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La cuesta de enero

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 08 enero, 2013


Si sufre hoy por la cuesta de enero es porque seguramente no le ha dedicado suficiente tiempo a su presupuesto personal, familiar y/o empresarial


Reflexiones

La cuesta de enero

Es bastante común que cercanos a las fiestas navideñas se den las solicitudes de aumento de muchos servicios básicos regulados, electricidad, agua, transporte y que, con el cambio de año, las empresas privadas ajusten sus precios de bienes y servicios como la educación, la salud y otros.
Esto provoca una escalada de aumentos que hacen que el presupuesto familiar o empresarial se desajuste. Seguramente también para algunos se deben enfrentar gastos extraordinarios como el marchamo del vehículo, el seguro de la casa o del auto, el pago de los impuestos e inclusive el aguinaldo de nuestros trabajadores o eventualidades donde no necesariamente nos hemos preparado o ahorrado para asumirlas.
Sin embargo, lo que seguramente genera más impacto en la cuesta de enero es el desequilibrio en el consumo, dado que los costarricenses hacemos algunas compras y gastos adicionales en diciembre y ahora, en enero, debemos parar ese hábito, inclusive debemos devolver algún bien o servicio que nunca debimos comprar o que compramos a crédito y que no tenemos cómo terminar de pagarlo.
El efecto es que hemos sobredimensionado nuestros ingresos y abusado de los gastos. Esto lleva a un ajuste en nuestro presupuesto familiar que hace que en la primera y segunda quincena de enero tengamos muchas cuentas en rojo.
La cuesta de enero es entonces el reflejo de que los costarricenses vivimos con un presupuesto estrecho y que existe poca cultura de ahorro y de orden presupuestario.
Es comprensible para familias humildes y grupos en el nivel de pobreza pasar de “coyol partido a coyol comido”; pero no es de esperar que grupos de clase media tengan tantas penurias en estas fechas.
La única forma de evitar este desagradable fenómeno es proponernos un mayor hábito de ahorro y sobre todo, construir un presupuesto familiar e intentar ordenarnos en nuestras compras y gastos del año. De no hacerlo, la cuesta de enero será una constante para todo el año.
Haga un balance de lo que vivió en 2012 y planifique de manera clara sus metas en este 2013. En lo financiero, la mejor medida es ajustar los ingresos a lo esencial recibido, cualquier ajuste adicional, horas extras o ingresos no contemplados pasarlos al ahorro.
Por el lado de los gastos, la mejor forma de enfrentar el año es priorizar, recuerde pagar sus deudas de tarjetas en primer lugar, luego ajustar las partidas de gasto de forma que pueda tener al menos un margen de ahorro.
Si sufre hoy por la cuesta de enero es porque seguramente no le ha dedicado suficiente tiempo a su presupuesto personal, familiar y/o empresarial. Existen muchas herramientas tecnológicas para hacerlo, pero lo primero es cambiar nuestra cultura de no planear los objetivos.
Si quiere ser efectivo en el 2013 planifique y organice su presupuesto.


Leiner Vargas Alfaro

lavagrecia@gmail.com
 

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