Invitados no deseados
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Jueves 13 agosto, 2009
Invitados no deseados
La finalidad de hacer una fiesta es lograr que todos disfruten, sin embargo algunos asistentes más bien se vuelven molestos
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
Las celebraciones pequeñas o grandes, formales o informales, siempre buscan dejar en los invitados una buena carta de presentación, pero sobre todo crear una velada para el disfrute de todos.
Sin embargo a veces no todo es color de rosa, y uno que otro invitado puede crear una situación incómoda que incluso puede arruinar toda la fiesta.
Son los invitados que se ubican a la par de la mesa de la comida y no se levantan en toda la noche, o se toman todo el licor, les incomoda la música, empiezan a buscarle defectos a todo o comienzan a pedir a los anfitriones condiciones como por ejemplo que no los sienten a la par de ciertas personas, a criterio de Juan Carlos Bonilla, experto en protocolo.
Para lidiar con estas situaciones recomienda actuar con diplomacia y hacer las observaciones directamente pero de forma discreta.
“Si una persona siempre es la última en irse, no se deben empezar a recoger las cosas o apagar las luces, se debe agradecer a los invitados a cierta hora por acompañarlos e indicar que la fiesta finalizó”, comentó.
Considera además que en una fiesta tanto los invitados como los anfitriones tienen obligaciones, como ser respetuosos.
Otra situación que puede generar molestia es cuando se invita a una persona y esta asiste con dos amigos más, esto afecta factores como el espacio en la celebración y la comida.
Cuando es un evento serio se recomienda poner a una persona neutral en la entrada y con una lista de invitados dejar ingresar a la gente, para así no crear ningún roce con el anfitrión.
Situaciones comprometidas
Vestimenta inapropiada: si usted es el anfitrión de una fiesta estilo Hawái y la novia de su hermano lleva un mini bikini, haga un cumplido al traje y luego con delicadeza explique que la abuela es un poco conservadora. Si usted es un invitado haga como si no lo hubiera notado.
Comportamientos extraños: si usted hace una celebración pequeña y sabe que algún familiar un poco “extraño” asistirá y este pone incómodos a los invitados y a usted, lo mejor es dejar a un lado a las personas que lo conocen y dígales que lo distraigan; si usted es parte de los invitados no se queje con el anfitrión.
Una tragedia humana: si usted invita a un amigo a una fiesta para animarlo porque está deprimido y se la pasa toda la noche quejándose, lo mejor es que le diga directamente que está siendo muy negativo porque tal vez no se está dando cuenta de su actitud, trate de cambiar el tema por alguno más feliz.
Fuera de control: si está ante un invitado que critica todo, como la forma en que usted preparó la ensalada y quiere tomar el control de la fiesta, recuerde que esa persona solo quiere ayudar, explíquele suavemente que aprecia la ayuda pero que disfrute y no se preocupe, si usted forma parte de los invitados puede ayudar quitándoles a los anfitriones de encima a ese molesto invitado, pidiéndole que ayude en alguna situación especial.
El centro de atención: cuando un amigo quiere ser el centro de atención y quiere monopolizar toda la velada con historias aburridas, se recomienda al anfitrión llevar a este amigo a otro salón para “mostrarle algo” y darles un respiro a los demás invitados.
Casos reales
Oscar Keith
Gerente de Mercadeo y Ventas
Radisson Europa Hotel & Conference Center
“Un invitado molesto es el que no sabe medir el consumo de licor, el que no se ubica en el ambiente por el volumen de la música o cuando no quiere respetar el programa. Una de las recomendaciones es decirle a la persona que sirve las bebidas que se las dé con más liga o mezcla; en el segundo caso, se debe indicar que es el tipo de música y volumen que se seleccionó y en el tercero si es una actividad formal darle el programa del evento”.
Alejandra Golcher
Directora de Intercasa
“Una de las cosas que más me molestan de ciertos invitados en las actividades es la indiscreción, en el sentido que algunas veces las personas hacen críticas negativas a gritos o nos hacen comentarios directamente que no son nada positivos, la medida que creo se debe tomar es ¡no volverlos a invitar nunca más!”.
