Identifique las grasas
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Lunes 12 septiembre, 2011
Identifique las grasas
Aunque pueden ser sinónimo de enfermedades, es un grupo necesario para el organismo si se sabe diferenciar cuáles son beneficiosas
Las grasas forman parte de los grupos alimenticios necesarios para tener una buena salud, sin embargo han surgido varios mitos que hacen que la gente se confunda y deje de consumirlas o lo haga de una manera inadecuada.
Entre esas falsas creencias está que “los productos bajos en grasa siempre son más saludables”, según recopila el sitio unilever.tt, algo que se considera falso, ya que se debe tener en cuenta que mientras más sólida sea la grasa a temperatura ambiente, más grasa saturada contiene, por ejemplo la manteca, mantequilla y el queso.
Lo fundamental del tema es saber identificar precisamente cuáles grasas son las que conviene consumir y cuáles no.
“Las grasas son particularmente importantes ya que por medio de estas es que podemos absorber las vitaminas A, D, E y K. Adicionalmente nos aportan ácidos grasos esenciales que el cuerpo no puede producir”, comentó la nutricionista Larisa Páez.
Según explica existen grasas buenas y grasas malas; se les llaman “buenas” a los tipo que aportan beneficios a la salud.
“Este término se refiere a las grasas mono y poliinstauradas. Estas suben el colesterol bueno o HDL-C y protegen el corazón. Algunos ejemplos son el aguacate, las nueces, el maní, los aceites de soya”, comentó.
La nutricionista Rebeca Hernández agrega a la lista el aceite de oliva, de canola y girasol.
En la otra esquina están las grasas saturadas, que son las que se deben de consumir ocasionalmente y de forma moderada.
“Estas grasas generalmente son sólidas a temperatura ambiente y provienen de los animales, tienden a subir el colesterol total y el “malo” o LDL-C, así como bajar el colesterol “bueno””, comentó Páez.
Dentro de las “grasas malas” también se incluyen las grasas trans, estas son líquidas en temperatura ambiente, pero debido a la manipulación industrial y química a la que se someten, se vuelven sólidas.
Las grasas saturadas están presentes principalmente en la leche entera, las carnes grasosas, la piel del pollo y el pavo, la mantequilla, el queso crema, la natilla, crema dulce y los helados, así como el aceite de palma y de coco, comentó Hernández.
La cantidad de grasa o cualquier otro grupo de alimento que se deben consumir diariamente se debe calcular según los requerimientos personales como la edad, talla, nivel de actividad física y sexo.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
Aunque pueden ser sinónimo de enfermedades, es un grupo necesario para el organismo si se sabe diferenciar cuáles son beneficiosas
Entre esas falsas creencias está que “los productos bajos en grasa siempre son más saludables”, según recopila el sitio unilever.tt, algo que se considera falso, ya que se debe tener en cuenta que mientras más sólida sea la grasa a temperatura ambiente, más grasa saturada contiene, por ejemplo la manteca, mantequilla y el queso.
Lo fundamental del tema es saber identificar precisamente cuáles grasas son las que conviene consumir y cuáles no.
“Las grasas son particularmente importantes ya que por medio de estas es que podemos absorber las vitaminas A, D, E y K. Adicionalmente nos aportan ácidos grasos esenciales que el cuerpo no puede producir”, comentó la nutricionista Larisa Páez.
Según explica existen grasas buenas y grasas malas; se les llaman “buenas” a los tipo que aportan beneficios a la salud.
“Este término se refiere a las grasas mono y poliinstauradas. Estas suben el colesterol bueno o HDL-C y protegen el corazón. Algunos ejemplos son el aguacate, las nueces, el maní, los aceites de soya”, comentó.
La nutricionista Rebeca Hernández agrega a la lista el aceite de oliva, de canola y girasol.
En la otra esquina están las grasas saturadas, que son las que se deben de consumir ocasionalmente y de forma moderada.
“Estas grasas generalmente son sólidas a temperatura ambiente y provienen de los animales, tienden a subir el colesterol total y el “malo” o LDL-C, así como bajar el colesterol “bueno””, comentó Páez.
Dentro de las “grasas malas” también se incluyen las grasas trans, estas son líquidas en temperatura ambiente, pero debido a la manipulación industrial y química a la que se someten, se vuelven sólidas.
Las grasas saturadas están presentes principalmente en la leche entera, las carnes grasosas, la piel del pollo y el pavo, la mantequilla, el queso crema, la natilla, crema dulce y los helados, así como el aceite de palma y de coco, comentó Hernández.
La cantidad de grasa o cualquier otro grupo de alimento que se deben consumir diariamente se debe calcular según los requerimientos personales como la edad, talla, nivel de actividad física y sexo.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net