La riqueza de nuestra salud

Victoria Brenes

Directora ejecutiva

Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma)

El sistema de salud de Costa Rica nos ha enorgullecido por años y ha sido un ejemplo de la seguridad social en la región; sin embargo, para nadie es un secreto que la fragilidad de sus condiciones actuales, provocan un cuestionamiento válido sobre la sostenibilidad y continuidad de éste.

Es por esta razón que mi objetivo es hacer un llamado al sector privado, para que desde nuestra área de experiencia trabajemos para promover y las mejoras necesarias en el sistema sanitario, y recomendar algunos modelos que las autoridades puedan implementar de manera prioritaria.

En nuestro país más del 90% de la población está protegida. Un porcentaje muy alto si se compara con otras naciones de la región; sin embargo, un estudio realizado por Sanigest International para Fedefarma, señala que el total de cotizantes activos ha venido decreciendo en los últimos años, producto de los altos niveles de desempleo, la informalidad, los cambios en el mercado laboral y el envejecimiento de la población. Esto deriva en un reto importante para lograr que los ingresos sean sostenibles en el tiempo.

La clave para mejorar nuestro sistema de salud para las futuras generaciones se encuentra en el trabajo estratégico y coordinado de todos los actores del Sector Salud, públicos y privados. Mejorar la administración de los recursos económicos con los que se cuenta permitirá responder a las necesidades epidemiológicas y sanitarias de los costarricenses.

También, se debe analizar, la atracción de nuevas fuentes de ingreso, tales como la participación en ensayos clínicos que permitan descongestionar a la Caja Costarricense del Seguro Social, que actualmente presenta áreas de mejora importante en satisfacer la demanda por una oferta de servicios de calidad y agilizar las listas de espera. Otra de las oportunidades para avanzar en la cobertura de los servicios de salud está relacionada con la digitalización. Pese a que Costa Rica es el país que registra mayor conectividad a internet en comparación con los otros países analizados, de acuerdo con el Instituto Wifor, el acceso a servicios de telemedicina llega apenas al 25%, por debajo de Panamá cuyo índice es de 53%.

La infraestructura tecnológica, el expediente electrónico y la digitalización de servicios pueden desempeñar un papel clave, si se satisfacen las condiciones básicas para una verdadera transformación. Los países donde se han logrado implementar soluciones digitales en todas las esferas sociales y económicas, han demostrado estar mejor preparados para enfrentar los nuevos desafíos del sistema sanitario.

Estos datos son una muestra clara de que nuestro país debe preocuparse por cultivar y proteger la salud de sus habitantes. Si las personas tienen salud, serán más productivas y tendrán mayores posibilidades de ser económicamente estables. A su vez, estarán en mejores condiciones para cuidarse y prevenir enfermedades.

Estoy convencida de que un uso eficiente de los recursos, unido a la implementación de la investigación clínica y la digitalización de la salud para mejorar los niveles de acceso, le permitirá a Costa Rica disfrutar de los beneficios que experimentan otros países que siguen las recomendaciones de los organismos internacionales, tales como: el acceso a terapias innovadoras; la mejoría del primer nivel de atención y por ende, la prevención de enfermedades; la inversión en la infraestructura, y la atracción de inversión extranjera que permita aumentar los índices de productividad, siempre bajo un sistema de gestión por resultados.