Gustavo Rojas renunció por trabas en su puesto
Carolina Barrantes redaccion@larepublica.net | Sábado 04 julio, 2009
Gustavo Rojas renunció por trabas en su puesto
El ex director de la Compañía Nacional de Teatro señaló que la entidad enfrenta mucha burocracia
Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
La salida del último director de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), Gustavo Rojas, se debió a trabas para llevar a cabo proyectos y sus propias funciones internas.
El actor y abogado presentó su carta de renuncia, el martes anterior, al puesto que ocupó durante casi un año y en ella adujo como motivo “diferencias irreconciliables” que tenía con Laura Pacheco, viceministra de Cultura.
Esas diferencias se deben a que Rojas no podía tomar decisiones “operativas” como la contratación de personal.
Sus disposiciones eran cuestionadas y enfrentaban trabas en “órganos burocráticos de alto nivel” del Ministerio de Cultura y Juventud, dijo ayer Rojas.
“El puesto es un cargo de confianza, contratado por conocimientos sobre teatro y porque conoce las necesidades y objetivos de la Compañía. Pero llegó un punto en el que personas que no conocen el campo teatral cuestionaban las decisiones”, comentó Rojas, quien no quiso ahondar en detalles.
“El entrabamiento burocrático que tiene el Estado se nota en la Compañía, esta necesita producir permanentemente, pero por esas trabas se convierte en una máquina que no funciona”, explicó el ex director.
Para Rojas, un ejemplo de esa burocracia es un proyecto que presentó recientemente Lina Barrantes, directora del Teatro Popular Melico Salazar, entidad rectora de la CNT.
El documento dice que el director de la CNT pasará a formar parte de un consejo consultivo artístico, cuyas decisiones no son vinculantes, y que fungirá como asesor de la junta directiva del Teatro.
En la actualidad el director de la compañía forma parte de la junta y tiene voz y voto.
Ello pretende “colapsar más la operatividad de la compañía”, afirmó Rojas.
Para que la CNT tenga un futuro prometedor, necesitará que le otorguen los recursos económicos, así como el personal necesarios.
Además, que se le permita al director tomar decisiones operativas. Rojas señaló que por el contrario, la entidad no requiere un grupo de asesores, plan que quiere iniciar la Viceministra de Cultura ante su renuncia.
“Me cansé de no poder tomar decisiones operativas; mi formación es de empresa privada con objetivos claros; la compañía no necesita grandes académicos… es necesario que se le dé la funcionalidad que requiere para producir”, adujo Rojas.
A pesar de la controversia, el ex director agradeció la oportunidad que le concedieron María Elena Carballo, ministra de Cultura, y Laura Pacheco, viceministra, para asumir el puesto.
También señaló que tiene proyectos personales en camino, uno multimedia que dará a conocer pronto y que regresará a sus quehaceres de abogacía.
Incluso afirmó que estará pendiente de que la Compañía Nacional de Teatro “reciba lo que merece y no se convierta en un departamento de tercera” concluyó.
El ex director de la Compañía Nacional de Teatro señaló que la entidad enfrenta mucha burocracia
Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
La salida del último director de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), Gustavo Rojas, se debió a trabas para llevar a cabo proyectos y sus propias funciones internas.El actor y abogado presentó su carta de renuncia, el martes anterior, al puesto que ocupó durante casi un año y en ella adujo como motivo “diferencias irreconciliables” que tenía con Laura Pacheco, viceministra de Cultura.
Esas diferencias se deben a que Rojas no podía tomar decisiones “operativas” como la contratación de personal.
Sus disposiciones eran cuestionadas y enfrentaban trabas en “órganos burocráticos de alto nivel” del Ministerio de Cultura y Juventud, dijo ayer Rojas.
“El puesto es un cargo de confianza, contratado por conocimientos sobre teatro y porque conoce las necesidades y objetivos de la Compañía. Pero llegó un punto en el que personas que no conocen el campo teatral cuestionaban las decisiones”, comentó Rojas, quien no quiso ahondar en detalles.
“El entrabamiento burocrático que tiene el Estado se nota en la Compañía, esta necesita producir permanentemente, pero por esas trabas se convierte en una máquina que no funciona”, explicó el ex director.
Para Rojas, un ejemplo de esa burocracia es un proyecto que presentó recientemente Lina Barrantes, directora del Teatro Popular Melico Salazar, entidad rectora de la CNT.
El documento dice que el director de la CNT pasará a formar parte de un consejo consultivo artístico, cuyas decisiones no son vinculantes, y que fungirá como asesor de la junta directiva del Teatro.
En la actualidad el director de la compañía forma parte de la junta y tiene voz y voto.
Ello pretende “colapsar más la operatividad de la compañía”, afirmó Rojas.
Para que la CNT tenga un futuro prometedor, necesitará que le otorguen los recursos económicos, así como el personal necesarios.
Además, que se le permita al director tomar decisiones operativas. Rojas señaló que por el contrario, la entidad no requiere un grupo de asesores, plan que quiere iniciar la Viceministra de Cultura ante su renuncia.
“Me cansé de no poder tomar decisiones operativas; mi formación es de empresa privada con objetivos claros; la compañía no necesita grandes académicos… es necesario que se le dé la funcionalidad que requiere para producir”, adujo Rojas.
A pesar de la controversia, el ex director agradeció la oportunidad que le concedieron María Elena Carballo, ministra de Cultura, y Laura Pacheco, viceministra, para asumir el puesto.
También señaló que tiene proyectos personales en camino, uno multimedia que dará a conocer pronto y que regresará a sus quehaceres de abogacía.
Incluso afirmó que estará pendiente de que la Compañía Nacional de Teatro “reciba lo que merece y no se convierta en un departamento de tercera” concluyó.