Golpe al Barcelona
| Miércoles 06 enero, 2010
Golpe al Barcelona
Barcelona
EFE
El Barcelona tendrá que protagonizar una nueva gesta, esta vez en el Sánchez Pizjuán, si quiere mantener intactas sus aspiraciones de revalidar el título de Copa.
El Sevilla lo dejó al borde del KO, al asaltar el Camp Nou (1-2) en un partido de alto voltaje en el que el colegiado Pérez Burrull se erigió en el principal protagonista.
Andaba el Barça demasiado exigido las últimas semanas y necesitaba revitalizarse. Pep Guardiola apostó por reservar a la mayoría de sus titulares y recuperar a Messi, descansado tras volver de sus vacaciones, pero la fórmula sólo resultó efectiva durante buena parte de la primera mitad.
Al Sevilla, que también presentaba un once inédito pero en este caso obligado al no poder contar con muchos de sus actores principales, le costó quitarse de encima el dominio azulgrana.
Con un rosario de decisiones ridículas, como impedir al médico del Sevilla que entrara en el terreno de juego para atender a un lesionado Navas, y alguna tarjeta a destiempo, el colegiado llenó de interrupciones un choque trepidante para hacerlo languidecer hasta llegar al descanso.
Empezó bien el partido para el Sevilla tras la reanudación. Renato avisó al inicio de la segunda mitad —Pinto desvió su disparo con la punta de la bota— y Capel puso el Camp Nou patas arriba al culminar, al cuarto de hora, una gran jugada de Perotti por la izquierda (0-1).
Por si fuera poco, Pérez Burrull anuló un gol a Ibrahimovic por una inexistente falta de delantero sueco, cuyo único pecado es ser más corpulento que el 99 por ciento de sus defensores. Ibra se tomaría cumplida venganza poco después, cuando nivelaría, esta vez sí el marcador, al controlar un pase largo de Márquez y superar a Palop en el uno contra uno (1-1).
Sin embargo, la alegría barcelonista duró solo unos instantes. El Sevilla sacó de centro, la pelota llegó a Capel y éste fue arrollado por Chygrynskyi, aunque la falta del torpe central ucraniano empezó fuera del área.
Negredo fue el encargado de transformar la pena máxima (1-2) -con dedicatoria a su compañero Sergio Sánchez incluida- y al Barcelona se le vino el mundo encima.
A los jugadores azulgranas les quedaba un cuarto de hora por delante para lograr el empate. Messi lo tuvo en sus botas, pero cruzó demasiado sobre la salida de Palop.
Barcelona
EFE
El Barcelona tendrá que protagonizar una nueva gesta, esta vez en el Sánchez Pizjuán, si quiere mantener intactas sus aspiraciones de revalidar el título de Copa.
El Sevilla lo dejó al borde del KO, al asaltar el Camp Nou (1-2) en un partido de alto voltaje en el que el colegiado Pérez Burrull se erigió en el principal protagonista.
Andaba el Barça demasiado exigido las últimas semanas y necesitaba revitalizarse. Pep Guardiola apostó por reservar a la mayoría de sus titulares y recuperar a Messi, descansado tras volver de sus vacaciones, pero la fórmula sólo resultó efectiva durante buena parte de la primera mitad.
Al Sevilla, que también presentaba un once inédito pero en este caso obligado al no poder contar con muchos de sus actores principales, le costó quitarse de encima el dominio azulgrana.
Con un rosario de decisiones ridículas, como impedir al médico del Sevilla que entrara en el terreno de juego para atender a un lesionado Navas, y alguna tarjeta a destiempo, el colegiado llenó de interrupciones un choque trepidante para hacerlo languidecer hasta llegar al descanso.
Empezó bien el partido para el Sevilla tras la reanudación. Renato avisó al inicio de la segunda mitad —Pinto desvió su disparo con la punta de la bota— y Capel puso el Camp Nou patas arriba al culminar, al cuarto de hora, una gran jugada de Perotti por la izquierda (0-1).
Por si fuera poco, Pérez Burrull anuló un gol a Ibrahimovic por una inexistente falta de delantero sueco, cuyo único pecado es ser más corpulento que el 99 por ciento de sus defensores. Ibra se tomaría cumplida venganza poco después, cuando nivelaría, esta vez sí el marcador, al controlar un pase largo de Márquez y superar a Palop en el uno contra uno (1-1).
Sin embargo, la alegría barcelonista duró solo unos instantes. El Sevilla sacó de centro, la pelota llegó a Capel y éste fue arrollado por Chygrynskyi, aunque la falta del torpe central ucraniano empezó fuera del área.
Negredo fue el encargado de transformar la pena máxima (1-2) -con dedicatoria a su compañero Sergio Sánchez incluida- y al Barcelona se le vino el mundo encima.
A los jugadores azulgranas les quedaba un cuarto de hora por delante para lograr el empate. Messi lo tuvo en sus botas, pero cruzó demasiado sobre la salida de Palop.