La defensa de los territorios ancestrales
Alberto Cabezas periodistacostarricense@gmail.com> | Martes 29 abril, 2025

Por: Alberto Cabezas
Presidente de la Comisión de accesibilidad de la Confederación Unitaria de trabajadores
Secretario de la Asociación Agencia para el desarrollo accesible sin fronteras
La defensa de los territorios ancestrales se ha convertido en una causa vital no solo para los pueblos originarios, sino también para la humanidad entera, ante la creciente crisis climática y alimentaria global. En este contexto, organizaciones sociales de Guatemala y Costa Rica han dirigido una carta abierta al Ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, señor Víctor Carvajal Porras, para solicitar una acción diplomática y regional que garantice el respeto a los derechos territoriales de las comunidades originarias.
La misiva, firmada por representantes de diversas organizaciones como la Asociación Agencia para el Desarrollo Accesible sin Fronteras, el Comité Campesino del Altiplano (CCDA) de Guatemala, la Fundación Guillermo Toriello, la Confederación Unitaria de Trabajadores de Costa Rica y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), denuncia el despojo y la violencia sistemática que sufren pueblos originarios en toda la región, con especial preocupación por la situación en la comunidad guatemalteca de Río Tebernales.
La carta propone cinco acciones concretas de alcance regional y con implicaciones globales. A continuación, se detallan cada una de ellas en un análisis más amplio:
1. Acuerdo Regional sobre Derechos Territoriales Originarios
La propuesta de un acuerdo regional busca establecer un marco de protección legal para los pueblos originarios de Centroamérica. Este acuerdo serviría como escudo ante los frecuentes desalojos forzosos impulsados por intereses privados, agroindustriales y extractivistas, los cuales se han intensificado en las últimas décadas con el avance del agronegocio y megaproyectos energéticos.
Un acuerdo de este tipo no solo sería pionero en América Latina, sino que también representaría un compromiso entre los Estados para respetar los tratados internacionales como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Además, permitiría desarrollar marcos legales que reconozcan los sistemas tradicionales de uso de la tierra, esenciales para la sostenibilidad ambiental y la soberanía alimentaria.
2. Mecanismo de Mediación y Resolución de Conflictos Territoriales
Históricamente, los conflictos por la tierra han sido una de las principales causas de violencia estructural en Centroamérica. La ausencia de canales de diálogo y justicia adecuados ha provocado que muchas comunidades recurran a la resistencia pacífica, pero sufran represalias violentas, criminalización y desplazamiento.
La creación de un mecanismo regional de mediación, con participación de organismos internacionales (como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la ONU o la FAO) y representantes legítimos de los pueblos, podría prevenir conflictos, fortalecer el estado de derecho y generar precedentes de justicia restaurativa. Este mecanismo también funcionaría como un puente entre sistemas jurídicos occidentales y las formas tradicionales de gobernanza indígena.
3. Foro Centroamericano sobre Seguridad Alimentaria y Tierras Ancestrales
Este foro representa una oportunidad estratégica para construir una visión común de desarrollo basada en el buen vivir (“sumak kawsay” en quechua), que prioriza la armonía entre el ser humano y la naturaleza, la economía solidaria y el respeto a la diversidad cultural.
La seguridad alimentaria no puede garantizarse sin el respeto a quienes protegen los territorios desde hace siglos. Según datos de la FAO, los pueblos indígenas conservan el 80% de la biodiversidad del planeta, y su forma de cultivo tradicional ha demostrado ser más resiliente frente al cambio climático que los modelos agroindustriales. Reunir a expertos, organizaciones campesinas, comunidades originarias y gobiernos en un espacio de diálogo colectivo permitiría redefinir la agenda agrícola regional desde una perspectiva ética y sostenible.
4. Incorporación del Tema en Espacios de Integración Regional
El Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y el Consejo Agropecuario Centroamericano son plataformas clave para avanzar en políticas públicas conjuntas. Sin embargo, hasta ahora, la voz de los pueblos originarios ha estado mayoritariamente ausente en estos espacios de decisión.
Incluir de manera sistemática a representantes originarias y campesinos en estos foros no solo democratiza el proceso de integración regional, sino que también permite responder de manera coherente y con visión de largo plazo a problemáticas comunes como el cambio climático, la desertificación, la migración forzada y la desigualdad rural.
5. Gestión de Apoyo Internacional
La carta también propone activar redes internacionales de solidaridad y cooperación para fortalecer las políticas de defensa territorial. Organismos como la FAO, la CIDH, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo Verde para el Clima pueden desempeñar un papel fundamental tanto en financiamiento como en asesoría técnica.
En la actualidad, muchas comunidades originarias enfrentan serias limitaciones para acceder a recursos económicos que les permitan desarrollar proyectos productivos sostenibles. Una alianza entre gobiernos y organismos multilaterales podría canalizar fondos internacionales hacia iniciativas lideradas por las propias comunidades, garantizando así que los proyectos respeten su identidad cultural y sus derechos colectivos.
Un llamado a la justicia y a la acción
Las organizaciones firmantes no solo denuncian una situación crítica en Guatemala, sino que también alertan sobre un patrón generalizado de vulneración de derechos en toda la región. La defensa de las tierras ancestrales no es un tema aislado ni local: está íntimamente ligado a la justicia climática, a la seguridad alimentaria global y al respeto a la diversidad de formas de vida.
“Los pueblos originarios no son los enemigos del desarrollo, son su alma. Han vivido en equilibrio con la tierra por generaciones, y hoy son una esperanza para el futuro de la humanidad”, expresó Lenin Antonio Pérez Guzman Presidente de la Asociación Agencia para el desarrollo accesible sin fronteras, uno de los firmantes de la carta.
En un mundo donde el despojo y la codicia avanzan, este llamado busca ser una semilla de resistencia, unidad y esperanza.