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La reforma fiscal ha resultado un fiasco total

Albino Vargas Barrantes redaccion@larepublica.net | Viernes 31 enero, 2020

Albino Vargas, secretario ANEP.

La famosa reforma fiscal ha resultado un fiasco total de política económica y fiscal. Lo vaticinaron los expertos más responsables. A los sindicatos, que nos opusimos férreamente a la misma, hoy se nos da la razón. Y, de manera lamentable, esta ley 9635, sigue causando mucho daño a muchísima gente, prácticamente a la mayoría de la población.

Ha fracasado (entre otras razones), porque su fundamento ideológico de corte neoliberal, anti-estatista, se centró en la satanización político-mediática contra las personas trabajadoras asalariadas del sector Público, satanizándolas, criminalizándolas; de manera tal que mediante una operación de propaganda, perversamente diseñada de terrorismo ideológico y de agresión psicológica, se logró que las mayorías ciudadanas manipuladas por el ejercicio del periodismo de odio y su variante más extrema, la violencia periodística, no repararan en el verdadero trasfondo del problema fiscal del país: la naturaleza de su sistema tributario, completamente injusto.

A estas alturas, solamente las mentes políticas enfermas de odio neoliberal hacia el sector Público, sostienen que el déficit fiscal se debe a los salarios devengados por las personas trabajadoras que laboran para el mismo. Y siguen en esa “santa cruzada”, potenciados por las matrices mediáticas del periodismo violento. Tal argumento ya no es sostenible a no ser por puro fundamentalismo.

La clave que podría desatar el camino a una solución fiscal integral está en que no habrá correcciones de fondo al mismo sino se le somete a una transformación estructural profunda en dos órdenes: a) “darle vuelta a la totilla”, es decir, cambiarle su naturaleza regresiva para que pase a ser progresiva. b) Instaurar una fuerte política pública de control radical e integral a la evasión y a la elusión tributarias, de tanta gravedad que hasta el actual jerarca hacendario ya lo reconoce, abiertamente: se trata de captar, al menos, un 2 % de los hasta 14 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), que andan en la calle, si incluimos los 6 puntos de exenciones-exoneraciones, junto a los 8 de robo de impuestos ya aceptados, oficialmente. Según este funcionario, se puede empezar con una modernización tecnológica invirtiendo para ello unos 160 millones de dólares provenientes de… otro préstamo.

Sin embargo, ambos aspectos de trascendental relevancia, que siguen sin ser abordados con seriedad y con justicia, de poco servirían de manera integral en el tránsito de una ruta de corrección, sino se aborda el tema del endeudamiento pública, a través de una Auditoría Ciudadana de la Deuda Pública; así, en mayúsculas, propuesta formulada hace ya bastante tiempo por un respetable grupo de ciudadanos y que nosotros hemos acogido con entusiasmo.

El alto monto del endeudamiento público actual con su inmanejable carga de intereses, cada vez más obscenamente altos, devorará de manera rápida cualquier reforma fiscal, por más progresiva que ésta sea, sino se entra duro a ver cómo hace el país con el manejo de esa deuda tan alta. La deuda pública costarricense debe ser, radicalmente, reestructurada y para ello expertos sanos, no contaminados ideológicamente y sin sesgos fundamentalistas, sobran en el país.

Como lo está diciendo en estos momentos el gobierno argentino, a propósito de la inmanejable deuda pública de ese hermano país latinoamericano: “La situación es crítica… la carga de la deuda no se puede sostener”. Somos del criterio de que, si ya no hemos llegado a ese punto, aquí, en Costa Rica, estamos a poca distancia del “cataclismo”: 60 puntos PIB de endeudamiento. La deuda pública costarricense es insostenible y no se puede pagar, al menos, así cómo está estructurada la misma.

El fundamentalismo neoliberal del tripartidismo gobiernista PLN-PUSC-PAC, sostenido por el principal sindicato del alto corporativismo empresarial del país y la matriz mediática principal del periodismo violento, el del odio; son los responsables directos del fraude político que ha significado la reforma fiscal.

Resulta ridículo observar las poses asumidas por algunos agentes gerenciales con rango diputadil de la operación política dominante en el seno de la actual Asamblea Legislativa, rasgándose las vestiduras, diciendo que convocarán a comparecer al actual Ministro de Hacienda para que dé explicaciones de lo que está pasando con esa reforma fiscal fracasada y fraudulenta. ¡Habrase visto en los últimos años tal nivel de cinismo político de parte de los elementos neoliberales más visibles del momento actual de la clase gobernante del tripartidismo PLN-PUSC-PAC.

Albino Vargas Barrantes

Secretario General

Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)














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