La finalidad de hacer una fiesta es lograr que todos disfruten, sin embargo algunos asistentes más bien se vuelven molestos
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
Las celebraciones pequeñas o grandes, formales o informales, siempre buscan dejar en los invitados una buena carta de presentación, pero sobre todo crear una velada para el disfrute de todos.
Sin embargo a veces no todo es color de rosa, y uno que otro invitado puede crear una situación incómoda que incluso puede arruinar toda la fiesta.
Son los invitados que se ubican a la par de la mesa de la comida y no se levantan en toda la noche, o se toman todo el licor, les incomoda la música, empiezan a buscarle defectos a todo o comienzan a pedir a los anfitriones condiciones como por ejemplo que no los sienten a la par de ciertas personas, a criterio de Juan Carlos Bonilla, experto en protocolo.
Para lidiar con estas situaciones recomienda actuar con diplomacia y hacer las observaciones directamente pero de forma discreta.
“Si una persona siempre es la última en irse, no se deben empezar a recoger las cosas o apagar las luces, se debe agradecer a los invitados a cierta hora por acompañarlos e indicar que la fiesta finalizó”, comentó.
Considera además que en una fiesta tanto los invitados como los anfitriones tienen obligaciones, como ser respetuosos.
Otra situación que puede generar molestia es cuando se invita a una persona y esta asiste con dos amigos más, esto afecta factores como el espacio en la celebración y la comida.
Cuando es un evento serio se recomienda poner a una persona neutral en la entrada y con una lista de invitados dejar ingresar a la gente, para así no crear ningún roce con el anfitrión.
Situaciones comprometidas
Vestimenta inapropiada: si usted es el anfitrión de una fiesta estilo Hawái y la novia de su hermano lleva un mini bikini, haga un cumplido al traje y luego con delicadeza explique que la abuela es un poco conservadora. Si usted es un invitado haga como si no lo hubiera notado.
Comportamientos extraños: si usted hace una celebración pequeña y sabe que algún familiar un poco “extraño” asistirá y este pone incómodos a los invitados y a usted, lo mejor es dejar a un lado a las personas que lo conocen y dígales que lo distraigan; si usted es parte de los invitados no se queje con el anfitrión.
Una tragedia humana: si usted invita a un amigo a una fiesta para animarlo porque está deprimido y se la pasa toda la noche quejándose, lo mejor es que le diga directamente que está siendo muy negativo porque tal vez no se está dando cuenta de su actitud, trate de cambiar el tema por alguno más feliz.
Fuera de control: si está ante un invitado que critica todo, como la forma en que usted preparó la ensalada y quiere tomar el control de la fiesta, recuerde que esa persona solo quiere ayudar, explíquele suavemente que aprecia la ayuda pero que disfrute y no se preocupe, si usted forma parte de los invitados puede ayudar quitándoles a los anfitriones de encima a ese molesto invitado, pidiéndole que ayude en alguna situación especial.
El centro de atención: cuando un amigo quiere ser el centro de atención y quiere monopolizar toda la velada con historias aburridas, se recomienda al anfitrión llevar a este amigo a otro salón para “mostrarle algo” y darles un respiro a los demás invitados.
Casos reales
Oscar Keith
Gerente de Mercadeo y Ventas
Radisson Europa Hotel & Conference Center
“Un invitado molesto es el que no sabe medir el consumo de licor, el que no se ubica en el ambiente por el volumen de la música o cuando no quiere respetar el programa. Una de las recomendaciones es decirle a la persona que sirve las bebidas que se las dé con más liga o mezcla; en el segundo caso, se debe indicar que es el tipo de música y volumen que se seleccionó y en el tercero si es una actividad formal darle el programa del evento”.
Alejandra Golcher
Directora de Intercasa
“Una de las cosas que más me molestan de ciertos invitados en las actividades es la indiscreción, en el sentido que algunas veces las personas hacen críticas negativas a gritos o nos hacen comentarios directamente que no son nada positivos, la medida que creo se debe tomar es ¡no volverlos a invitar nunca más!”.