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Importancia de la sucesión en las empresas de familia

Laura Chinchilla redaccion@larepublica.net | Miércoles 08 septiembre, 2021

Laura Chinchilla

Laura Chinchilla

Coordinadora Sub Comisión PYME

Empresas Familiares

El Plan de sucesión es uno de los procesos más relevantes y críticos que enfrentan las Empresas de Familia para garantizar su continuidad.

Es común que algún miembro de una empresa familiar pregunte: “Padre, ¿No cree que ya es tiempo de trabajar con usted? Ya tengo 21 años y me gustaría saber algo sobre mi futura empresa. El Padre se cuestiona a sí mismo antes de responder, y piensa: ¿Y si se casa?, ¿Y si quiere mi puesto? ¿Y si no está de acuerdo en la forma que yo manejo esta empresa? ¿Y si me pide dividendos? ¿Qué voy a hacer con sus hermanos?, ¿Será que mis hijos manejarán mi empresa tan bien como yo lo he hecho? Todas estas preguntas son frecuentes en los fundadores de empresas familiares.

Las familias empresarias o empresas familiares son algo más que simplemente un patrimonio, son historia, es legado, son valores, que deben dotarse de conocimientos y acuerdos comunes para prepararse y enfrentar los cambios para lograr un buen plan de sucesión.

Por lo anterior, la Cámara de Comercio de Costa Rica, CCCR, a través de la Comisión PYME y la Sub Comisión de Empresas de Familia, ha comenzado a dirigir esfuerzos hacia el fortalecimiento y desarrollo de este grupo, cuya representatividad es bastante amplia en esta organización y en el país en general.

La Cámara está consciente que empresas familiares son sistemas vivos, y al igual que la familia empresaria, no pueden quedarse ancladas en una estructura; tienen que ir cambiando, revisando y buscando transformaciones, probando herramientas nuevas para lograr como empresa familiar lo más importante: la perdurabilidad en el tiempo en compañía de las nuevas generaciones, con altura de miras, con generosidad y lealtad.

Es importante dar espacio a esas nuevas generaciones, y con tiempo elaborar entre todos estrategias de gestión para implementar el proceso sucesorio, que es similar a una hoja de ruta clara trasparente de sucesión.

Esta hoja de ruta debe prevenir que los miembros de la familia, sobre todo fundadores, no abandonen el negocio con temor de qué pasaría con su futuro económico y el de la empresa con la entrada de estas nuevas generaciones, porque es posible que las características de comportamiento, forma de pensar y de liderar, no sean similares a las del fundador, por lo que deberíamos aprovechar su tiempo y experiencia en la empresa, sin cerrar las puertas a las nuevas generaciones.

Sobrevivir a las generaciones

A pesar de que las prácticas y esfuerzos para profesionalizar las empresas familiares (plan de sucesión, protocolo y órganos de gobierno) datan de 30 años atrás, la cultura y conciencia de estas empresas, no alcanzan a medir la importancia de su existencia para las economías del mundo, generando empleo, contribuyendo a la sostenibilidad, a la responsabilidad social, y al PIB del país.

Cabe comentar -para dar soporte al punto anterior-, que estadísticamente, el 90% de las empresas en el mundo, son empresas familiares, y solo el 40% en muchos países, sobreviven a la segunda generación, y ni que decir a la tercera. (17%)

¿Por qué sucede eso? Son varios los motivos, pero uno de los más importantes, es la dificultad de este tipo de empresas en crear acuerdos consensuados entre los miembros de la familia empresaria, que faciliten la buena gestión y relación natural que existe entre el negocio y la familia.

Por otro lado, y no menos importante, se encuentra la dificultad de aceptar que el mundo cambia, que todo sigue y que debemos dar paso a las nuevas tecnologías, nuevas ideas, nuevas generaciones, nuevos instrumentos de estrategia, que sumados a la experiencia y ayuda del fundador, faciliten el crecimiento de la empresa familiar y la continuidad de ellas en el tiempo. De lo contrario, o sea, si no abrazamos esa conciencia y apertura, pasaríamos a formar parte de ese porcentaje de empresas de familia que se quedan rezagadas cuando menos se espera.

Rescate de cadena de valores

El temor del fundador sobre su futuro económico y el de la familia y la empresa, es común y aceptable, pero no debe perderse de vista, la cadena de valores aportadas a los hijos, y las oportunidades de mezclar esos valores con las habilidades que cuenta cada uno, para elaborar acuerdos consensuados, visiones compartidas y compromisos de pertenencia entre todos.

Todo este concepto requiere ir perfilando la buena fe de la familia al reconocer la importancia de plasmar acuerdos en protocolos familiares, que junto con los órganos de gobierno y planes de sucesión, son necesarios como herramientas estratégicas de compromiso y dirección, y que dotan de estructuras adecuadas, para sostener la continuidad y contrarrestar así la complejidad de éstas, y a la vez dar soporte a los acuerdos.

Se perfila que en la actualidad, uno de los principales desafíos de las empresas de familia, es el “desaprender”. Desaprender algunas veces del éxito ya vivido, que aunque suene contradictorio, es vital para volver a construir estructuras de gestión mas solidas en la familia y en la empresa, acordes con la complejidad que naturalmente se da en ellas con el pasar del tiempo, donde los nuevos miembros de la familia, (yernos, nueras, hijos mayores) se van incorporando a la empresa.

Para concluir enfatizo que un buen Plan de Sucesión, puede ser una estrategia de gestión de mucho éxito, si la vemos desde la planificación a tiempo y no desde un problema.

Temas relacionados a PYMES y empresas familiares serán ampliamente discutidos en foros, charlas y asesorías de la CCCR, porque es necesario que este tipo de empresas sigan creciendo y fortaleciendo nuestra economía.
































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