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¿Inspirar para mejorar?

David Gutierrez david@gutierrezcr.com | Martes 15 mayo, 2012



¿Inspirar para mejorar?


Los costarricenses sentimos poco apego por el pasado. Salvo algunas contadas excepciones, no tenemos grandes monumentos o iconos arquitectónicos. Mientras que en la región hay catedrales o palacios presidenciales con más de 200 años, nuestra Basílica de los Angeles fue terminada en 1924 y la Casa Presidencial era, hasta el gobierno de Rodrigo Carazo, sede de las oficinas de Fertica.
Sin embargo, es muy interesante que en nuestro país algunos de los más importantes motivos de orgullo nacional sean institucionales, como la seguridad social, los parques nacionales y la Orquesta Sinfónica Nacional; o bien conceptuales, como la abolición del ejército, nuestra flora, fauna y bellezas naturales.
Algo similar nos ocurre con personas o empresas. En la mayoría de los países existen importantes héroes nacionales o empresas inspiradoras, que han hecho historia y trascendido fronteras. Pero en Costa Rica contamos con pocas de esas figuras.
A nivel empresarial podríamos rescatar al ICE, la Florida Ice and Farm, o la Dos Pinos. En lo que respecta a las personas tenemos a algunos como José Figueres con su abolición del ejército y el diseño del estado moderno, Calderón Guardia con su estado social, Clodomiro Picado y su suero antiofídico, Gil Chaverri y su tabla periódica de los elementos, Ricardo Jiménez y su revolución intelectual, las hermanas Poll y sus medallas olímpicas, Paulo Wanchope y sus goles mundiales, Oscar Arias y su Nobel de la Paz, Nery Brenes y Hanna Gabriel con sus récords internacionales, y Jiménez Deredia y su exhibición en el Coliseo.
Recientemente uno de esos costarricenses inspiradores y ejemplares, Franklin Chang, ingresó al Salón de la Fama de la NASA. Es el ser humano que más viajes al espacio ha realizado, el primer latino en ese círculo de héroes mundiales. Como si fuera poco, la empresa que fundó, Ad-Astra, hoy busca la forma de que los humanos podamos ir y volver a Marte. Franklin no solamente nos inspira con sus logros académicos y profesionales, sino con su humildad, sencillez y con su reconocimiento a sus propios héroes. En su discurso de agradecimiento dijo “recibo este honor con una gran humildad porque me lo conceden quienes fueron siempre mis héroes” y aceptó que “ser reconocido por quienes admiras es más poderoso que ser reconocido del todo”.
Entonces, ¿podemos crecer y mejorar por medio de la inspiración de personas y empresas?
¿Es importante sentir orgullo de nuestras instituciones y valores país? Sin duda.
El mismo Franklin lo reconoce. Son motivo de orgullo, de ilusión, de motivación y de sueños. Con este ejemplo, debemos fomentar la formación de líderes que inspiren, y eliminar nuestra cultura de mezquindad, de bajar el piso, del “no se puede” y de quejarse de todo sin proponer soluciones.
Nuestras principales instituciones y monumentos no pueden ser tugurios que se caen a pedazos, tampoco podemos dejar de homenajear a nuestros campeones personales o empresariales.
Como país debemos fomentar una cultura de formación y respeto al liderazgo y a la inspiración. Debemos construir obras que despierten el orgullo nacional y que, con sentido del pasado, nos inspiren para el futuro.

David Gutiérrez
davgutswa@gmail.com


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