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Japdeva, otra fábula política

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 13 marzo, 2019


La Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) tiene como su objetivo principal el desarrollo económico y social de la costa atlántica, desde los canales de Tortuguero hasta las playas al sur de Limón. Es una institución fundada en 1973 para elaborar y ejecutar programas de crecimiento y ahora que está operando el megapuerto de APM en Moín recibirá $20 millones anuales del concesionario. ¡Es apenas el comienzo!

Muchos creen que Japdeva es una institución que tiene como fin principal operar los muelles en la Ciudad de Limón, y es lógico que consideran eso así. La gran mayoría de sus funcionarios, incluyendo los estibadores, operadores de grúas, oficinistas y, por supuesto los burócratas, se dedican a actividades relacionadas con esos muelles; no hay en cantidades mencionables economistas, sociólogos, ingenieros, diseñadores y “pensadores.” Lo que más falta, por supuesto, es la categoría última.

En años recientes a merced del crecimiento vertiginoso de sus planillas (a merced de los políticos de turno) y las “conquistas” de su sindicato, todas las entradas generadas por los muelles se han ido a pagar salarios y gastos administrativos; a veces queda un poquito para comprar equipos o para reparar las estructuras mismas de los muelles. También con esfuerzo hacen dragados ocasionales para que los barcos puedan llegar. Pero nada de dinero ha quedado para los programas de desarrollo, razón por la que existe la institución y Limón ha seguido limitado en su crecimiento y bienestar.

Pero la verdad es que cuando se fundó esta institución y por varios años hubo recursos para mejorar la provincia que normalmente ignora el gobierno nacional. Se les dieron a los que han dirigido a Japdeva los muy rentables muelles como fuente de recursos; los excedentes pasaban para beneficio de la economía y sociedad limonense.

En meses recientes se ha desatado una pugna en ciertos medios e inspirada por los empleados públicos actuales de Japdeva; con la llegada de APM Terminals dicen que va a quebrar la institución. Quieren que más barcos lleguen a los muelles antiguos y argumentan que APM está limitando su negocio.

La verdad es que nunca ha estado mejor dotado de recursos; el problema es que el tipo de personal que tiene no es el que se requiere en el futuro. Ahora que se van a dedicar a lo que fue su razón de ser requieren planificadores, diseñadores, inventores, trabajadores sociales y sobre todo personas con un interés en ver el crecimiento de la economía en la zona.

Ya Japdeva requiere menos estibadores, burócratas, y abogados y mucho más profesionales que ostenten una visión de la provincia y quieren verla salir adelante. ¿Se podrá hacer esa transición? Se ha ofrecido a los funcionarios puestos en otras instituciones y también pagos jugosos para retirarse voluntariamente. ¡No quieren!

Si no usa los $20 millones Japdeva para programas de desarrollo pasa el dinero a la “caja única” del Estado. Y lo triste es que no ha sido capaz de presentar un plan. ¡Pobre Limón!




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