La incorporación de la perspectiva de género en el transporte público es fundamental para el acceso de las mujeres al mercado laboral
Catalina Crespo redaccion@larepublica.net | Viernes 26 agosto, 2022
Catalina Crespo Sancho
Defensora de los Habitantes
Las redes de transporte público son uno de los elementos más importantes de la infraestructura de un país, y son clave para reducir la pobreza, crear empleo y promover la igualdad.
A medida que las mujeres se vuelven aún más centrales en la economía de un país, abordar sus necesidades de transporte adquiere un papel esencial en la promoción del crecimiento económico y la prosperidad.
Según los resultados de la encuesta continua de empleo (INEC), al primer trimestre de 2022, del total de personas ocupadas en nuestro país, 1,29 millones son hombres y 812 mil mujeres; presentándose un incremento en la población ocupada especialmente en las mujeres, 81 mil mujeres más en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Ante este panorama resulta esencial garantizar un transporte público con perspectiva de género que permita a las mujeres no sólo mayor acceso al empleo, los mercados, la educación y los servicios de salud, sino también a las responsabilidades de cuido y hogar que tienen la mayoría de las mujeres; contribuyendo en última instancia al bienestar de la comunidad en general. Los proyectos y servicios de transporte deben incluir en su diseño la perspectiva de género en términos de necesidades de viaje, patrones, preocupaciones, prioridades, preferencias y parámetros de seguridad personal.
Avanzar hacia un transporte público con perspectiva de género es un importante paso para cumplir con los compromisos adquiridos por Costa Rica al adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El país debe alcanzar metas que permitan no sólo lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas; sino además proporcionar sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles; prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad.
Para que nuestro país tenga una infraestructura y políticas de transporte más equitativas, debe desarrollar una forma innovadora de ver y hacer las cosas, junto con el cambio de perspectiva, desde un enfoque en la infraestructura misma hacia las necesidades de las mujeres, individuales y comunitarias, que permitan superar las barreras que continúan impidiendo que se incorporen y mantengan en el desarrollo económico del país.