Instruyendo a los instructores
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 24 mayo, 2010
Incrementar el monto de los fondos destinados a la educación pública sería loable, pero no suficiente
Instruyendo a los instructores
Educación requiere no solo inversión, sino también imaginación
Los costarricenses son inteligentes; por cierto, cuentan con el cuarto nivel de alfabetismo de Latinoamérica.
Sin embargo, hay 67 países con grado de instrucción superior al de esta nación.
Por eso, nada que haga Costa Rica para transformarse en un país de primer mundo tendrá éxito, a menos que su gente sea aún más instruida, mediante un nuevo enfoque a la educación
Es loable invertir en la enseñanza pública, tal como lo propone actualmente la Asamblea Legislativa, al incrementar el presupuesto del Ministerio de Educación Pública a un 8% del valor de la producción anual del país, comparado con el 6% que rige hoy en día.
No obstante, gastar más dinero no sería la tónica, mientras no se resuelvan varias deficiencias importantes en el actual programa educativo.
Entre las opciones que se podrían encontrar para dinamizarlo, sugerimos algunas, solo una de las cuales requeriría una erogación significativa; sin embargo, sí implica pensar de forma novedosa.
En primer lugar, el MEP podría aprovechar en forma más amplia el concepto de la cooperación entre el sector privado y el público.
En el área del cómputo, empresas líderes como HP, Dell, Toshiba y Acer, trabajan duro por ampliar su cuota de mercado en este país.
Si una de estas empresas pusiera 10 mil ordenadores en las escuelas costarricenses, ayudaría a cientos de miles de estudiantes, mientras crea conciencia de marca entre un gran número de futuros gerentes y profesionales.
Suponiendo que cada equipo esté valorado en $500 y que tenga vida útil de tres años, un programa público-privado costaría alrededor de $1 millón al año para cada uno, del Estado y la empresa.
Esta es una cantidad insignificante para el MEP, cuyo presupuesto anual es el equivalente a $2,3 mil millones.
¿Una empresa privada invertiría la cantidad que corresponde?
Quizás.
El mes pasado, Panamá y Microsoft anunciaron un programa conjunto, en virtud del cual el gigante del software les enseñará a 40 mil maestros cómo utilizar estas importantes herramientas.
En segundo lugar, el sistema escolar debería hacer un trabajo mejor en la enseñanza de las matemáticas, informática e inglés, cada uno de los cuales es esencial para que el país pueda competir en el futuro.
Muchos de los maestros de las escuelas públicas del país son débiles en estas áreas, con el resultado de que el sistema está reciclando mediocridad.
Si Costa Rica quiere ser un país del primer mundo, necesita un sistema de formación de los profesores de primer orden.
Una forma eficiente de hacer esto, consiste en la contratación de un número modesto podrían ser tan solo 25 para empezar de profesores de los más avanzados del mundo en estos temas, lo cual representa un costo de unos digamos $250 mil por año por cada uno, con todos los gastos incluidos.
Suponiendo que se cuente con el apoyo de una agencia de cooperación internacional varias de las cuales estarían encantadas de participar en un proyecto de este tipo—, los gastos que implica serían mucho menores.
Pero incluso el costo total de alrededor de $6 millones al año para un proyecto tan importante, es un monto minúsculo, en comparación con los enormes beneficios, que el programa brindaría.
Una colaboración de 25 excelentes instructores locales, así como una cantidad igual de los importados, constituiría un programa de formación de primera calidad para más de 500 futuros docentes cada año.
Por su parte, los nuevos profesores costarricenses una vez egresados, anualmente proporcionarían una educación sobresaliente a 10 mil jóvenes —un número que crecería rápidamente, a medida que más profesores se gradúen del programa.
Por último, Costa Rica necesita más escuelas de formación técnica.
Actualmente, la mitad de los estudiantes que pasan por el sistema de educación pública no termina el colegio.
Esto implica unos 250 mil jóvenes de 16 años o menos poco preparados, que podrían aprovechar la instrucción técnica, si se ampliaran los programas tipo Instituto Nacional de Aprendizaje.
Construir nuevas instalaciones, comprar las herramientas apropiadas y pagar instructores adicionales requeriría una inversión significativa.
No obstante, si fuera el caso de que se incremente el presupuesto del MEP, esto sería uno de los más importantes usos que se les den a estos recursos.
Hay varios caminos por los cuales un país puede llegar a ser parte del primer mundo.
Sin embargo, todos pasan por las escuelas.
