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Jueves, 28 de marzo de 2024



FORO DE LECTORES


La culpa es de todos

| Sábado 29 noviembre, 2014


Las remesas superaron a la inversión extranjera directa en los países emergentes, excepto China


La culpa es de todos

Los humanos nos quejamos de casi todo y la culpa es de los demás. Pero es una realidad de la vida que las culpas, de un modo u otro, directa o indirectamente, suelen ser compartidas. De las guerras somos todos culpables.
Los hay quienes proclaman la paz —y hasta organizan manifestaciones multitudinarias— pero luego apoyan la prohibición estatal de algunas drogas, lo que conlleva la represión violenta de los que desoyen esta prohibición, con la consiguiente “guerra contra las drogas” con muchos más muertos —más de 200 mil solo en México—, terror y encarcelados que muchas otras históricas contiendas.
Barack Obama unos días atrás apenas llegado a China —de modo absolutamente imperial por el costosísimo despliegue logístico que supuso— pidió a las autoridades que abran los mercados, liberen la moneda y respeten los derechos humanos y la libertad de la prensa. Hizo estas declaraciones en una intervención en la cumbre de empresarios, prólogo de la reunión anual del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) que reúne a los mandatarios y representantes de esta región que supone más de la mitad del PIB y casi la mitad del comercio mundial. Más de 1,8 millones de chinos visitaron Estados Unidos el año pasado, señaló Obama, país que contribuyó con US$21 mil millones a la economía y a la creación de más de 100 mil empleos.
Para justificar sus sueldos los burócratas se han asegurado de que el tratado de libre comercio tarde unos cuantos años en negociaciones cuando, en rigor, bastaría con que cada gobierno, unilateralmente y sin necesidad de estas costosísimas cumbres, levantara las trabas coactivas al comercio y la producción. Ahora, tiene razón Obama pero ¿y en casa? Pide libertad de prensa olvidándose, entre otras cosas, de su persecución a Julian Assange y al soldado Bradley Manning. Y ¿de cuáles derechos humanos habla? Seguramente no de los de los inmigrantes que, para los racistas, no son personas.
Al festejarse los 25 años de la caída del muro de Berlín, el Papa pidió que sean derribados “todos los muros que aún dividen el mundo” a la vez que recordó a Juan Pablo II, uno de los principales artífices de la caída del peor “imperio del mal” —la URSS, muy superior al ISIS y a los nazis— sin guerras. ¿Habrán escuchado los presidentes de los países desarrollados, en particular Obama que mantiene un “muro de la muerte” en la frontera con México? Solamente en la zona de Arizona fallecieron 122 personas en el último año. Y los del partido republicano, que acaban de ganar las elecciones, prometen empeorar la cosa.
Recordemos que los migrantes internacionales mandarán este año a casa, según el Banco Mundial, US$435 mil millones. Para países como Tayikistán estos envíos equivalen al 42% del PIB. Es más sano aceptar inmigrantes que enviar las clásicas “ayudas internacionales”. De hecho, en 2013 las remesas superaron a la inversión extranjera directa en los países emergentes, excepto China, y fueron tres veces más que lo destinado como ayuda oficial al desarrollo.

Alejandro A. Tagliavini

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

https://twitter.com/alextagliavini (@alextagliavini)






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