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La mejor Ministra

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 28 abril, 2010



La mejor Ministra

Karla González ha sido la mejor titular de ministerio de la administración de Oscar Arias. Mostró energía, tenacidad, visión y sobre todo logros durante los años que fue Ministra de Obras Públicas y Transportes. No hay duda de que las carreteras y puertos de Costa Rica están ahora en mejores condiciones que cuando ella llegó a ese Ministerio en 2006. Y el mismo Ministerio, con todos sus problemas de recursos humanos, funciona menos mal ahora en comparación a cuando ella asumió el puesto.
Resolvió el impasse del Juan Santamaría trabajando en yunta con Viviana Martín, logró mejorías en el Daniel Oduber y en varios más de los aeródromos nacionales, concluyó la Costanera Sur, logró que al final se abriera la pista a Caldera y completó varias obras más de importancia de menor cuantía.
Hay varios proyectos que llevan buen avance a merced de su gestión, incluyendo la Carretera a San Ramón y la reconstrucción de la Interamericana Norte. Esta Ministra fue la autora principal de la nueva Ley de Tránsito. Uno puede querer o no la ley, pero el punto es que logró ella que se aprobara.
Lo que distingue a González de otros miembros del gabinete saliente es la cantidad de logros que se le pueden atribuir. La administración pública nacional costarricense se caracteriza por su inmovilismo. Todo está organizado para que no haya producción. Un ministro preside sobre una burocracia donde los profesionales reciben salarios por debajo de lo que es el promedio nacional y por ende la moral no es alta, donde los puestos intermedios están tomados por personas inmovibles a merced del Servicio Civil, y donde la especialidad es la tramitomanía. Cada movimiento hacia delante es cuestionado y a menudo parado por las presiones de los gremios, los medios, los proveedores, la Contraloría, la Sala Cuarta, el Ministerio de Hacienda que no da presupuesto, y por la Asamblea Legislativa. Las llamadas de los diputados pulseando con los nombramientos, con proyectos y con quejas constituyen el pan de cada día.
Algunos ministros pasan el tiempo en el puesto intentando mantener la institución a flote, cumpliendo a nivel mínimo con sus funciones y responsabilidades. Tienen explicaciones muy convincentes de por qué no se pueden hacer cambios, basados en diagnósticos hechos con cuidado y con el apoyo de profesionales con credenciales de prestigio nacional. Otros logran un par de cosas durante su estadía. Pero son pocos, y en especial en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), que producen obras de tanta cantidad como ha sido el caso con González.
Los líderes de todos los partidos políticos están de acuerdo en que se requiere acción consensuada para quitar obstáculos a la acción de parte del Estado. Mientras que ellos hablan de sus ideas y a veces las debaten, hay algunos, como en el caso de Karla González, que se ponen a trabajar para sacar adelante lo que se puede.
No importa la forma en que salió del MOPT. Esto fue el caso clásico donde un titular tuvo que pagar el precio de una debacle provocada por una burocracia poco funcional. Sigue siendo González una líder sobresaliente. Ojalá que no abandone el servicio público de forma permanente con base en esta experiencia tan amarga.
Queda por verse si el Ministro nuevo del gobierno de Laura Chinchilla podrá emular a Karla González y seguir para adelante con tantos proyectos que hacen falta al país.

Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com

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