cordero y de no ser por una gran acción de Navas, antes de salir, el 2-0 habría sido cantado. Demasiada velocidad tienen los manudos con Fernández y Ureña.
En un juego de estas características la polémica siempre está presente y se dio al 73, cuando le anularon lo que sería el gol del empate a Andrés Núñez, por una decisión que solo el silbatero y su asistente saben.
Y luego, falta clara de Alexander Robinson, quien desentona con sus acciones malintencionadas, sobre Ureña dentro del área y Ricardo Cerdas sin titubear apuntó la pena máxima.
Como el más experimentado, con calidad y señorío lo cobró Diego Estrada, engañando por completo a Fausto González para decretar el 2-0 definitivo.
No hubo más, Saprissa trató de dominar, la Liga esperó y contragolpeó, lo que al final le dio réditos. Acabó con siete años sin ganar en el Saprissa y por primera vez lo hace sobre la grama sintética.
Los manudos están cerca de clasificar, mientras Saprissa de Roy Myers, se metió en problemas.
En un muy buen juego, Alajuelense se paseó por el Ricardo Saprissa y se dejó el clásico
Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net
Con velocidad, precisión, buen ritmo y goles, la Liga Deportiva Alajuelense venció sin apelaciones 2-0 a Saprissa, con lo que se metió de lleno en la lucha por la clasificación.
Lo mejor fue el espectáculo que dieron los dos equipos, demostrando que cuando se quiere en Costa Rica es posible ofrecer buenos partidos, de acciones parejas y emociones en ambas porterías.
La inyección que ofrecen dos planillas jóvenes permitió el disfrute a los asistentes, que aunque en principio se esperaban muy pocos, al final coparon al menos el 70% del reducto morado.
La presencia de tanta figura joven, complementada con experimentados, le dio al clásico un nivel que hace tiempos no se notaba, sobre todo por el ritmo vertiginoso, principalmente en el primer periodo.
Los dos equipos presentaron un dibujo táctico muy similar, con tres hombres en el fondo, carrileros que sumaban poco en ofensiva, pero con la diferencia de que mientras Saprissa solo tenía un marcador, los manudos jugaron con dos.
De entrada los primeros 15 minutos fueron de mucho estudio, el clásico les pesaba a algunos de los protagonistas, que no soltaban las amarras ni se animaban a dar lo mejor de sí.
Pero despertaron y comenzó el espectáculo, el ritmo subió, los novatos aparecieron y el juego creció en intensidad, que aunque no llenaba las áreas sí le daba un nivel anormal para el medio.
Fueron los morados, que en medio de la paridad de las acciones se acercaban más a la portería rival e inquietaban a Alfonso Quesada, quien al minuto 21 le quitó el gol a Andrés Núñez, tras un excelente pase de David Guzmán.
Luego fue Jairo Arrieta quien recibió un centro perfecto de Núñez, pero su remate de cabeza salió totalmente desviado, pese a estar con toda la portería al frente.
Un minuto después de esa acción, al 28, se dio la apertura, en jugada que gestaba Marco Ureña, el mejor de los 22 actores, que se encontró frente al área Ariel Rodríguez para soltar un obús que no pudo frenar Keylor Navas y se decretó el 1-0.
El partido creció, era bueno, intenso, bonito, con dos equipos mostrando vocación ofensiva, al punto que el segundo gol cantado era de los rojinegros, tras cabezazo de Rodríguez que cuando se colaba en las redes, de manera espectacular desvió, ahora sí, Keylor.
Pero Alfonso Quesada también tenía que emplearse a fondo cuando la metralla manuda le exigía, como en el remate de Guzmán, que de gran manera envió al tiro de esquina.
Con Saprissa presionando en busca de la igualada se llegó al final del primer tiempo, el mejor en muchos años.
En la complementaria el partido siguió siendo bueno, pero no tanto, ya el ritmo no era de ir y venir, sino que los visitantes le pusieron un nivel que era el que más les convenía.
Sumado a eso se comenzó a perder tiempo, la afición lanzaba serpentinas y se lesionó Keylor Navas, lo que sin duda afectó el buen partido que se mostraba y disminuyó el tiempo efectivo de juego.
Argenis Fernández “madrugó” a Víctor Cordero y de no ser por una gran acción de Navas, antes de salir, el 2-0 habría sido cantado. Demasiada velocidad tienen los manudos con Fernández y Ureña.
En un juego de estas características la polémica siempre está presente y se dio al 73, cuando le anularon lo que sería el gol del empate a Andrés Núñez, por una decisión que solo el silbatero y su asistente saben.
Y luego, falta clara de Alexander Robinson, quien desentona con sus acciones malintencionadas, sobre Ureña dentro del área y Ricardo Cerdas sin titubear apuntó la pena máxima.
Como el más experimentado, con calidad y señorío lo cobró Diego Estrada, engañando por completo a Fausto González para decretar el 2-0 definitivo.
No hubo más, Saprissa trató de dominar, la Liga esperó y contragolpeó, lo que al final le dio réditos. Acabó con siete años sin ganar en el Saprissa y por primera vez lo hace sobre la grama sintética.
Los manudos están cerca de clasificar, mientras Saprissa de Roy Myers, se metió en problemas.