Gigante telefónico de Brasil espera luz verde
| Lunes 05 mayo, 2008
Gigante telefónico de Brasil espera luz verde
Rio de Janeiro
Xinhua
Una nueva compañía telefónica en ciernes en Brasil se perfila como nuevo símbolo de la bonanza económica del país, se propone conquistar mercados en el exterior y además frenar el avance local de gigantes mundiales como Telefónica de España y Telmex, de México.
Los mercados financieros de Brasil todavía intentan digerir esta semana la fusión de las operadoras de telefonía fija y telecomunicaciones Telemar (que opera la marca Oi) y Brasil Telecom (BrT), anunciada pasado tras una engorrosa negociación de varios meses.
Mientras tanto, el organismo regulador Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) aclaró que el negocio no podrá materializarse hasta tanto sea modificada una norma que prohíbe a una telefónica comprar una empresa rival que opera en una región diferente del país.
Pero el consejero de Anatel, Pedro Jaime Ziller, dijo que la Agencia estudiará antes del fin de mayo la solicitud del ministerio de Comunicaciones para modificar la ley y apoyó el negocio.
“En el mundo entero hay una fusión muy grande de empresas y es necesario tener empresas fuertes”, dijo Ziller a periodistas.
“La condición de Oi y Brasil Telecom para competir en el mercado es inferior, si uno junta las dos tendrán más condiciones”, agregó poco antes de que el caso fuera analizado en una reunión de Anatel con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia.
Telemar deberá pagar $3.500 millones por el control de BrT y de allí deberá salir la mayor empresa de telecomunicaciones de América Latina, con músculo financiero para competir con las rivales dentro de Brasil y en el exterior, en un movimiento que ya agita el mercado de empresas proveedoras de equipos y servicios americanas, europeas y asiáticas.
“En un plazo de cinco años, la nueva compañía tendrá porte para expandir sus operaciones para Europa, Africa y América Latina, con la previsión de poder alcanzar 30 millones de clientes en el mercado internacional”, según Telemar.
El respaldo del gobierno de Lula debe cristalizarse además con un fuerte apoyo financiero a través del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), el brazo financiero del Estado para proyectos de infraestructura e inversión privada, solicitado por Telemar.
La consolidación legal del negocio depende de la reforma de la ley de concesiones telefónicas, que en los años 90 acabó con el monopolio estatal en el sector y dividió el país en grandes áreas asignadas a otras tantas empresas.
Pero ya el ministro de Comunicaciones, Helio Costa, también ha dado su respaldo a la fusión como “un hecho importante, que coloca a Brasil en la vanguardia mundial de las telecomunicaciones”.
Los mercados financieros dan por sentado el negocio y en la bolsa de valores de Sao Paulo y las acciones de Telemar perdieron el martes más de 6,36%, que se sumaba al derrumbe de 10% el lunes, primer día de transacciones del papel después del anuncio.
Según operadores, las pérdidas se han profundizado en la medida en que los inversionistas sacan la cuenta sobre los costos financieros de la operación.
Los temores continuaron pese al anuncio de la agencia de valoración de riesgo Standard & Poor's de que reafirmó la clasificación BB+ para el crédito a largo plazo de Telemar y el “br AA+” para Brasil Telecom, lo que significa que “la perspectiva de crédito de ambas empresas es estable”.
Telemar deberá adquirir además en los próximos meses títulos en manos de los accionistas minoritarios de BrT.
Eso implicará un desembolso de otros $4.600 millones para llevar el negocio a unos $8.300 millones, incluyendo pagos de deudas pendientes de los actuales dueños.
S&P señaló que si las autoridades reguladoras aprueban la adquisición, la nueva compañía será la mayor empresa de telecomunicaciones de América Latina, con ingresos de cerca de $17.000 millones y operaciones en casi todos los estados menos Sao Paulo (bastión de Telefónica).
La agencia prevé que la empresa financie la adquisición con emisiones de nueva deuda en buenas condiciones de pago gracias a su fuerte liquidez y acumulación de caja.
La empresa sumará 22,2 millones de líneas fijas y 20,3 millones de suscriptores de telefonía móvil.
“El potencial de crecimiento a largo plazo también es relevante” y la empresa planea completar 38 millones de suscriptores de telefonía móvil en los próximos cinco años y cuadruplicar su base de banda ancha, alcanzando 12 millones de suscriptores, frente a los tres millones actuales, señaló el informe.
También se espera que la empresa tenga un significativo crecimiento en TV por suscripción hasta ocho millones de usuarios.
El año pasado Telemar obtuvo un beneficio neto de 2.400 millones de reales (unos $1.500 millones), un 80% por encima del resultado de 2006.
