Indignados, un año después
| Jueves 17 mayo, 2012
Indignados, un año después
Durante las tardes y las noches de esta semana centenares de jóvenes españoles ocupan la plaza de Sol en Madrid, la de Catalunya en Barcelona y de otras capitales españolas.
La protesta de los Indignados cuenta con la simpatía de la mayoría de la población, que es contraria a que la doble crisis provocada por la excesiva deuda del Estado y por la burbuja inmobiliaria se pague con recortes en salud, educación, privatizando empresas estatales, transportes públicos y aumentando precios.
La población española con gran mayoría de clase media y altas cuotas de seguridad, está acostumbrada a tener uno de los mejores sistemas sanitarios, de seguridad policial, de red de carreteras y trenes de la Unión Europea.
Todos estos logros, del Estado español, construídos durante décadas, parecen estar en riesgo de ser privatizados o desmontados para ahorrar dinero del Estado.
El Gobierno de Mariano Rajoy (PP) y el anterior de Rodríguez Zapatero (PSOE), han sido criticados por inyectar dinero público a la banca, que en parte fue la causante de la crisis de la burbuja inmobiliaria.
Además, se debe pagar la deuda soberana, que adquirieron los políticos, incluidos los autonómicos y municipales, al incurrir en gastos excesivos e innecesarios.
Un año después, el 15-M sigue siendo un movimiento ciudadano pacífico organizado en forma de asambleas y que huye de jerarquías y partidos políticos tradicionales.
Nació inspirado en las protestas de los jóvenes y Revoluciones árabes (enero 2011), e inspiró a su vez el movimiento Occupy Wall Street en EEUU y a los jóvenes de Israel.
Los indignados españoles han vertebrado una forma de protesta, basada en la "resistencia pacífica", diferente a la que se ha producido en Grecia, donde los manifestantes estuvieron a punto de ocupar el Parlamento en tres ocasiones, provocando violentos choques con la Policía, con numerosos heridos y detenidos e incendios en Atenas.
Por su parte, el movimiento "Democracia Real, ya", ha influido en la política española, y las elecciones con aparición de nuevos partidos minoritarios y ha obligado a los dos partidos alternantes en el poder PP-PSOE a ser más cautos a la hora de abordar recortes sociales, pues se ha evidenciado en la calle la protesta y oposición de la gran mayoría de la población con consignas como: "Vuestra Crisis, no la vamos a pagar".
Antonio Romea
Para La República
Madrid, España
Durante las tardes y las noches de esta semana centenares de jóvenes españoles ocupan la plaza de Sol en Madrid, la de Catalunya en Barcelona y de otras capitales españolas.
La protesta de los Indignados cuenta con la simpatía de la mayoría de la población, que es contraria a que la doble crisis provocada por la excesiva deuda del Estado y por la burbuja inmobiliaria se pague con recortes en salud, educación, privatizando empresas estatales, transportes públicos y aumentando precios.
La población española con gran mayoría de clase media y altas cuotas de seguridad, está acostumbrada a tener uno de los mejores sistemas sanitarios, de seguridad policial, de red de carreteras y trenes de la Unión Europea.
Todos estos logros, del Estado español, construídos durante décadas, parecen estar en riesgo de ser privatizados o desmontados para ahorrar dinero del Estado.
El Gobierno de Mariano Rajoy (PP) y el anterior de Rodríguez Zapatero (PSOE), han sido criticados por inyectar dinero público a la banca, que en parte fue la causante de la crisis de la burbuja inmobiliaria.
Además, se debe pagar la deuda soberana, que adquirieron los políticos, incluidos los autonómicos y municipales, al incurrir en gastos excesivos e innecesarios.
Un año después, el 15-M sigue siendo un movimiento ciudadano pacífico organizado en forma de asambleas y que huye de jerarquías y partidos políticos tradicionales.
Nació inspirado en las protestas de los jóvenes y Revoluciones árabes (enero 2011), e inspiró a su vez el movimiento Occupy Wall Street en EEUU y a los jóvenes de Israel.
Los indignados españoles han vertebrado una forma de protesta, basada en la "resistencia pacífica", diferente a la que se ha producido en Grecia, donde los manifestantes estuvieron a punto de ocupar el Parlamento en tres ocasiones, provocando violentos choques con la Policía, con numerosos heridos y detenidos e incendios en Atenas.
Por su parte, el movimiento "Democracia Real, ya", ha influido en la política española, y las elecciones con aparición de nuevos partidos minoritarios y ha obligado a los dos partidos alternantes en el poder PP-PSOE a ser más cautos a la hora de abordar recortes sociales, pues se ha evidenciado en la calle la protesta y oposición de la gran mayoría de la población con consignas como: "Vuestra Crisis, no la vamos a pagar".
Antonio Romea
Para La República
Madrid, España