La hora de actuar por los pobres
| Martes 04 septiembre, 2007
La hora de actuar por y para los pobres
Grata impresión nos dio a algunos asistentes a la XI Reunión de la Red de Ministros de la Presidencia y Equivalentes, celebrada en el Hotel La Condesa, el mensaje profundamente humano y esperanzador del titular de la cartera costarricense, Rodrigo Arias, quien entre otras brillantes ideas expuestas con sencillez, citó las bellas palabras de Jorge Debravo que reclaman para el hombre: pan y casa ...“y su parcela de aire”. Un espacio donde respirar en calma, sin las presiones de las carencias y ver crecer a la familia en ambientes adecuados.
Y es que quienes vigilan desde las cúpulas de los gobiernos latinoamericanos, que las políticas sociales sean efectivas, están conscientes de la urgente necesidad de revisar los planes y proyectos en ejecución —los cuales no han “goteado” al menos suficientes recursos a quienes más lo requieren— y facilitar que estos se materialicen en oportunidades reales que les permitan a miles de ciudadanos y a sus familias, salir de la pobreza.
Como lo señaló el ministro Arias, de qué nos sirven cifras halagüeñas de productividad, exportaciones que producen millones de dólares, creciente turismo, controles efectivos sobre la inflación, mejorar la recaudación de tributos, discutir, analizar y producir magistrales planes de desarrollo, si estos no se reflejan, clara y precisamente en quienes viven en total marginación y abandono.
La repartición de al menos una parte de la riqueza de un país, es vital y ello solo se logra cuando la inversión social aumenta y las acciones directas, concretas, simples y efectivas se traducen en mejores niveles de educación, acceso al empleo digno, esmerada atención en salud, capacitación técnica y fortalecimiento del entorno familiar inmediato.
“No soy Dios, soy un hombre, como decir un alga... pero exijo, calor en mis raíces, almuerzo en mis entrañas...” escribió Debravo, al interpretar en su poesía el sentir de aquellos seres vulnerables, sometidos a la extrema miseria que ata y doblega.
Bien lo ha interpretado también Rodrigo Arias, en quien vislumbramos, con sinceridad, un fuerte mensaje y una valiosa promesa de mejores condiciones de vida para los desposeídos. Estaremos atentos a los pasos y decisiones que en noviembre, tomen los Ministros de la Presidencia de nuestra región, de cara a enfrentar un nuevo año con más y mejores instrumentos al servicio de las colectividades.
Adriana Núñez Artiles
Periodista
Grata impresión nos dio a algunos asistentes a la XI Reunión de la Red de Ministros de la Presidencia y Equivalentes, celebrada en el Hotel La Condesa, el mensaje profundamente humano y esperanzador del titular de la cartera costarricense, Rodrigo Arias, quien entre otras brillantes ideas expuestas con sencillez, citó las bellas palabras de Jorge Debravo que reclaman para el hombre: pan y casa ...“y su parcela de aire”. Un espacio donde respirar en calma, sin las presiones de las carencias y ver crecer a la familia en ambientes adecuados.
Y es que quienes vigilan desde las cúpulas de los gobiernos latinoamericanos, que las políticas sociales sean efectivas, están conscientes de la urgente necesidad de revisar los planes y proyectos en ejecución —los cuales no han “goteado” al menos suficientes recursos a quienes más lo requieren— y facilitar que estos se materialicen en oportunidades reales que les permitan a miles de ciudadanos y a sus familias, salir de la pobreza.
Como lo señaló el ministro Arias, de qué nos sirven cifras halagüeñas de productividad, exportaciones que producen millones de dólares, creciente turismo, controles efectivos sobre la inflación, mejorar la recaudación de tributos, discutir, analizar y producir magistrales planes de desarrollo, si estos no se reflejan, clara y precisamente en quienes viven en total marginación y abandono.
La repartición de al menos una parte de la riqueza de un país, es vital y ello solo se logra cuando la inversión social aumenta y las acciones directas, concretas, simples y efectivas se traducen en mejores niveles de educación, acceso al empleo digno, esmerada atención en salud, capacitación técnica y fortalecimiento del entorno familiar inmediato.
“No soy Dios, soy un hombre, como decir un alga... pero exijo, calor en mis raíces, almuerzo en mis entrañas...” escribió Debravo, al interpretar en su poesía el sentir de aquellos seres vulnerables, sometidos a la extrema miseria que ata y doblega.
Bien lo ha interpretado también Rodrigo Arias, en quien vislumbramos, con sinceridad, un fuerte mensaje y una valiosa promesa de mejores condiciones de vida para los desposeídos. Estaremos atentos a los pasos y decisiones que en noviembre, tomen los Ministros de la Presidencia de nuestra región, de cara a enfrentar un nuevo año con más y mejores instrumentos al servicio de las colectividades.
Adriana Núñez Artiles
Periodista