Rio de Janeiro
Xinhua
Una nueva compañía telefónica en ciernes en Brasil se perfila como nuevo símbolo de la bonanza económica del país, se propone conquistar mercados en el exterior y además frenar el avance local de gigantes mundiales como Telefónica de España y Telmex, de México.
Los mercados financieros de Brasil todavía intentan digerir esta semana la fusión de las operadoras de telefonía fija y telecomunicaciones Telemar (que opera la marca Oi) y Brasil Telecom (BrT), anunciada pasado tras una engorrosa negociación de varios meses.
Mientras tanto, el organismo regulador Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) aclaró que el negocio no podrá materializarse hasta tanto sea modificada una norma que prohíbe a una telefónica comprar una empresa rival que opera en una región diferente del país.
Pero el consejero de Anatel, Pedro Jaime Ziller, dijo que la Agencia estudiará antes del fin de mayo la solicitud del ministerio de Comunicaciones para modificar la ley y apoyó el negocio.
“En el mundo entero hay una fusión muy grande de empresas y es necesario tener empresas fuertes”, dijo Ziller a periodistas.
“La condición de Oi y Brasil Telecom para competir en el mercado es inferior, si uno junta las dos tendrán más condiciones”, agregó poco antes de que el caso fuera analizado en una reunión de Anatel con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia.
Telemar deberá pagar $3.500 millones por el control de BrT y de allí deberá salir la mayor empresa de telecomunicaciones de América Latina, con músculo financiero para competir con las rivales dentro de Brasil y en el exterior, en un movimiento que ya agita el mercado de empresas proveedoras de equipos y servicios americanas, europeas y asiáticas.
“En un plazo de cinco años, la nueva compañía tendrá porte para expandir sus operaciones para Europa, Africa y América Latina, con la previsión de poder alcanzar 30 millones de clientes en el mercado internacional”, según Telemar.
El respaldo del gobierno de Lula debe cristalizarse además con un fuerte apoyo financiero a través del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), el brazo financiero del Estado para proyectos de infraestructura e inversión privada, solicitado por Telemar.
La consolidación legal del negocio depende de la reforma de la ley de concesiones telefónicas, que en los años 90 acabó con el monopolio estatal en el sector y dividió el país en grandes áreas asignadas a otras tantas empresas.
Pero ya el ministro de Comunicaciones, Helio Costa, también ha dado su respaldo a la fusión como “un hecho importante, que coloca a Brasil en la vanguardia mundial de las telecomunicaciones”.
Los mercados financieros dan por sentado el negocio y en la bolsa de valores de Sao Paulo y las acciones de Telemar perdieron el martes más de 6,36%, que se sumaba al derrumbe de 10% el lunes, primer día de transacciones del papel después del anuncio.
Según operadores, las pérdidas se han profundizado en la medida en que los inversionistas sacan la cuenta sobre los costos financieros de la operación.
Los temores continuaron pese al anuncio de la agencia de valoración de riesgo Standard & Poor's de que reafirmó la clasificación BB+ para el crédito a largo plazo de Telemar y el “br AA+” para Brasil Telecom, lo que significa que “la perspectiva de crédito de ambas empresas es estable”.
Telemar deberá adquirir además en los próximos meses títulos en manos de los accionistas minoritarios de BrT.
Eso implicará un desembolso de otros $4.600 millones para llevar el negocio a unos $8.300 millones, incluyendo pagos de deudas pendientes de los actuales dueños.
S&P señaló que si las autoridades reguladoras aprueban la adquisición, la nueva compañía será la mayor empresa de telecomunicaciones de América Latina, con ingresos de cerca de $17.000 millones y operaciones en casi todos los estados menos Sao Paulo (bastión de Telefónica).
La agencia prevé que la empresa financie la adquisición con emisiones de nueva deuda en buenas condiciones de pago gracias a su fuerte liquidez y acumulación de caja.
La empresa sumará 22,2 millones de líneas fijas y 20,3 millones de suscriptores de telefonía móvil.
“El potencial de crecimiento a largo plazo también es relevante” y la empresa planea completar 38 millones de suscriptores de telefonía móvil en los próximos cinco años y cuadruplicar su base de banda ancha, alcanzando 12 millones de suscriptores, frente a los tres millones actuales, señaló el informe.
También se espera que la empresa tenga un significativo crecimiento en TV por suscripción hasta ocho millones de usuarios.
El año pasado Telemar obtuvo un beneficio neto de 2.400 millones de reales (unos $1.500 millones), un 80% por encima del resultado de 2006.