La mujer en el mercado inmobiliario
| Jueves 08 marzo, 2012
La mujer en el mercado inmobiliario
En casi todos los mercados, la participación histórica de la mujer ha sido difícil y en algunas ocasiones, objeto de menosprecio; el mercado inmobiliario no es la excepción.
Debido a la falta de una oferta formal específica de estudios en el campo de la correduría de bienes raíces y de una Ley que regule el proceso, muchos han visto, en Costa Rica, a este sector productivo como venido a menos, un espacio donde “entran las mujeres que no tienen nada que hacer”.
La realidad es otra. Es esta una profesión difícil, que requiere tiempo, conocimiento y esfuerzo y donde nacen muchos nuevos capitales.
En cuanto al papel de la mujer, que históricamente ha estado en desventaja laboral, es en este mercado, entre otros, donde tiene grandes ventajas sobre el profesional masculino.
Es claro que existen diferencias entre hombres y mujeres y en la profesión de correduría de bienes raíces podemos ver algunas de esas disimilitudes en los enfoques entre unas y otros. Esto a pesar de tener, ambos sexos, fortalezas y debilidades similares.
El hombre, por ejemplo, tiende a tener una mirada más crítica, a considerar a las familias compradoras como inversión en general, mientras que la mujer tiende a prestar más atención al aspecto de los detalles de la venta, a las necesidades emocionales de sus clientes.
Las mujeres tenemos una habilidad natural para ver una variedad de propiedades y luego ser capaces de imaginar las diversas formas que pueden hacer que dichas propiedades sean aún mejores. Tenemos un ojo más crítico del interior de la propiedad; buscamos ser más empáticas y por ello, al mostrar un bien inmueble, podemos tener una mayor comprensión de la necesidad del cliente.
Por otra parte, nuestra capacidad de manejar varias tareas a la vez, hace que no descuidemos los detalles y mantengamos al cliente perfectamente informado y atendido, haciéndolo sentir importante.
Hace ya tres décadas, cuando incursioné por primera vez en este campo, los corredores (hombres) no nos tomaban muy en serio, pensaban que uno estaba jugando, pero con el paso del tiempo, con esfuerzo y dedicación, nos hemos ido ganando el respeto y la confianza de la mayoría.
Hoy en día la mujer y el hombre compiten en igualdad de condiciones en este mercado, y pienso que con el tiempo, el 40% mujeres - 60% hombres de hoy, se puede convertir en 60% - 40%.
Ahora, desde mi posición de presidente de la Cámara Costarricense de Corredores de Bienes Raíces, veo crecer el número de mujeres involucradas en los procesos de cambio, trabajando, junto a los hombres que buscan lo mismo, por una ley que regule esta actividad para que haya transparencia en los procesos, para que el país reciba lo que le corresponde en impuestos.
Veo mujeres enfocadas en atraer a los corredores independientes, para ir estandarizando los conceptos, los contratos y una misma ética, buscando apoyar a los desarrolladores y a profesionalizar al corredor, porque entendemos que el sector inmobiliario es vital para el país, ya que es casi el 12% del PIB 2011.
Las mujeres estamos poniendo un granito de arena por una Costa Rica mejor, a la vez que buscamos la igualdad de oportunidades de negocios para ambos sexos.
Aleyda Bonilla
Presidente
Cámara Costarricense de Corredores de Bienes Raíces
En casi todos los mercados, la participación histórica de la mujer ha sido difícil y en algunas ocasiones, objeto de menosprecio; el mercado inmobiliario no es la excepción.
Debido a la falta de una oferta formal específica de estudios en el campo de la correduría de bienes raíces y de una Ley que regule el proceso, muchos han visto, en Costa Rica, a este sector productivo como venido a menos, un espacio donde “entran las mujeres que no tienen nada que hacer”.
La realidad es otra. Es esta una profesión difícil, que requiere tiempo, conocimiento y esfuerzo y donde nacen muchos nuevos capitales.
En cuanto al papel de la mujer, que históricamente ha estado en desventaja laboral, es en este mercado, entre otros, donde tiene grandes ventajas sobre el profesional masculino.
Es claro que existen diferencias entre hombres y mujeres y en la profesión de correduría de bienes raíces podemos ver algunas de esas disimilitudes en los enfoques entre unas y otros. Esto a pesar de tener, ambos sexos, fortalezas y debilidades similares.
El hombre, por ejemplo, tiende a tener una mirada más crítica, a considerar a las familias compradoras como inversión en general, mientras que la mujer tiende a prestar más atención al aspecto de los detalles de la venta, a las necesidades emocionales de sus clientes.
Las mujeres tenemos una habilidad natural para ver una variedad de propiedades y luego ser capaces de imaginar las diversas formas que pueden hacer que dichas propiedades sean aún mejores. Tenemos un ojo más crítico del interior de la propiedad; buscamos ser más empáticas y por ello, al mostrar un bien inmueble, podemos tener una mayor comprensión de la necesidad del cliente.
Por otra parte, nuestra capacidad de manejar varias tareas a la vez, hace que no descuidemos los detalles y mantengamos al cliente perfectamente informado y atendido, haciéndolo sentir importante.
Hace ya tres décadas, cuando incursioné por primera vez en este campo, los corredores (hombres) no nos tomaban muy en serio, pensaban que uno estaba jugando, pero con el paso del tiempo, con esfuerzo y dedicación, nos hemos ido ganando el respeto y la confianza de la mayoría.
Hoy en día la mujer y el hombre compiten en igualdad de condiciones en este mercado, y pienso que con el tiempo, el 40% mujeres - 60% hombres de hoy, se puede convertir en 60% - 40%.
Ahora, desde mi posición de presidente de la Cámara Costarricense de Corredores de Bienes Raíces, veo crecer el número de mujeres involucradas en los procesos de cambio, trabajando, junto a los hombres que buscan lo mismo, por una ley que regule esta actividad para que haya transparencia en los procesos, para que el país reciba lo que le corresponde en impuestos.
Veo mujeres enfocadas en atraer a los corredores independientes, para ir estandarizando los conceptos, los contratos y una misma ética, buscando apoyar a los desarrolladores y a profesionalizar al corredor, porque entendemos que el sector inmobiliario es vital para el país, ya que es casi el 12% del PIB 2011.
Las mujeres estamos poniendo un granito de arena por una Costa Rica mejor, a la vez que buscamos la igualdad de oportunidades de negocios para ambos sexos.
Aleyda Bonilla
Presidente
Cámara Costarricense de Corredores de Bienes Raíces