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Miércoles, 24 de abril de 2024



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La Selección Nacional debería jugar sin “10” ante México y Colombia como experimento

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 17 septiembre, 2018


Bryan Ruiz (10) está en reposo y no fue citado a la gira por Asia. Sus eventuales relevos no funcionaron.
Bryan Ruiz (10) está en reposo y no fue citado a la gira por Asia. Sus eventuales relevos no funcionaron. Imagenesencostarica.com/La República


¡Estamos condenados a la derrota!

Si el atacante de turno, llámese Marco Ureña, Johan Venegas, Daniel Colindres, Mayron George y contra Japón, Randall Leal, no anota en la única ocasión que le presenta el partido, Costa Rica lo pierde.

En el Mundial de Brasil, la Selección Nacional solo pudo darle vuelta a un marcador. Fue en su juego de debut ante Uruguay. Los charrúas abrieron la cuenta con Edinson Cavani, pero la Tricolor de Jorge Luis Pinto le dio dramática vuelta con los goles de Campbell, Duarte y Ureña.

En el viejo verano italiano, clasificamos a segunda ronda, tras darle vuelta al resultado ante Suecia. Estos abrieron la cuenta con Johnny Ekstrom, pero los goles de Róger Flores y Medford, otorgaron el histórico pasaporte.

En toda la larga etapa de Óscar Ramírez, se padeció ese calvario de observar juego a juego, cómo el rival anotaba y no había forma de revertir la cuenta.

Para la corta gira a Asia, el técnico Ronald González anunció una variante táctica en la formación del equipo. Se pasaría del 5-4-1 tan común incluso con Bora en Italia, Pinto en Brasil y con Óscar toda su etapa, a un 4-4-2.

La idea de Ronald era meterle un par de piernas a la zona ofensiva y así contra Corea del Sur formaron Mayron George y Daniel Colindres. La prueba fracasó; los coreanos anotaron, Jimmy Marín desperdició la única opción de conquista y caímos 2-0.

Frente a Japón, González regresó al viejo 5-4-1 y dejó solo a George en ofensiva.

En el minuto 11, Randall Leal se bailó a dos nipones y ante el arquero, remató desviado. Única opción de gol para los ticos en 90 minutos, no se hizo y se perdió 3-0.

¿Qué hacer ante esta inoperancia ofensiva?

¿Qué decisión táctica se puede probar?

La Selección Nacional hace rato no gana un partido.

Vienen dos encuentros en octubre frente a México y Colombia. ¿Vamos a seguir jugando y perdiendo igual?

¿No es hora de aprovechar los fogueos para experimentar con algunos riesgos?

Cosa Rica no tiene problemas ni en la portería ni en su zona defensiva.

¡Dejen las cosas quietas ahí!

Eso sí, el equipo se ve más sólido con tres centrales y dos carrileros, que con línea de cuatro. Ante aztecas y cafeteros ya podrían actuar Waston y “Pipo” González.

Sugerimos entonces una variante radical de la cintura para adelante y que el “Carasucia”, se arriesgue a formar con un 5-2-3, dos volantes centrales: David Guzmán y Allan Cruz (Celso Borges), que se elimine al “10” de la alineación: no juegan Bryan Ruiz, Elías Aguilar, Randall Leal, Jimmy Marín, pero se refuerza la zona de ataque con tres piezas.

Nos parece que Jonathan McDonald merece la oportunidad de liderar en Monterrey ese decaído departamento, junto a Joel Campbell y Marco Ureña.

Estamos en partidos de fogueo, aptos para probar, experimentar, buscar alternativas y, sobre todo, reforzar los puntos débiles del equipo.

Costa Rica no mete un gol ni en el minuto de silencio y no lo hace, porque al único delantero que se alinea, no le llega nada.

El “10” que genera fútbol no aparece.

El último fue Bryan Ruiz, que tiene 33 años y llegaría a Catar con 37.

Frente a Corea del Sur y ante Japón, Ronald González dio ocasión de juego a los eventuales sustitutos de Ruiz. No funcionaron.

Probemos entonces otra estrategia ante México y Colombia y apuntalemos la zona más débil del equipo. Nada se pierde.

Un 5-2-3 elástico, que se sepa mover para pasar al ataque con un 3-4-3, si Cristian Gamboa y Bryan Oviedo acuerpan a los volantes centrales y no renunciar a la tripleta ofensiva.

Jugar con tres atacantes tiene una ventaja y una desventaja en lo táctico.

La ventaja es que mantiene a los defensas contrarios en su territorio, porque tienen que cuidar a tres atacantes.

La desventaja es que queda una cintura despoblada, con solo dos hombres en lugar de cuatro o cinco. Esta desventaja numérica se puede paliar, como lo hace Luis Diego Arnáez en la Liga, cuando ordena y obliga a sus tres atacantes a sacrificarse en labores defensivas. Hemos visto a Mc, “Ro-Ro” y Moya cómo ayudan a sus defensas.

Es cuestión de repetir la fórmula.

Personalmente, una tripleta de ataque con Joel, McDonald y Ureña, suena atractiva y nos llenaría de expectación.







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