La marihuana y las células madre
| Sábado 23 agosto, 2014
Levántese esa cavernícola regla que prohíbe el uso de las células madre. No les impidamos a sociedad y científicos el uso racional de esa maravillosa arma terapéutica
La marihuana y las células madre
Se ha puesto sobre el tapete por parte de un diputado, la posibilidad de permitir el uso de canabinoides o tetra hidro canabinol (THC) para usos médicos. Invoca la existencia de 20 mil publicaciones al respecto y su propia investigación durante 15 años.
Sería interesante ver la calidad y seriedad de esas publicaciones, y la profundidad y calidad de sus investigaciones reflejadas en publicaciones científicas, pues toda investigación supone la difusión delconocimiento generado en revistas científicas.
Veo que se ha iniciado toda una polémica en los medios escritos, radiales y televisivos, así como discusiones en el seno legislativo.
Mi creencia personal es que no existe suficiente evidencia científica que demuestre los beneficios de este compuesto especialmente en comparación con otros medicamentos, y creo que su uso es todavía experimental.
La Sala Constitucional prohibió el uso de las células madre por no tener sustento científico que demostrara su utilidad, y hasta la fecha en Costa Rica estas no se pueden utilizar.
Hoy en día consideramos que las tan criticadas y censuradas células madre, son posiblemente el instrumento más increíble y poderoso que tiene la medicina moderna.
Y esto se refleja en las innumerables publicaciones científicas existentes.
Todo parece indicar que se dará un trámite rápido al uso del THC para ciertos tratamientos, no han dicho cuáles, cuyo sustento científico habrá que valorar.
Me preocupa que tal y como se propone el proyecto, dará la sensación de legalización de una droga, lo que hará creer a muchos que su uso no es peligroso ni indeseable.
Es interesante cómo el país del no, repentinamente se declara a favor de algo desconocido pero que suena interesante.
No me opongo al uso médico de cualquier sustancia que pruebe ser útil, o incluso que lo parezca, pero siempre dentro de ciertas reglas y vigilancia.
No creo que para que se pueda utilizar haya que permitir su cultivo y tránsito. Veamos quiénes son los investigadores, cuáles son sus proyectos de investigación o sus necesidades y de acuerdo a ellas permítanseles el uso, y las cantidades y calidades a utilizar.
Y, por favor, levántese esa cavernícola regla que prohíbe el uso de las células madre, regúlese su uso, pero no les impidamos a nuestra sociedad y a nuestros científicos el uso racional de esa maravillosa arma terapéutica y de investigación.
Álvaro Apéstegui Barzuna