¡La noche de Ariel!
Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Jueves 29 octubre, 2015
Ariel Rodríguez llegó con su olfato goleador encendido anoche y con un triplete selló una nueva victoria de Saprissa, 3-1 ahora ante Uruguay.
Fueron tres jugadas calcadas, donde el delantero únicamente apareció para poner su botín y terminar de enviar el balón a la red. Libreto de depredador del área.
Esas son la acciones de Rodríguez, para eso está ahí y ayer cumplió.
Manejaron los tibaseños el primer tiempo a placer, haciendo daño especialmente por la banda izquierda de Daniel Colindres, una y otra vez libre.
Los conoradeños se mostraron algo timoratos en el primer tiempo, donde ni llegaron a defender ni a atacar, tanto que su única arma el contragolpe.
Después de varias subidas de Colindres, muchas de ellas desperdiciadas al no convertirse en centro ni tiro, por fin dio con la fórmula.
Se llevó Daniel una vez más a Luis Alejandro Pérez, por la calle de la amargura todo el partido, dio una pared con Ariel, quien le devolvió el balón.
Entonces Colindres bajó de pecho y centró a la llegada de Ariel, que solo metió el pie para poner su primer gol de la noche. Fue una linda acción, de puro fútbol.
Con ese tanto se fueron al descanso, y regresando todo se movió muy rápido.
Conectaron Angulo y Bolaños por la derecha, y este último envió un centro raso a la llegada de Ariel, que tocó con elegancia para el 2-0.
Celebran los morados el gol que les daría más tranquilidad cuando Uruguay sorprendió con el descuento. Joel Montero le ganó la partida a Irving Calderon y metió un pase a Walter Silva, quien sacó un fuerte remate que venció a Carvajal.
Con el gol Uruguay se acomodó mejor, empezó a meter en problemas a los locales y merodeó con la igualdad. Alpizar le calentó los puños a Carvajal y Silva no logró definir un gran centro de Montero.
El partido se abrió más, David Ramírez tuvo sus opciones y en los últimos minutos cuando más presionaban los coronadeños en busca del empate, Ulises Segura le sirvió a Ariel el tercero, quien no perdonó.
Simplemente era la noche del goleador morado y nadie se la iba a amargar. Saprissa también sonríe, está cada vez más cerca de las primeras casillas.