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Guerra entre carteles sume a México en violencia

| Miércoles 21 mayo, 2008




Guerra entre carteles sume a México en violencia

País azteca suma al menos 1.300 muertes violentas en lo que va del año


México
EFE

La guerra entre los capos mexicanos por el control de los carteles de drogas vivió ayer un nuevo capítulo sangriento con un enfrentamiento entre bandas rivales en el estado de Durango, noroeste del país, que se saldó con ocho sicarios muertos.
El gobierno de Durango informó que las investigaciones iniciales llevan a considerar que el choque fue entre bandas rivales del crimen organizado provenientes de otros estados.
La ola de violencia se ha saldado en lo que va de este año con 1.300 muertes en el país, y el Gobierno federal considera que esta escalada se debe a una reacción del narcotráfico a la estrategia oficial de persecución a los delincuentes con miles de soldados y agentes federales.
Felipe Calderón, presidente de México, que ha convocado a la sociedad con un “Ya basta” a la violencia, ha advertido también que su política contra los carteles de la droga provocará más víctimas.
Algunos analistas critican la política oficial porque, aunque ha dado fuertes golpes como el decomiso de 23 toneladas de cocaína y 205 millones de dólares en efectivo el año pasado, creen que el Gobierno sacudió el avispero sin tener un plan de contención a la reacción del narcotráfico.
La prensa señala como otro factor de la creciente violencia al pleito entre capos del narcotráfico, en particular entre los hermanos Beltrán Leyva y su ex socio Joaquín “El Chapo” Guzmán, por el control de plazas que han dejado otros barones de la droga que fueron capturados o que murieron, como el caso de Osiel Cárdenas, jefe del cartel del Golfo, que fue extraditado a Estados Unidos.
El analista Salvador García Soto dijo ayer a Efe que existe una alianza entre los Beltrán Leyva y “Los Zetas”, un grupo de ex militares que surgió como brazo armado del cartel del Golfo.
García Soto, que basa su información en reportes de servicios de inteligencia, ubica en esa lógica las matanzas de familiares de uno y otro bando.
En medio de esta rivalidad, las partes han filtrado a las autoridades informaciones de sus enemigos, dijo el experto, quien señaló que una hipótesis de la captura de Alfredo Beltrán Leyva en enero pasado es que fue “servida” por “El Chapo”.
Esa hipótesis explicaría el asesinato de un hijo de “El Chapo” a principios de este mes, en un ataque en el que hubo bazucas y lanzagranadas, como una venganza de los Beltrán Leyva, cuya principal cabeza es Arturo, apodado “El Barbas”.
La presidenta de la organización civil México Unido contra la Delincuencia, María Elena Morera, declaró ayer a Efe que se espera que ocurran más hechos violentos, porque se están tocando las estructuras de los carteles y ello explica que estén matando a altos mandos policiales.
Morera dijo que está de acuerdo con la política del Gobierno de enfrentar a esas mafias criminales y que cree que Calderón va en serio, pero aseguró que esa estrategia es incompleta.
Explicó que falta romper las estructuras financieras de los carteles y acotar los vínculos que hay entre la delincuencia organizada y algunos políticos.
Morera ve en el “Ya basta” de Calderón un acto de desesperación, ya que el mandatario considera que la sociedad no se está sumando a esta lucha.
Pero “¿cómo va a denunciar la gente si no hay seguridad ni siquiera para los policías que persiguen al narcotráfico?”, comentó la titular de México Unido contra la Delincuencia, que recordó que este mes fueron asesinados en distintas acciones tres altos mandos policiales federales.
Por su parte, el periodista Sergio Sarmiento dijo ayer en su columna Jaque Mate, del diario Reforma, que la sociedad ha perdido confianza en el presidente y lo atribuyó a la ola violenta que se campea en todo el país.
Sarmiento citó una encuesta de la empresa BGC Ulises Beltrán y Asociados que el 11 de marzo reveló que el 35% de los entrevistados tenía “mucha” confianza en Calderón, 32% “regular” y 10% “ninguna”.
Un mes después el porcentaje de los que respondieron que tenían “mucha” confianza bajó al 6%, “regular” a 22% y los que no tienen “ninguna” confianza subió a 35%.






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