La pasión nunca falla
Juan Ignacio Pignataro M jip@jiprealestate.com | Jueves 24 mayo, 2018
La pasión nunca falla
¿Por qué un mismo emprendimiento puede alcanzar el éxito o ser un fracaso total según la persona que lo ejecute?
El éxito o fracaso de un negocio depende de muchos factores. La ausencia de un plan, un planteamiento deficiente, la falta de capital, la inexperiencia, etcétera, son motivos suficientes para el fracaso. Sin embargo, no son las únicas razones, la personalidad del emprendedor también influirá en el desarrollo del negocio.
Los emprendedores comparten una serie de rasgos. No tienen miedo al fracaso, son capaces de asumir riesgos y de tomar decisiones. Por lo general son personas optimistas, responsables, tenaces entre otras cualidades. Algunos emprenden por necesidad, otros por devoción, intuición o visión.
Independientemente de los rasgos que definan al emprendedor o de las razones que lo hayan llevado a emprender, para hacer frente a la cantidad de obstáculos y retos con los que se puede encontrar y no desistir a mitad de camino, es fundamental amar lo que se hace, tener pasión.
Los emprendedores que realmente aman lo que hacen hablan con ilusión sobre su negocio y son capaces de contagiar de entusiasmo a los demás. Les ponen un cariño especial a las cosas que se puede observar en el resultado de sus productos o servicios.
La pasión los mueve a buscar soluciones creativas, disruptivas e innovadoras para poder avanzar y evolucionar. Son personas que les gusta su trabajo, lo disfrutan, creen en él y no les importa dedicarle las horas y esfuerzos necesarios para desarrollar su proyecto empresarial.
La pasión es fundamental para emprender, permite tener la suficiente fuerza para superar obstáculos y llegar al destino propuesto. Es una de las condiciones que todo emprendedor debería poseer para aumentar su probabilidad de éxito.
Hay que tener cuidado, la pasión no basta, cuando es pasiva es fatal. El mejor aliado de la pasión es la ejecución y hacer que las cosas pasen.
Dijo Steve Jobs en el discurso de graduación de la Universidad de Stanford en 2005: “Tu tiempo es limitado, así que no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más. No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir con los resultados de los pensamientos de otras personas. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahogue tu voz interior. Y lo más importante: ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición. De algún modo ellos ya saben lo que realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario”.