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COLUMNISTAS


La extraordinaria acción social de Obras del Espíritu Santo

Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 27 mayo, 2019


No es de extrañar, pues el mismo Jesús nos lo advirtió: "Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros" (San Juan 15:20) y “…os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio… Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará”. (San Mateo 15:17,18-21,22)

Pero sí debemos denunciar la persecución injustificada y cruel que algunos están realizando contra nuestra religión cristiana y sus obras de misericordia y bien social. Ello no solo divide a nuestra sociedad impidiéndonos atender los graves problemas de pobreza, desempleo e informalidad que sufrimos, sino que atenta contra los valores de la cultura que han permitido la convivencia en paz y progreso en nuestra vida republicana.

Obras del Espíritu Santo es una organización que desde Barrio Cristo Rey, uno de los vecindarios marginados y en el pasado de peor reputación de San José, lleva a cabo allí y en todo el país maravillosas actividades de apoyo a la niñez, a las familias y a los ancianos en situación de pobreza.

La Asociación Obras del Espíritu Santo atiende en Costa Rica alrededor de 70.000 beneficiarios, de los cuales 52.000 son niños, distribuidos en los siguientes lugares: Zonas Rojas de San José, Alajuela y Puntarenas; en Alajuelita, Sagrada Familia, Barrio Cristo Rey, La Carpio, León Trece; en Cantón Central de Alajuela: El Infiernillo, Laura Chinchilla , Tuetal Norte y Sur, Trópico 1 y Trópico 2, El Erizo y Los Angeles; en Upala; en Heredia: Guararí y La Milpa; y en Puntarenas: Juanito Mora, 20 de Noviembre, Aquí Corre la Sangre, Las Parcelas, Padre Pío, Barranca, el Roble y El Carmen.

Para llevar a cabo esta inmensa labor la Asociación recibe generosas donaciones de personas y empresas, y genera recursos con diversas actividades. Los aportes de entes públicos apenas significan un 13% de los que emplea Obras del Espíritu Santo en ofrecer oportunidades de crecimiento y desarrollo integral a personas en alto riesgo social.

Esta extraordinaria institución surgió de la vocación de servicio del Padre Sergio Valverde, oriundo de un hogar pobre de Barrio Cristo Rey, a quien Lorena y yo conocemos desde sus años de formación sacerdotal, que mucho le costó pues tenía que atender a su familia. Ya ordenado sacerdote inició su apostolado social acudiendo en las noches a los alrededores del Mercado Central para llevar alimento y consuelo a las personas indigentes que duermen sobre un periódico, en las calles capitalinas.

Luego cuando fue designado párroco de Cristo Rey empezó su extraordinaria tarea con las Obras del Espíritu Santo. Pero su camino ha sido cargado de espinas y dificultades.

No más llegado a la parroquia de su barrio le robaron los pocos bienes con los cuales atendía a las familias en peores condiciones de pobreza, y empezó una larga y difícil época de continuados ataques de las bandas criminales que no deseaban su presencia y positiva acción en el Barrio.

Pero la vocación de servicio del Padre Sergio Valverde soportó todos los ataques. Su amor cristiano por los pequeños, los pobres y los desvalidos ha logrado generar recursos y obtener, como he indicado, la ayuda de muchísimas personas y empresas, y el apoyo de instituciones públicas, de conformidad con sus cometidos y tarea. Así ha sido posible esa inmensa acción en tantos sitios del país que realiza hoy Obras del Espíritu Santo, con Escuela, guarderías, comedores para familias en grave necesidad, sitios para el disfrute de niños de escasos recursos y sus familias, lugares para atención de ancianos, actividades para atender y ayudar a ingresar a centros de recuperación a personas drogadictas, y hogar para niños que no lo tienen.

Su beneficioso impacto ha sido de tal magnitud que hoy en Cristo Rey los niños pueden disfrutar de sano esparcimiento, incluso con el aprendizaje de visitar un pequeño zoológico. Ahora, niños de otros vecindarios acuden a ese barrio para disfrutar de esas facilidades. Antes, ese era lugar de pandillas de narcotraficantes y de miedo para sus pobladores.

Claro que está bien que se pidan y se ejecuten auditorias, incluso múltiples en un muy breve espacio de tiempo, sobre el uso que instituciones religiosas hagan de recursos públicos recibidos para llevar a cabo programas de atención social. Pero está muy mal que una vez que se obtengan resultados positivos se tergiversen esas auditorias para tratar de crear confusión y mala impresión recurriendo a nimiedades propias de toda actividad humana. El resultado de las auditorias es que no se deben suspender desembolsos, y que algunos procedimientos deben ser mejorados. Eso ocurre regularmente en las auditorias de entidades que actúan correctamente. ¿Qué empresa no recibe de sus auditores recomendaciones para mejorar procedimientos?

Es aceptable que se investigue el trato que se les dé en instituciones -públicas y privadas- a niños y personas en situaciones de necesidad que se atiendan. Pero está muy mal que se lancen cargos sin fundamento que lastiman la honra de personas dignas, y que limitan las posibilidades de instituciones de bien social para obtener los recursos necesarios para efectuar sus meritorias tareas.

No es aceptable que se lancen cargos infundados y se excuse hacerlos porque las personas acusadas pueden explicar sus legítimos actos. Así lo que se logra es sembrar dudas, debilitar instituciones de bien social y desincentivar las acciones de solidaridad cristiana con el prójimo.

Sé que la extraordinaria tarea de bien social y espiritual de Obras del Espíritu Santo continuará creciendo, porque conozco el amor cristiano al prójimo y la vocación de servicio a los humildes del padre Sergio. Dios protege sus pasos.


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