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"La Sala IV es un imán de necesidades"

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 08 agosto, 2009




Complejidad y tardanza de otras competencias judiciales motivan la preponderancia de órgano constitucional
“La Sala IV es un imán de necesidades”
Esta semana se celebraron los 20 años de Justicia Constitucional en el país

Asuntos tan diversos que van desde la resolución del tema de la restricción vehicular, hasta otros más sensibles como el de la privacidad frente a las nuevas regulaciones financieras internacionales, han dado mayor relevancia en el derecho colectivo a la Sala Constitucional.
Precisamente el elevado tecnicismo de otras instancias judiciales genera un sentimiento de distanciamiento.
Al conmemorarse esta semana los 20 años de Justicia Constitucional conversamos sobre los retos y el nuevo rol de esta instancia con Manrique Jiménez, ex magistrado, abogado litigante en su despacho; profesor, investigador y consultor nacional e internacional.

¿Por qué la Sala Constitucional ha aumentado su protagonismo en temas ciudadanos?
Porque su Ley Orgánica es un instrumento de fácil comprensión y acceso para ellos.
Es lo que grandes juristas han denominado la inversión correcta de la pirámide jurídica para proteger los derechos fundamentales y para irrigar y determinar a todo el Derecho del Estado en el Estado de Derecho.

¿Qué diferencias tiene frente a otras instancias?
Tiene gran flexibilidad, que hace posible que el justiciable encuentre una vía pronta y cumplida, aunque no siempre se dé la razón a sus pretensiones procesales; pero encontró un ángulo simple y seguro para la protección de los intereses y derechos individuales y/o colectivos.

¿Cuál es el valor que aporta al sistema democrático nacional?
Permite el fácil acceso y acercamiento real a la justicia, con flexibilidad impugnatoria y algún grado de informalismo técnico y sustancial. Esta instancia logró que el Estado Judicial se acercara a la sociedad y viceversa. En semejante línea está la nueva justicia contencioso-administrativa.

¿Es necesaria una constituyente?
Si hablamos de la constituyente originaria, personalmente me opongo porque nuestra Constitución vigente es roca cimentada que recoge con inteligencia el devenir histórico, político e institucional de Costa Rica para combinar el Estado liberal con el Estado social; con agregado del Estado ecológico y democrático en su versión actual y comparada.

¿Y está actualizada frente a las nuevas tendencias?
Sí, porque también contempla la defensa de los derechos fundamentales de tercera generación; como por ejemplo el que poseen los consumidores, los usuarios de los servicios públicos y la defensa de la riqueza ambiental, entre otros de relevancia social.

¿Qué se debe tomar en cuenta antes de hablar de una constituyente originaria?
Además de los aspectos jurídicos, se debe tomar en consideración el entorno social, histórico, económico y político que puedan incidir desfavorablemente en la elaboración de un nuevo texto. En este proceso se podría saber cómo se inicia, no así cómo terminará. Y además, debe definirse previamente quiénes la formarían, cuándo y cómo se realizaría y para qué se quiere.

¿Por qué considera que abriría incertidumbre?
Porque los únicos límites reales son los que dispone el mismo poder constituyente desde el punto vista técnico o procedimental. Es decir, no tendríamos garantía ni protección para evitar que lo ya existente sea desmejorado, destruido o ignorado en el proceso.

Entonces, ¿cómo podríamos mejorar nuestra Carta Magna?
Pueden incluirse reformas parciales a fin de hacer más efectiva la democracia participativa, el Estado ecológico y el Estado social. Si hacemos lectura obligada del elenco total de los derechos fundamentales: ¿para qué una constituyente originaria?

Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net






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