Hay cosas malas, muy malas, y esta ronda de ganancias bancarias
Bloomberg | Martes 12 abril, 2016
Decepcionante. Deprimente. Horrible. Cualquier palabra que elija, el primer trimestre fue pésimo para los bancos de inversión.
Si bien los bancos de Estados Unidos serán los primeros en detallar la extensión del daño la próxima semana, es probable que el dolor sea especialmente agudo para el trío de empresas europeas – Deutsche Bank, Credit Suisse y Barclays – que se encuentra en pleno proceso de reestructuración bajo el mando de sus respectivos nuevos directores ejecutivos.
Enero a marzo es normalmente la temporada más fuerte del sector, ya que los clientes están interesados en hacer negocios en el inicio del año. En esta ocasión no fue así.
Pocos clientes fueron lo suficientemente valientes como para intentar grandes negocios ante un contexto de tanta volatilidad en los mercados financieros – es como tratar de atracar dos embarcaciones durante un huracán, dijeron los banqueros.
El valor de las ventas de acciones anunciadas cayó casi a la mitad en el primer trimestre con respecto al mismo período del año anterior, según los datos recabados por Bloomberg.
La emisión de bonos bajó un 7,6% y las ofertas con un alto rendimiento en Estados Unidos se desplomaron un 54%. El número de fusiones completadas se redujo en un 82%.
En las operaciones bursátiles, los ingresos de renta fija y divisas han presentado una disminución desde la crisis financiera y no se podrá evitar el pesimismo.
Los analistas de Bernstein estiman que estos rubros han bajado en más de la mitad desde el 2009.
La volatilidad del mercado que se registró en febrero probablemente afectó de manera negativa los ingresos derivados de las acciones, también: el promedio de cotizaciones bursátiles diarias se redujo un 5,3% a nivel mundial en el trimestre.
En conjunto, los ingresos trimestrales de la banca de inversión podrían caer en un 25 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, según los analistas de Goldman Sachs.
Los inversores han sido advertidos de antemano. Barclays ha dicho en distintas ocasiones que los resultados del primer trimestre no se equipararán con los del año pasado.
JPMorgan ha advertido que los ingresos procedentes de la banca de inversión registrarán una baja cercana al 25%.
Otros han hecho proyecciones pesimistas similares, y los analistas en consecuencia han modificado sus calificaciones.
Eso deja a los nuevos máximos responsables de Barclays, Credit Suisse y Deutsche Bank la tarea de intentar arreglar sus bancos en el peor momento posible.
En tanto los ingresos caen rápidamente, hay una mayor presión por disminuir los costos y reducir los activos. Pero, al hacerlo, se arriesgan a perder más ingresos.
Y peor aún, los pésimos resultados nublarán su capacidad para mostrar un progreso relevante hacia rendimientos más sostenibles en el largo plazo.
No le quepa duda que los tres máximos responsables harán todo lo posible para distraer a los inversores de sus cifras trimestrales. Cada uno de ellos posiblemente se agarrará de cualquier noticia positiva como, por ejemplo, las ventas de activos o las reducciones de costos. (Barclays dijo el jueves que había acordado vender su filial de gestión de patrimonio en Asia).
En lo que va de este año, no obstante, los inversores han hecho que las valoraciones de los títulos en estos bancos cayeran a mínimas de varios años.
Para revertir esto, los máximos responsables de los bancos tendrán que utilizar algo más que la gestión de expectativas y la estrategia de distracción.