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ICE: Estrella del mundo

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 02 diciembre, 2013




ANÁLISIS

Consumidores se benefician de una estatal exitosa en telecomunicaciones

ICE: Estrella del mundo

Empresa enfrentaría serios problemas, de no hacerse eficiente
 

RESUMEN EJECUTIVO
Las operaciones de telecomunicaciones del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) podrían llegar a ser un modelo para el mundo, demostrando su capacidad de competir en condiciones de tú a tú con las multinacionales.
Para lograr esta meta, se requiere una reorganización desde las esferas más altas del ICE, dado que son los niveles gerenciales los que en gran parte determinarán cuáles serán los resultados de la empresa.
Además, sería esencial controlar los costos del ICE, ya que de lo contrario, la estatal enfrentaría serios problemas económicos.
Mientras tanto, la rivalidad entre el ICE y las empresas privadas, asegura un alto nivel de competencia en el mercado, lo que es bueno para los consumidores costarricenses.


Mientras tanto, la rivalidad entre el ICE y las empresas privadas, asegura un alto nivel de competencia en el mercado, lo que es bueno para los consumidores costarricenses.

En el mundo actual, casi todas las estatales en telecomunicaciones han sido privatizadas; aunque algunas pocas sobreviven bajo regímenes especiales.
En el caso de Costa Rica, el ICE ha podido competir con las multinacionales, en condiciones de igualdad, donde los usuarios han sido los grandes beneficiados.
Sin embargo, para que el ICE sobreviva a largo plazo, es imprescindible que cuente con un presidente, una junta directiva y un grupo de gerentes, que sean expertos en los negocios, e incluso, que algunos de ellos tengan experiencia en el sector de las telecomunicaciones.
Además, no deben estar sujetos a criterios políticos en la toma de sus decisiones.
Debe además existir un control eficiente de los costos, de forma sostenible.
De lo contrario, el ICE enfrentaría serios problemas, dado que es visible que desde la apertura de las telecomunicaciones, la empresa estatal ha dejado de generar utilidades.
En lo que a líderes del Instituto se refiere, se debería promover que puedan permanecer en sus puestos durante un mínimo de cinco años, con la opción de ser reelectos, y que a la vez exista la posibilidad de que sean removidos antes del cumplimiento de este plazo, en caso de haber brindado o no los resultados deseados.
La reelección en los casos apropiados aseguraría que haya continuidad en el rumbo de una empresa que opera en un sector, que quizás sea el más dinámico del mundo, dados los constantes avances tecnológicos y las cambiantes necesidades de los usuarios.
Una forma de dotar al ICE con los líderes necesarios, sería dejar a algún órgano competente, la tarea de aprobar a los postulantes para la junta directiva, incluido al presidente ejecutivo, con el fin de analizar los atestados de cada posible miembro de junta de una manera transparente.
Hoy, los siete integrantes de la junta son nombrados por el Poder Ejecutivo, sin escrutinio de terceros.
Y es esta falta de revisión pública lo que podría determinar o no, la idoneidad de cada miembro para las funciones, ya que eventualmente esto induciría a que el cargo se convierta en un botín político, cuando la empresa debe tener la seriedad y responsabilidad más allá del compromiso partidario.
Los directivos actuales son personas sumamente respetables, con mucha capacidad intelectual, así como con hojas de vida impresionantes.
Sin embargo, el ICE al convertirse en empresa sui géneris, por tener electricidad en monopolio y telecomunicaciones en competencia, todo bajo un mismo techo, hace pensar que es imprescindible que las juntas directivas futuras deban contar con representación de experiencia real en el sector telecomunicaciones, así como en la administración de negocios conexos.
Otro factor clave en el manejo futuro del ICE, será el tener un control adecuado de los costos, que actualmente son insostenibles, tal como lo demuestran los resultados financieros de los últimos tres años.
Con una dirección experimentada, consistente y tecnificada, habría menos desperdicio en los proyectos.
En los últimos años se han realizado inversiones millonarias en compras de los equipos para WiMax, que no sirven o no entran en funcionamiento.
Asimismo, las inversiones en el servicio de televisión digital, que buscan aprovechar las líneas telefónicas de cobre de la empresa, pero que al final no han podido llevar la señal adecuadamente debido a la antigüedad del mismo cableado.

El ICE además ahorraría al menos unos $100 millones al año si tuviera una nómina, en la división de telecomunicaciones, de unas 3 mil personas, que es más que suficiente para brindar un excelente servicio.
Sin embargo, la división cuenta hoy con más del doble de esta cantidad de trabajadores.
Lo preocupante es que de mantenerse el nivel actual de gastos, el ICE quedaría sin la capacidad de invertir o innovar.
Y esto es evidente en el hecho de que, desde que el mercado se abrió a la competencia, el ICE no ha logrado aún generar utilidades en el negocio de telecomunicaciones.
Una forma bolivariana de resolver el problema económico del ICE, sería sacar a Claro y Movistar del país, tal como lo proponen algunos de los candidatos actuales a la presidencia, así como para diputaciones, y así devolver todas las telecomunicaciones al ICE.
No obstante, esto sería un paso retrógrado para los consumidores, que en los últimos tres años se han beneficiado con bajas en el costo de la telefonía móvil de voz y datos, así como del incremento en la variedad de los servicios.
En contraste, durante casi dos décadas del monopolio del ICE en telefonía móvil, solo hubo largas filas para acceder al servicio de gran demanda, y con tarifas inciertas en los precios pagaderos por los usuarios.
Lo cierto es que el ICE ha tenido que enfrentar de igual a igual, a las subsidiarias costarricenses de Claro y Movistar, que posiblemente han logrado reducir sus costos de operación locales al contar con el apoyo de las matrices en varias áreas, como son las compras de equipos de redes y terminales, los servicios centralizados corporativos de informática, mercadeo, finanzas, contabilidad, legales y recursos humanos.
No obstante, el ICE cuenta con varias ventajas competitivas.
La más importante es contar con un grupo sumamente talentoso y experimentado, de técnicos y profesionales.
Por lo que no es casualidad que la estatal siga siendo el operador más grande del país, con más de 4 millones de clientes móviles, cuya gran mayoría dice estar satisfecha con el servicio que la empresa le brinda.
Y en esa competitividad entre empresas móviles, el ICE además ha logrado compensar ciertas ventajas con sus competidores, al no tener que pagar el impuesto sobre la renta, en lo que a los ingresos de los servicios de línea fija se refiere, y aquellos otros que no están en competencia plena.
Bien manejado, el ICE siempre brindaría un buen servicio a los costarricenses.
Y como si esto fuera poco, el ICE podría llegar a ser una empresa estatal de telecomunicaciones, estrella del mundo.


George Miley
Expresidente
Superintendencia de Telecomunicaciones
Especial para La República
redaccion@larepublica.net







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