Gatos enternecen cafeterías japonesas
| Miércoles 31 diciembre, 2008
Gatos enternecen cafeterías japonesas
El amor de los japoneses por los animales ha cristalizado en Tokio el último grito en cafeterías, establecimientos especializados en gatos, donde además de camareros trabajan animales que dan a los clientes cariño y compañía.
El servicio es muy simple, ya que solo hay que pagar 500 yenes (3,1 euros) por media hora de estancia rodeado de gatos, que se puede renovar cada 10 minutos a cambio de 150 yenes (0,93 euros).
También se pueden consumir bebidas como café, té, zumo e incluso cerveza, pero no se sirve comida.
Se trata de jugar o estar con gatos de entre menos de un año y 3 años, que trabajan en la cafetería.
Una vez en el establecimiento y antes de relacionarse con los gatos, es obligatorio el rito de ir al baño para lavarse las manos primero con un jabón especial y luego con alcohol, por razones de higiene.
La idea de este tipo de cafetería llegó de Taiwán, de donde un nipón que pasaba por la capital, Taipei, importó el concepto para ponerlo en práctica en Osaka, hace cuatro años.
Sólo en Tokio ya hay una veintena de este tipo de lugares, pero la pregunta es: ¿qué es lo que hace que un japonés pague 500 yenes ($4,5) para tomarse un café rodeado de gatos?
Son varias las razones, por ejemplo en muchas casas de la capital está prohibido tener mascotas, y los animales proporcionan un ambiente de relajación.
De igual forma, los amantes de los gatos siempre están contentos de ver y acariciar a estos animales.
“Aunque tengo tres gatos, me apetece ir a la cafetería de gatos, por eso para que no se pongan celosos 'mis niños' les suelo llevar algunos regalos cuando vuelvo a casa”, afirmó Sanae Inada, cliente frecuente de esos lugares.
En un país con un índice de natalidad bajísimo y una fascinación sin límites por todo lo tierno o “kawaii”, los gatos comienzan a ocupar el lugar que merecen en el ámbito económico.
Tokio
EFE
El amor de los japoneses por los animales ha cristalizado en Tokio el último grito en cafeterías, establecimientos especializados en gatos, donde además de camareros trabajan animales que dan a los clientes cariño y compañía.
El servicio es muy simple, ya que solo hay que pagar 500 yenes (3,1 euros) por media hora de estancia rodeado de gatos, que se puede renovar cada 10 minutos a cambio de 150 yenes (0,93 euros).
También se pueden consumir bebidas como café, té, zumo e incluso cerveza, pero no se sirve comida.
Se trata de jugar o estar con gatos de entre menos de un año y 3 años, que trabajan en la cafetería.
Una vez en el establecimiento y antes de relacionarse con los gatos, es obligatorio el rito de ir al baño para lavarse las manos primero con un jabón especial y luego con alcohol, por razones de higiene.
La idea de este tipo de cafetería llegó de Taiwán, de donde un nipón que pasaba por la capital, Taipei, importó el concepto para ponerlo en práctica en Osaka, hace cuatro años.
Sólo en Tokio ya hay una veintena de este tipo de lugares, pero la pregunta es: ¿qué es lo que hace que un japonés pague 500 yenes ($4,5) para tomarse un café rodeado de gatos?
Son varias las razones, por ejemplo en muchas casas de la capital está prohibido tener mascotas, y los animales proporcionan un ambiente de relajación.
De igual forma, los amantes de los gatos siempre están contentos de ver y acariciar a estos animales.
“Aunque tengo tres gatos, me apetece ir a la cafetería de gatos, por eso para que no se pongan celosos 'mis niños' les suelo llevar algunos regalos cuando vuelvo a casa”, afirmó Sanae Inada, cliente frecuente de esos lugares.
En un país con un índice de natalidad bajísimo y una fascinación sin límites por todo lo tierno o “kawaii”, los gatos comienzan a ocupar el lugar que merecen en el ámbito económico.
Tokio
EFE