Fred Blaser
Co Presidente, República Media Group
Instruyendo a los instructores
Educación requiere no solo inversión, sino también imaginación
Los costarricenses son inteligentes; por cierto, cuentan con el cuarto nivel de alfabetismo de Latinoamérica.
Sin embargo, hay 67 países con grado de instrucción superior al de esta nación.
Por eso, nada que haga Costa Rica para transformarse en un país de primer mundo tendrá éxito, a menos que su gente sea aún más instruida, mediante un nuevo enfoque a la educación
Es loable invertir en la enseñanza pública, tal como lo propone actualmente la Asamblea Legislativa, al incrementar el presupuesto del Ministerio de Educación Pública a un 8% del valor de la producción anual del país, comparado con el 6% que rige hoy en día.
No obstante, gastar más dinero no sería la tónica, mientras no se resuelvan varias deficiencias importantes en el actual programa educativo.
Entre las opciones que se podrían encontrar para dinamizarlo, sugerimos algunas, solo una de las cuales requeriría una erogación significativa; sin embargo, sí implica pensar de forma novedosa.
En primer lugar, el MEP podría aprovechar en forma más amplia el concepto de la cooperación entre el sector privado y el público.
En el área del cómputo, empresas líderes como HP, Dell, Toshiba y Acer, trabajan duro por ampliar su cuota de mercado en este país.
Si una de estas empresas pusiera 10 mil ordenadores en las escuelas costarricenses, ayudaría a cientos de miles de estudiantes, mientras crea conciencia de marca entre un gran número de futuros gerentes y profesionales.
Suponiendo que cada equipo esté valorado en $500 y que tenga vida útil de tres años, un programa público-privado costaría alrededor de $1 millón al año para cada uno, del Estado y la empresa.
Esta es una cantidad insignificante para el MEP, cuyo presupuesto anual es el equivalente a $2,3 mil millones.
¿Una empresa privada invertiría la cantidad que corresponde?
Quizás.
El mes pasado, Panamá y Microsoft anunciaron un programa conjunto, en virtud del cual el gigante del software les enseñará a 40 mil maestros cómo utilizar estas importantes herramientas.
En segundo lugar, el sistema escolar debería hacer un trabajo mejor en la enseñanza de las matemáticas, informática e inglés, cada uno de los cuales es esencial para que el país pueda competir en el futuro.
Muchos de los maestros de las escuelas públicas del país son débiles en estas áreas, con el resultado de que el sistema está reciclando mediocridad.
Si Costa Rica quiere ser un país del primer mundo, necesita un sistema de formación de los profesores de primer orden.
Una forma eficiente de hacer esto, consiste en la contratación de un número modesto podrían ser tan solo 25 para empezar de profesores de los más avanzados del mundo en estos temas, lo cual representa un costo de unos digamos $250 mil por año por cada uno, con todos los gastos incluidos.
Suponiendo que se cuente con el apoyo de una agencia de cooperación internacional varias de las cuales estarían encantadas de participar en un proyecto de este tipo—, los gastos que implica serían mucho menores.
Pero incluso el costo total de alrededor de $6 millones al año para un proyecto tan importante, es un monto minúsculo, en comparación con los enormes beneficios, que el programa brindaría.
Una colaboración de 25 excelentes instructores locales, así como una cantidad igual de los importados, constituiría un programa de formación de primera calidad para más de 500 futuros docentes cada año.
Por su parte, los nuevos profesores costarricenses una vez egresados, anualmente proporcionarían una educación sobresaliente a 10 mil jóvenes —un número que crecería rápidamente, a medida que más profesores se gradúen del programa.
Por último, Costa Rica necesita más escuelas de formación técnica.
Actualmente, la mitad de los estudiantes que pasan por el sistema de educación pública no termina el colegio.
Esto implica unos 250 mil jóvenes de 16 años o menos poco preparados, que podrían aprovechar la instrucción técnica, si se ampliaran los programas tipo Instituto Nacional de Aprendizaje.
Construir nuevas instalaciones, comprar las herramientas apropiadas y pagar instructores adicionales requeriría una inversión significativa.
No obstante, si fuera el caso de que se incremente el presupuesto del MEP, esto sería uno de los más importantes usos que se les den a estos recursos.
Hay varios caminos por los cuales un país puede llegar a ser parte del primer mundo.
Sin embargo, todos pasan por las escuelas.
Fred Blaser
Co Presidente, República Media Group