Indicadores de fondos de inversión: Clasificación de los bonos y bonos basura
| Lunes 10 diciembre, 2007
Indicadores de fondos de inversión
Clasificación de los bonos y bonos basura
Por el peso que tienen los bonos en las carteras de los fondos de inversión, resulta de gran utilidad conocer algunos aspectos puntuales utilizados por las agencias especializadas en la calificación de estos instrumentos financieros. En el siguiente cuadro se puede apreciar con más detalle la relación entre calidad de los bonos y su clasificación:
Clasificación de los bonos
Calidad muy alta Calidad alta Especulativa Muy pobre
Standard & Poor’s AAA AA A BBB BB B CCC D
Moody’s Aaa Aa A Baa Ba B Caa C
Es importante aclarar que tanto Moody’s como Standard & Poor’s recurren a algunos tipos de ajustes para estas calificaciones. Por ejemplo, S&P utiliza los signos de más y menos: A+ es la calificación más alta, y A- es la más baja. Moody’s utiliza una designación de 1, 2 y 3, siendo 1 la más fuerte.
Sobre los bonos basura, a los cuales nos hemos referido marginalmente en nuestros dos últimos comentarios, son conocidos como bonos de alto rendimiento (High Yields), de carácter especulativo, con calificación baja o sin calificación. Con anterioridad a la segunda mitad de 1970, estos bonos eran una especie de “ángeles caídos”, ya que normalmente eran emitidos por empresas solventes que posteriormente experimentaban un acelerado deterioro de sus finanzas. Sin embargo, con el tiempo la firma Drexel Burnhan Lambert, definió como nicho de mercado estos bonos, conformando una red de potenciales inversionistas en bonos basura.
En la década de 1980 los bonos con una rentabilidad alta comenzaron a experimentar un gran auge al ser utilizados como medio para apalancar compras de empresas. A finales de esa década una serie de escándalos financieros en Wall Street, desatados por los problemas legales de Drexel, echaron al suelo este negocio y mancharon los bonos basura. Actualmente, la media de calidad de estos bonos ha variado drásticamente con relación a la media que experimentó en los años 80.
Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net
Clasificación de los bonos y bonos basura
Por el peso que tienen los bonos en las carteras de los fondos de inversión, resulta de gran utilidad conocer algunos aspectos puntuales utilizados por las agencias especializadas en la calificación de estos instrumentos financieros. En el siguiente cuadro se puede apreciar con más detalle la relación entre calidad de los bonos y su clasificación:
Clasificación de los bonos
Calidad muy alta Calidad alta Especulativa Muy pobre
Standard & Poor’s AAA AA A BBB BB B CCC D
Moody’s Aaa Aa A Baa Ba B Caa C
Es importante aclarar que tanto Moody’s como Standard & Poor’s recurren a algunos tipos de ajustes para estas calificaciones. Por ejemplo, S&P utiliza los signos de más y menos: A+ es la calificación más alta, y A- es la más baja. Moody’s utiliza una designación de 1, 2 y 3, siendo 1 la más fuerte.
Sobre los bonos basura, a los cuales nos hemos referido marginalmente en nuestros dos últimos comentarios, son conocidos como bonos de alto rendimiento (High Yields), de carácter especulativo, con calificación baja o sin calificación. Con anterioridad a la segunda mitad de 1970, estos bonos eran una especie de “ángeles caídos”, ya que normalmente eran emitidos por empresas solventes que posteriormente experimentaban un acelerado deterioro de sus finanzas. Sin embargo, con el tiempo la firma Drexel Burnhan Lambert, definió como nicho de mercado estos bonos, conformando una red de potenciales inversionistas en bonos basura.
En la década de 1980 los bonos con una rentabilidad alta comenzaron a experimentar un gran auge al ser utilizados como medio para apalancar compras de empresas. A finales de esa década una serie de escándalos financieros en Wall Street, desatados por los problemas legales de Drexel, echaron al suelo este negocio y mancharon los bonos basura. Actualmente, la media de calidad de estos bonos ha variado drásticamente con relación a la media que experimentó en los años 80.
Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net