"Ingredientes artificiales" acechan desarrollo sostenible
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 30 octubre, 2008
País llegó al límite en materia de gestión ambiental, asegura Informe Estado de la Nación
“Ingredientes artificiales” acechan desarrollo sostenible
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
El país “sin ingredientes artificiales” se está haciendo de cemento y varilla. Paradójicamente, el eslogan ecológico que sirve de anzuelo para atraer inversión extranjera, tanto inmobiliaria como turística, podría derivar en el agotamiento de la imagen verde costarricense.
Debido al desbalance entre el desarrollo económico y la protección del ambiente, Costa Rica llegó a una situación límite en materia de gestión ambiental.
Al no contar con reglas claras de ordenamiento territorial, se han otorgado permisos de construcción masivamente, sin considerar los efectos acumulativos en la naturaleza, ni la presión sobre recursos básicos como el agua.
Estas fueron algunas de las principales conclusiones generales a las que llegó el Decimocuarto Informe Estado de la Nación, en su capítulo Armonía con la Naturaleza.
Las cifras son elocuentes. De los 31 tipos de ecosistemas que presenta el territorio continental costarricense, siete están virtualmente extintos. Y en territorio marítimo-costero hay algunos amenazados con nula protección.
Si bien se han tomado algunas medidas proteccionistas teóricamente correctas, en la práctica la mayoría se limita a meras formulaciones de estrategias, políticas y planes, pero que no cuentan con capacidad de regulación y de fiscalización suficientes.
Para colmo de males, muchas de estas acciones se han tomado cuando el daño a recursos y zonas claves está hecho, y en otros casos ni siquiera se han tomado las decisiones oportunas.
“Ingredientes artificiales” acechan desarrollo sostenible
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
El país “sin ingredientes artificiales” se está haciendo de cemento y varilla. Paradójicamente, el eslogan ecológico que sirve de anzuelo para atraer inversión extranjera, tanto inmobiliaria como turística, podría derivar en el agotamiento de la imagen verde costarricense.
Debido al desbalance entre el desarrollo económico y la protección del ambiente, Costa Rica llegó a una situación límite en materia de gestión ambiental.
Al no contar con reglas claras de ordenamiento territorial, se han otorgado permisos de construcción masivamente, sin considerar los efectos acumulativos en la naturaleza, ni la presión sobre recursos básicos como el agua.
Estas fueron algunas de las principales conclusiones generales a las que llegó el Decimocuarto Informe Estado de la Nación, en su capítulo Armonía con la Naturaleza.
Las cifras son elocuentes. De los 31 tipos de ecosistemas que presenta el territorio continental costarricense, siete están virtualmente extintos. Y en territorio marítimo-costero hay algunos amenazados con nula protección.
Si bien se han tomado algunas medidas proteccionistas teóricamente correctas, en la práctica la mayoría se limita a meras formulaciones de estrategias, políticas y planes, pero que no cuentan con capacidad de regulación y de fiscalización suficientes.
Para colmo de males, muchas de estas acciones se han tomado cuando el daño a recursos y zonas claves está hecho, y en otros casos ni siquiera se han tomado las decisiones oportunas.